20

362 46 1
                                    

Los días pasaron y no pudo acercarse a Stiles. Primero porque tenía que encontrar a su hijo. Eso le ocupó toda su atención. Después fue porque cuando intentó buscarlo Scott no le permitió acercarse más allá del patio.

Por un momento la idea de que rescate a salvo a Georgi y Stiles corra a abrazarlo y de nuevo vuelva todo a la normalidad le cruzó por la mente y le gustó esa idea.

El operativo empezó.

Rodearon la enorme mansión, Derek quiso ir por atrás. Todos los agentes estaban al tanto que tenían que llevarse a salvo a su hijo.

Los guardias de Deucalion se alertaron y empezaron a tirar con sus armas. Por la parte de enfrente se llevaba acabo un tiroteo. Eso era malo. Su hijo corría peligro. Algo debió de salir mal.

No importa. Avanza con el equipo que lleva y entran. Observa a lo lejos que Deucalion sale junto a una mujer, Ethan y unos hombres que lo protegen.

¿Dónde está su hijo?

Luego mira a una mujer morena y a otros hombres, sus pies avanzan más rápido. Esa mujer es la que tiene a un niño abrazado. Uno de los hombres de Deucalion los ve y empieza a disparar lo que provoca que su gente empieza a disparar, Derek grita que no disparen pues su hijo está en el fuego cruzado.

— ¡Kali, dame a Georgi! — Ethan grita e intenta volver pero los hombres de Deucalion no lo permiten y lo terminan por subir al auto.

Los hombres que protegen a la mujer van cayendo uno a uno hasta dejar a la mujer sola y con el niño.

— ¡No disparen!

Por detrás de Kali salen dos sujetos más y eso hace que alguien dispare. La mujer se agacha y una de las balas atraviesa la cabeza del pequeño. La mujer grita, probablemente la bala atravesó.

Derek corre, deja el arma aún lado. No puede ser, no puede ser. No le puede estar pasando esto. ¿Acaso lo castigaron por dudar de la paternidad de su hijo?

Dos hombres más parecen y meten a la mujer a la casa y cierran la puerta. La mujer se lleva a su hijo. Tira la puerta de una patada.

No hay nadie, vuelve a colocarse el arma y camina precavido.

La mansión es enorme. Va matando a los que están atacándolo.

¿Por qué no mira a esa mujer y a su hijo? ¿Georgi estaría bien? ¿Le habrán hecho algo?

En la cocina hay gente que está escondida y uno de ellos lo reconoce.

Page sale de si refugio —debajo de la barra de la cocina — se arrastra de rodillas y llega a la alacena donde hay una pared que la cubre de las balas. Ha salido del fuego cruzado que había entre Derek y la gente de Deucalion.

— ¿Has visto a un niño? Castaño, ojos café...

— No — la gente que estaba con ella huyen y la pasan a traer Derek la sostiene — Pero me encargué de llenar una habitación de juguetes está en el tercer piso.

Page camina con cuidado pero Derek la jala y la pone detrás de él, Page le indica adonde deben moverse y llegan a la habitación sin que nadie les disparara.

Derek empieza a mover cosas y buscar a su hijo.

— ¡Georgi! — grita desesperado. La habitación le dice que efectivamente había un niño. Se dirige al escritorio y los dibujos que mira le confirman que es su hijo quien estaba en esa habitación.

Un sujeto entra y dispara en la dirección de Page, la bala le roza el brazo y Derek le dispara al tipo.

— No está aquí. Hay que irnos.

No quiere moverse de ese lugar pero luego recuerda que su hijo recibió un tiro en la cabeza y tal vez siga vivo y sino al menos quiere llevarse el cuerpo. Tal vez haya visto mal.

Derek escucha el sonido peculiar que tiene cierto artefacto.

— ¿Dónde hay otra salida?

— En el segundo piso se puede bajar por las escaleras que dan hacia una piscina...

Bajan las escaleras y el sonido se vuelve más persistente, no le dará tiempo llegar al segundo piso. Por una de las ventas mira que la piscina está abajo. Están cerca así que rompe el cristal de la venta, toma a Page y se lanza. Caen en la piscina, Derek ayuda a su informante y corren lejos. La explosión de la casa los empuja lejos.

No puede ser.

¿La mujer saldría? ¿Su hijo?

La explosión lo ha dejado desorbitado, casi no puede escuchar nada, el pitido lo ensordece de otros ruidos. Siente que el piso se le mueve y las llamas bailan a un ritmo hipnotizante. Trata de regresar a la casa. Pero unos agentes lo interceptan.

Story 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora