No more {Justin Bieber} SIN EDITAR

•Capítulo 20

-Venía a por mis cosas...- susurré bajo su atenta mirada intentando parecer fuerte.

-Ya... Y que pasa si no eres bienvenida aquí- frunció su ceño y miró detrás mía teniendo a su vista el coche de John. Su cara se arrugó más.

-Déjame cogerlas y me...- una presencia vino detrás de Justin y al verme su cara se vino en sorpresa y sus ojos se abrieron a más no poder.

-¡______!- gritó Chris quitando a Justin de la puerta y abrazándome fuertemente.

-No... Chris- susurré intentando soltarme de su agarre.

Mis intentos fueron fallidos ya que me apretó más a él.

-Siento lo de ayer, estaba borracho, de verdad no quería que esto pasara- dijo rápido- ¿Dónde dormiste? ¿Estás bien?

-Si, estoy bien...- susurré y entré a la casa sin ningún reproche, por suerte.

-¿Quién es el del coche?- habló Justin a la par que cerraba la puerta.

Estaba a punto de subir las escaleras pero me di la vuelta para encarar a las dos caras confusas de los chicos.

-Un amigo que conocí anoche.

-¿Estas de broma? ¡No hace ni 24 horas que lo conoces y te quieres ir a vivir con él!- vociferó Justin tratando de contener la ira y de no hacer nada estúpido delante de su amigo.

-Se supone que ayer me echaste de vivir bajo tu techo, al menos déjame hacer lo que quiera- mi tono era molesto, era verdad lo que dijo, pero no tenía más remedio. John parecía un buen chico.

-Si Justin te dijo eso es por mi culpa, ______, así que ahora le pido que te deje quedarte ya que yo debo regresar a casa- dijo viniendo hacia mi y obligándome a quedar a su lado, así para no subir las escaleras para hacer la maleta- Justin ¿De acuerdo?

Él se quedó en silencio y asintió no muy conforme- Te conté lo que pasó, ahora no te hagas el enfadado que no va a servir para que ______ se vaya- Chris agregó.

-Quédate- Dijo y se fue al salón hasta sentarse en el cómodo sofá rojo.

-Voy a... A avisar a John- susurré a Christian, éste asintió para después subir las escurridizas escaleras.

Solté un gran suspiro y caminé hacia la puerta, la abrí y pude observar mientras caminaba hacia el coche como John frunció su ceño y me miró expectante.

Cuando estuve frente a la ventanilla, la bajó- ¿Qué pasa? ¿Y tus cosas?- me acechó a preguntas.

-Me... Me quedo con Justin- mi voz era tímida y asustada.

-Vente conmigo, no dejaré que vuelva a hacerte sufrir de esa forma, tu no mereces el dolor que estas pasando- mi temor era no poder aceptar esa pregunta semejante a lo que tenía en mi mente.

Si me subo a ese coche, dejaré atrás un pasado triste del que no estoy orgullosa, pero sé que Justin estará detrás mía por razones desconocidas para hacer vendetta de sucesos que debía de haber evitado, como el echo de que dudaba entre subirme o no al maldito coche.

-No puedo...- negué con la cabeza.

-¿Te tiene amenazada? Es eso, ¿Verdad?- golpeó el volante.

Negué y el suspiró, Justin aún no me tenía amenazada, al menos no directamente, era yo la que no quería arriesgar a cometer lo que para él solo sería un error más en mi vida.

-Dame tu número y te prometo que te llamaré si sucede algo- saqué el móvil del bolsillo de mi pantalón.

-Está bien- me dictó su número- si se sobrepasa contigo llámame y le cortaré las bolas, no puedo creer que prefieras quedarte con él.

Después de despedirme de él entré a la casa de nuevo, donde Justin me miraba desde el sofá y ocupé lugar unos palmos más lejos de él, sentándome.

-Chris me contó lo que pasó, pero eso no cambia que aún no esté enfadado contigo- dijo mirando a la apagada televisión.

-Lo sé, pero no entiendo por qué no puedo ir con John...

-No le conoces, al fin y al cabo que yo te haga esto no significa que no me conozcas, pero él quien sabe que clase de persona es...

Esto... Justin, creo que no eres el más indicado para hablar eso delante de mi.

-Es mejor persona que tu, tiene mejores intenciones conmigo- las palabras salieron de mi boca cual agua que fluye por un río.

Pero no estaba arrepentida de ellas al ver el rostro furioso de Justin, al contrario. Solo estaba asustada de como reaccionaría cuando Chris se marchara de su casa.

"Pocas veces te arrepientes de las palabras que dices, menos si te salen del corazón, pero sí te puedes arrepentir de haberlas dicho en voz viva, ellas dos son cosas muy diferentes que a veces la gente logra confundirlas."