•Capítulo 37

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No sé en que momento me levantó del suelo y puso mis piernas alrededor de sus caderas. Sus labios nunca se despegaron de los míos.

Gimió en mi boca cuando me restregué contra él para no escurrirme, y me apretó más contra la puerta del coche.

Sus besos se volvían más hambrientos cada segundo que pasaba, y sin saber cómo, de un momento a otro sonaron unas llaves. Estaba abriendo la puerta.

Cerró de una patada y dirigí mi boca a su cuello dando leves mordiscos.

—Oh...—tembló.

Sentí una suave textura en mi espalda y Justin se tumbó encima de mí en el sofá.

Me era imposible controlar todo eso, mis ojos se nublaron de placer cuando me aplastó más y juntó sus caderas con las mías.

Sus labios atacaron los míos con delicadeza, pero a la vez a una velocidad enorme. Nuestros jadeos se mezclaban entre nuestras bocas y enredé más fuerte si era posible mis piernas en sus caderas.

No podía creerme que estuviéramos llegando tan lejos, pero no podía parar. Me encantaba cómo me estaba sintiendo. Me sentía... Querida.

El calor ascendió por todo mi cuerpo al sentir su intimidad pegándose a la mía, me besaba mientras empujaba sus caderas hacia mí, dándome con su masculinidad en el punto exacto, y gemimos apretándonos mutuamente.

—Oh Dios...— pasé mis manos a sus caderas obligándole a que repitiera ese contacto.

Lo hizo. Sentí como esa dureza aumentaba y levanté mi pelvis presionando contra ella. Él bajaba y yo subía las caderas.

—Me estás matando— susurró pasando sus labios a mi cuello, donde succionó con fuerza.

Temblé y le abracé, echando mi cabeza hacia atrás. Sus caderas volvieron a hacer contacto, esta vez un poco más fuerte, y no pudimos evitar gemir. Su gruñido cerca de mi oído me envió una sacudida enorme a todo mi cuerpo y me puso la piel de gallina.

Diablos.

—Justin— murmuré antes de que me besara de nuevo, con ansia.

Le abracé la espalda, sus caderas empujaron fuertemente, más rápido, y empecé a sudar cuando gimió mi nombre.

Se separó de mí para quitarse la chaqueta y se arrancó la camisa haciendo que los botones salieran disparados.

Su gran cuerpo hizo presencia y admiré su abdomen y sus brazos tatuados hasta que volvió a tumbarse sobre mí y atacó mis labios.

Su gran bulto presionó más profundo contra mí, por encima de los pantalones, y me desesperé en un grito.

—Dios, ______, me estás matando, joder.

Debía parar, no podíamos llegar más lejos, yo no lo había experimentado nunca y por más que me gustase Justin, no iba a darle mi virginidad cuando ni siquiera éramos novios.

No quería que cambiasen las cosas, que todo volviera a ser como antes. Sus suspiros me hicieron perder la cordura.

El deseo que se estaba palpando en el ambiente, era más fuerte de lo que lo eran mis pensamientos.

Empujó mi vestido hacia arriba y me lo sacó antes de que yo fuera consciente de ello, y el bajó sus pantalones como un rayo.

Los dos, en ropa interior, volvimos a besarnos desesperadamente. Cuando arremetió contra mí, pude sentirlo con más claridad solo por encima de nuestra ropa interior, y ahogué un gemido mayor a los anteriores mientras Justin gemía más fuerte sobre mis labios.

No more {Justin Bieber} SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora