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Derek no pudo quedarse tranquilo después de que vio a Stiles.

— ¿Estás terminando conmigo?

— Nunca hubo algo.

— ¿Quieres volver con tu esposo? Por mi no hay problema, puedes volver y seguir acostándote conmigo.

— No quiero que le busques, que me hables. No quiero saber de ti. — termina la llamada.

Llega a la oficina de Chris y toca, lo deja pasar.

— No hay rastro de nada en mi computadora.

— Es de las maldita CIA, es obvio que no dejará nada.

— ¿Quiere encontrar a Deucalion?

— Me dijo que había encontrado a Georgi.

Chris medita un momento. — Bueno, nunca hayamos su cuerpo.

— Pero el de Kali sí.

Chris y Derek hablan y vuelven a reorganizar la información que tienen. Algo de lo que la CIA buscaba con ellos. Derek vio los archivos.

— ¡Claro! — tomó una hoja y se la mostró a Chris — Necesitan a Aiden.

Derek sale con un propósito: ir por Aiden. Pero llega tarde. Tal vez Stiles se le adelantó.

Regresa al hotel, cansado. Stiles le da una esperanza de encontrar a su hijo vivo, pero si no lo está... volverá a sentir el dolor de pérdida y eso no le gusta.

Escucha un ruido en el baño y desenfunda su arma, camina lentamente y se detiene frente a la puerta. La puerta se abre.

Baja el arma — Te pude disparar.

— Nunca lo harías — le sonríe.

— ¿Qué haces aquí? — Deja el arma.

— ¿No estás feliz de verme?

— ¿Estás presumiendo que sacaste a Aiden?

Levanta su playera y se la quita, la avienta hacia Derek.

Se vuelve y mira el pecho desnudo. Ama verlo de esa forma, su cuerpo, su figura, sus siluetas.

— ¿No estoy soñando?

Stiles de acerca un poco más y quita sus zapatos, desabrocha su pantalón y lo único que lleva es su ropa interior.

— ¿Qué tan real te parece esto? — pasa sus manos sobre los hombros del azabache y le besa la mandíbula sigue besándolo hasta llegar a los labios.

Derek lo aprieta con los brazos en la cintura del castaño. Se siente muy real.

Baja sus grandes manos a los glúteos de su esposo y lo levanta, el castaño enreda sus piernas encima de él. Derek camina hacia la cama. Deja al castaño con cuidado y se quita la camisa, Stiles abre sus piernas para que él se acomode en medio, es tan adorable.

No lo había visto. Sus manos extrañaban esa piel sedosa y salpicada de lunares. Tocó cada espacio de su piel blanca. Besó cada lunar. Acaricio el precioso rostro de su amado. Escuchó el sonido que hace Stiles cuando está debajo de él.

Con sus labios apretó el seno de esos dulces botones rosas. Llegó a morderlo suavemente, queriendo dejar alguna marca sobre la cintura del castaño y sobre todo su cuerpo. Tocó suavemente el vientre plano y lo besó. Con sus dedos jugo a entrar en el bóxer. Volteo al castaño y contempló la vista de esa fuerte espalda. Con su dedo índice dibujó una línea recta sobre él hasta llegar a la espalda baja. Dio un pequeño masaje, tal vez el castaño lo necesitaba. Amaba tocarlo. Sentir su suave piel.

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