Salva estaba tirado en la cama viendo una serie de Netflix a la que no prestaba atención alguna, y aunque la serie de Stranger Things le encantaba, le era imposible concentrarse en el quinto episodio de la primera temporada. Quería ponerse al día con las series, ya que durante la semana había tenido poco tiempo. Estudiar para las oposiciones de policía lo estaba dejando agotado. Se presentaba en cuatro días y no podía estar más nervioso.Pero eso no era todo lo que le preocupaba. Aunque era una de las principales razones por las que era incapaz de dejar de moverse cada dos por tres, no era la principal razón de su nerviosismo. No podía dejar de pensar en Diane, la noche con ella antes de que se fuera a Milán había sido mágica y él sabe que a ella también le gustó. Sólo le bastó ver la sonrisa en su cara y el brillo de sus ojos para saberlo. Se estremeció al recordar su cuerpo desnudo contra el suyo. En la vida se hubiese imaginado que se iba a acostar con la persona que lo acompañaba cada domingo. ¡Dios! ¡Cómo echaba de menos pasear con ella por el parque!
Si alguien le hubiera dicho en un pasado que ahora mismo tendría unas ganas tremendas de estar junto a ella, de abrazarla y darle la mano caminando por el parque, le hubiera dicho que estaba loco. ¿Se estaba enamorando? ¡No podía ser! Salva no era un tipo fácil de enamorar y seguramente lo que había tenido con Diane fuese algo pasajero, tenía que ser eso. No podía pensar en eso ahora mismo, tenía que pensar en sus estudios.
Quería pasar de todo y seguir con su vida. Centrarse en el cercano examen para acceder al mundo laboral como policía. Se levantó de la cama y fue caminando perezosamente hasta la cocina. Vive en un apartamento muy parecido al que hace poco se había comprado Diane. No es muy grande, pero es perfecto para que viva una sola persona. La cocina es estrecha y sus colores son los de un tablero de ajedrez. La encimera es de color negro mientras que los azulejos son de color blanco, tenía una pequeña mesa rectangular pegada a la pared, con unas bonitas sillas forradas con tela suave de color gris. Abre la nevera y se sirve una lata de Coca Cola Light, y bebe gran parte de un solo trago.
Sentado en una de las sillas de su iluminada cocina, mientras bebe el refresco, no puede evitar mirar disimuladamente el móvil. La última noticia que había tenido de Diane era un mensaje que había mandado al grupo que tenían todos en WhatsApp, Nicole, Sylvana, Manu, Diane y Salva de que estaba en Milán. Pero no tenía ni un mensaje más de ella. Y le pareció raro. No es que con Diane hablara diariamente por individual en redes sociales, porque todos aprovechaban que tenían un grupo para hablar las cosas todos con todos. Sin embargo, hacía más de doce horas que le había mandado un mensaje y no le había contestado. Y eso en Diane era raro, nunca pasaba tantas horas sin contestar y menos un mensaje de uno de sus amigos. Quizás lo estuviera evitando. ¿Y si realmente no le había gustado lo que había pasado entre ellos la noche anterior? ¿Y si se había arrepentido?
Para intentar solucionar sus dudas, abre el chat de Sylvana y le pregunta:
—Hey, ¿cómo estás?
—¡Hola Salva! Bien, muy bien. Un poco resacosa, ayer me tomé un par de cervezas de más.
—¿Por semana? Qué raro en ti.
—Sí, es que al salir del hospital me encontré con una amiga y ya sabes que pasa cuando uno se encuentra con alguien conocido, al final te enrollas.—Al otro lado de la pantalla, Sylvana hace una pequeña mueca. No quiere mentir a su amigo, pero no quiere decirle la verdad. No quiere decirle que Emily es la chica con la que tiene algo más que una amistad. Sabe de sobra que puede confiar en Salva y en cualquiera de sus amigos, pero no se siente preparada todavía para dar el primer paso. ¡Si ni siquiera lo sabían sus padres!
—Ay ay ay Sylvana... tú y la fiesta. ¡Te apuntas a todo!—Salva pone unos emojis riéndose y decide que es momento para preguntarle a su amiga por Diane.—Por cierto, ¿has hablado con Diane en las últimas horas? Es que le mandé un mensaje preguntándole que tal día hacía por Milán y hace más de doce horas que no me ha contestado. ¿No es un poco raro?
ESTÁS LEYENDO
Cuestión de prioridades.
Teen FictionDiane es una chica italiana que sufre violencia de género tras los cuatro años de relación que lleva con Giovanni. Tras una fuerte paliza, Diane comienza a replantearse la vida sin Giovanni hasta que un americano, Harvey Sanders, se cruza en su cami...