En el cumpleaños de Georgi siempre llega todo el mundo. Desde los abuelos hasta el hijo del vecino al que no conocen. Tienen el patio más grande así que pueden ocupar la mitad donde los niños tienen inflables y cosas de niños. En la otra mitad hay comida y algunos adultos regados.
Desde que llegó no ha hablado con Georgi.
Los amigos de sus padres los saludan. Por ahora el único que le cae bien es Isaac. No soporta a su tío Peter, ni a su tía Cora.
En la hora del pastel todos cantan feliz cumpleaños. Cuando mira la servilleta con la que se iba a limpiar lee qué hay algo escrito "mi deseo fue que me hables otra vez". Hace bolita la servilleta y entra a su casa.
Después de todo el ajetreo, Georgi habré los obsequios y se queda más fascinado con los envoltorios que con los regalos. Niño extraño.
Va a la cochera, trabajará en su tarea. Tal vez sea el destino diciéndole que debe esforzarse más con la tarea y ganar buenos puntos extras. Harvard university no entra cualquier perdedor.
Su hermano entra.
Muerde su labio — Papi dice que debes ayudar a limpiar.
— Estoy ocupada.
— Bueno...
— Espera — deja su regla y saca una caja debajo de la mesa — Tengo algo para ti.
Su hermano sonríe y corre, sube al banco de madera para alcanzar la mesa.
— ¿Qué es?
Ella le enseña un barco de papel. Pero no es cualquier barco de papel, éste está diseñado para no hundirse.
— Lo he forrado con capas de papel para que no se hunda.
Afuera está lloviendo como si el cielo se fuera a caer.
— ¿Puedo intentar navegarlo?
— Claro. Pero no olvides traerlo de vuelta. Es mío, pero te lo voy a prestar por hoy.
— ¡Gracias, Hannah! — corre.
A ver si así la deja en paz por un minuto. Tal vez mañana se le pase el coraje, pero mañana también recordará que le escribió una carta vergonzosa.
Sigue midiendo y haciendo su tarea. Tiene planeado hacer un dibujo en 3D para cada estación y poner la información con pequeños letreros de madera. O tal vez piense en algo mejor. Ahora que Georgie no está mirándola puede pensar mejor.
Se deja llevar y pone algo de música.
