No more {Justin Bieber} SIN EDITAR

•Capítulo 10

Me levanté por los gritos de Justin en la planta baja, me vestí rápido y bajé para saber el por qué me gritaba.

Bajé apresurada las escaleras, pero con cuidado de no caerme y al entrar a la cocina choqué con un pecho.

Me separé y pude ver a Justin ya vestido y su perfume... Olía genial, el chico, había que aceptarlo.

-¡Por fin despiertas! Haz el desayuno, hay que ir a clase- dijo resignado.

-¿A clase?

-Hoy es viernes, por si no sabes en que mundo vives.

Ignoré su comentario y me dirigí a la nevera para sacar el recipiente de leche, llené los vasos y los calenté en el microondas, rojo también.

-¿Tienes alguna obsesión con el rojo o algo parecido?- pregunté curiosa.

-¿Por qué lo preguntas?

Su ceño ya estaba fruncido, a estas horas y ya enfadado, que ganas que tiene...

-Ah no sé, como casi toda la cocina es de ese color y por cada rincón que mire hay algo rojo, no sé- dije mientras ponía su tazón de leche frente a él en la mesa roja de la cocina.

-No te incumbe, no me preguntes más sobre eso o te golpearé y mucho peor que ayer.

-Sólo era curiosidad, no hace falta ponerse feroz- murmuré mientras me sentaba a tomar mi leche con galletas.

-A la salida del instituto te llevo a que te compres algo de ropa- afirmó.

-¿Estas loco? Salimos a las dos y veinte y yo a esa hora sólo pienso en comer- dije alterada, lo que le sacó una pequeña carcajada.

Vaya, su risa era... Era bonita, como su sonrisa, es la primera vez que le veo sonreír de esa manera.

-Tienes una bonita risa, ¿Por qué eres tan frío y cruel conmigo? Y a saber con quien más...

-No eres nadie para juzgarme, puedo ser quien quiera sin dar explicaciones- se levantó de la silla- Te espero en el coche.

Me dejó sola, cogió su mochila y cerró la puerta de un portazo, yo esperaba que me pegara o algo, pero creo que hoy es mi día de suerte.

Tras subir a por mi mochila y maldecir al ver que no tenía batería en el móvil, bajé, y Justin me esperaba sentado en su coche azul Caribe.

Me había esperado, otra cosa buena, por que desde aquí el instituto está a tomar por saco.

Me subí en el coche y arrancó.

¡Puto otoño! Yo llevaba la misma ropa de hace algunos días y digamos que la manga corta no arregla nada.

Me puse a tiritar en medio del camino, el pantalón largo abrigaba, pero la camiseta no.

-¿Tienes frío?- preguntó sin apartar la mirada de la carretera.

-Em si, un poco.

Pulso algo en el panel y de pronto el interior del coche se empezó a calentar.

-Gracias- susurré entrando en calor.

-No me las des, la he puesto porque yo también tenía frío.

Pero si llevaba una chaqueta negra de cuero y camiseta blanca debajo, no podía tener frío.

-Ah, en ese caso no digo nada.

-Sabes que no tengo frío. ¡No me sigas el rollo como a los tontos!- casi gritó apretando su agarre sobre el volante.