Derek estaba de regreso en el FBI, no sabía cómo le iba a explicar a su esposo lo de Georgi.
Él se encontraba mal, repetía una y otra vez la escena donde alguien le disparó a su hijo. Se estaba volviendo loco.
Érica lo sacó de la junta que Chris había empezado. Se imaginó ver a Stiles alterado revoloteando y haciendo un escándalo. Pero Stiles estaba sentado en una sala de espera. Con las manos juntas cerca de la barbilla y con los ojos lacrimosos.
Cuando Derek entró su esposo levantó la vista y una pequeña lágrima salió de esos ojos caramelo. No podía decirle que había perdido a su hijo. Si le decía eso ¿cómo afectaría al bebé que aún llevaba Stiles en su vientre?
— ¿Dónde está Georgi?
Érica estaba esperando afuera de la pequeña sala al igual que Boyd.
— Stiles... — le corta la respiración y no puede hablar por el nudo de tristeza que se le ha formado.
— No... — ahora un montón de lágrimas se escapan de sus ojos — No es verdad...
Derek de acerca paso a paso.
Stiles esconde la cabeza entre sus brazos y llora un poco más fuerte. Derek tocado hombro del castaño.
Stiles avienta la mano y se levanta.
— ¡¿Dónde está mi hijo, Derek?! — le grita y le golpea el pecho. — Dijiste que lo encontrarías ¿dónde está? ¡Quiero verlo!
Derek aparta las manos del castaño y lo abraza. Siente que su esposo puede desvanecerse y lo refuerza su agarre.
— Quiero a mi bebé — no puede dejar de llorar.
— Lo siento — dice con temor. Sabe perfectamente que ha sido un inútil. Trabajó todo el tiempo para hallar a su hijo y no pudo encontrarlo, ¿Han mal agente era? Pero si ya había resuelto un montón de casos. ¿Por qué no pudo salvar a su propio hijo cuando él se dedicaba a salvar a los hijos de otras personas?
Stiles toma del brazo a su esposo y hace que lo suelte.
— ¿Lo viste?
Derek sostiene el rostro del castaño y asiente.
— ¿Cómo? — se limpia los labios con su lengua y vuelve a preguntar porque Derek niega. — ¡Dime cómo murió mi hijo! — reclama.
— ¡Está muerto! No importa cómo.
Derek no va a decirle que Georgi recibió un disparo en la cabeza por su propia gente.
— ¡Me importa a mí! — aleja las manos de Derek — Tú... me dijiste que me lo traerías, me lo prometiste... — lo mira directamente a los ojos. Esos ojos verdes hermosos que lo enamoran. Derek también está sufriendo.
La vista se le nubla, no siente las manos ni los pies. Escucha la voz de su esposo a lo lejos ¿qué dijo?
Stiles despierta en el hospital. No sabe cuánto tiempo ha pasado. Recuerda a Derek y lo que le ha dicho.
El de ojos verdes está junto a él.
Jala su mano lo que hace que Derek despierte.
— ¿Te duele algo?
Stiles mira hacia su estómago.
— Quiero que te vayas.
A Derek le cuesta escuchar las palabras del castaño. Tal vez su esposo quiera estar un rato a solas para procesar lo que ha pasado.
— No quiero verte, nunca. No quiero que te acerques a mí o a mis hijas.
Palidece. El alma se le escapa del cuerpo.
— Espera...
— No era tu hijo... no lo querías y ahora no quieres a Hannah — la voz se le corta.
No importa que no fuera su hijo y no está enojado con su hija.
No me dejes. No ahora.
— Quiero que te vayas.
— Stiles, por favor...
— Vete.