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Se encuentra sin apoyo. Voltea y mira a un sujeto enmascarado. Le apunta con su arma.

El sujeto se quita la máscara — ¡Stiles!

— Aiden.

— Ethan — corrige.

— ¿Dónde está mi hijo? — Stiles no baja el arma.

— Deucalion sabe que estás aquí... pero no puede salir del edificio. Se encerró con Georgi en el penthouse.

Stiles tiene más preguntas, pero Ethan le corta cualquiera de ellas y le dice que debe seguirlo.

Garrett mira el mapa y pide nuevas rutas — ¿Qué hace el FBI por aquí?

Argent le contesta — A la CIA le gusta trabajar solo.

— Es que nos gusta llevarnos el crédito. — mira al moreno y luego se concentra en la dirección que lleva Stiles. — Deucalion está en el penthouse. — da la vuelta y despliega a sus hombres.

Hay varios enemigos con armas. Pero también hay gente inocente que trabaja en el edificio.

Stile escucha las instrucciones que le da Ethan — Aiden está ayudándome.

— Eso significa que la CIA nos tiene en la mira. Prefería estar en el FBI.

Ethan ayuda a Stiles a escalar hasta el ducto de ventilación.

— Deucalion tiene a cinco hombres armados con él. Ten cuidado.

Stiles es lo suficientemente delgado como para entrar en el conducto de ventilación.

Stiles sigue hasta llegar a la oficina de Deucalion. Su corazón late con fuerza al ver a su pequeño sentado en el sofá. Han pasado dos años. Ahoga un sollozo. ¿Su hijo estaría bien? ¿Lo culparía por abandonarlo? ¿Le diría algo Deucalion?

Ethan hace ruido en la entrada de la oficina lo que le da tiempo para descender con libertad. En la puerta hay una explosión. Stiles le informa de todo a Garrett.

— Estoy yendo para allá — el rubio corre — No bajes, Stiles.

Pero es demasiado tarde, el castaño está abajo. Su hijo lo reconoce y corre hacia él. Uno de los hombres de Deucalion le apunta y Stiles le dispara justo en medio de la frente. Su pequeño lo abraza y comienza a llorar.

Stiles lo coloca detrás de él y se cubre con la gran mesa.

— Quédate abajo — le ordena a su hijo.

— No disparen — Deucalion sale de entre sus hombres. Se quita la máscara y deja ver su rostro.

Stiles siente algo de miedo. ¿Su hijo tuvo que verlo? — No te acerques — le grita.

Deucalion sonríe — No me dispararías, yo le di una vida digna a tu hijo. Puedes preguntarle si quieres. Georgi, dile a tu padre que te trate bien.

Stiles frunce el ceño y dispara. La bala le atraviesa el brazo a Deucalion y este enfurecido ordena que lo maten.

Una explosión más grande avienta a todos. Stiles queda cerca de la ventana y le pide a su hijo que no se mueva de debajo del escritorio. No tiene armas a la mano. Uno de los hombres de Deucalion es el primero en reaccionar y ponerse de pie.

El sujeto camina hacia Stiles y le da una patada, asegurándose de que está vivo.

Stiles le jala del tobillo y lo tira al suelo, le quita el arma y le dispara. Respira con dificultad, tiene los ojos desorbitados por la explosión y hay humo que le nubla la vista. Trata de ponerse de pie. Escucha identificarse al FBI. Levanta el arma cuando ve una figura acercándose. Garrett le ayuda a ponerse de pie y saca al pequeño.

— Esto aún no acaba, la gemelos te sacarán de aquí.

Deucalion de levanta y Mira a Derek con sorna — ¿Qué tal?

Derek no le da tiempo de nada, le dispara en la cabeza y luego al pecho. Tiene que asegurarse de que esta vez muera. Garrett frunce el ceño.

— ¡Imbécil! Lo necesitaba con vida.

— Será para la próxima. — Derek le dispara a otro sujeto.

Garrett tiene el trabajo de entrar a las computadoras y hacer más trabajo. Su gente lo cubre.

Derek busca con la mirada a Stiles.

Los gemelos llevan a salvo al castaño y al pequeño al estacionamiento interno del edificio.

Unos oficiales los están esperando y detienen a los gemelos mientras que al castaño y a su hijo los meten a un auto y arrancan fuera del peligro.

— ¡Pops! ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Por qué estás vestido así? ¿Papá te dio el traje? ¿También eres del FBI?

Sonríe, luego llora y abraza a su hijo. También lo bombardea con miles de preguntas.

— El tío Ethan estuvo siempre a cargo de mí. Miraba de vez en cuando a Deucalion. Aunque le daba miedo luego comprendí que su rostro era por él incendio y no porque se tratara de un monstruo. Siempre supe que vendrías por mi — se abraza de nuevo a su papá.

— Nunca dejé de buscarte.

Story 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora