•Capítulo 15

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Di media vuelta y vi a Justin con una chaqueta de cuero negra y la misma ropa que cuando estaba en casa.

-Necesito estar sola- dije dándome media vuelta y volviendo a caminar.

-¡Qué te pares!- vociferó cogiéndome de la cintura volteándome poniéndome en su hombro.

-¡Suéltame!- le golpeaba la espalda, pero él ni se inmutaba- O me bajas ahora mismo o te subo los pantalones hasta los sobacos.

Rió pero no hizo nada, siguió andando.

-¡Tu lo has querido!- chillé, cogí el borde de sus pantalones por la parte trasera y se los subí lo más alto que pude haciendo presión en sus partes.

Él gimió de dolor y me soltó rápidamente para que sus manos fueran a parar a su aparato masculino.

Me reí al verle con la boca abierta y empecé a correr por la acera desierta.

Sentí sus pasos detrás mía corriendo también y cada vez se acercaban más.

Paré para que no me diera el asma y unos brazos me cogieron levantándome en el aire y volteándome para quedar frente a él.

-Que sea la última vez que me haces eso, esto te lo perdono pero...- susurró mirándome a los labios.

Miré a los suyos que estaban a unos cuantos centímetros de distancia.

-Pero... ¿Qué?

Negó con la cabeza y unió lentamente sus labios a los míos.

Mi corazón se aceleró y cerré los ojos para disfrutar del beso.

Una brisa fría vino en medio del beso y temblé, Justin pareció notarlo, ya que se separó y quitó su chaqueta para dármela.

-No me voy a poner tu chaqueta- negué.

-Estoy intentando ser amable y comprensivo por la llamada y demás, no tengo ni puta idea de por qué, pero no me contraríes.

Asentí y me coloqué su chaqueta, pronto su perfume natural me invadió y sin saber la razón, inspiré profundamente.

Caminamos al lado pero sin acercarnos demasiado hasta la casa, en donde Justin abrió y el calorcito nos invadió.

-Gracias- me quité la cazadora de cuero dándosela a Justin que la dejó en el perchero al lado de la puerta.

-Creo que me voy a dormir, buenas noches- dije mientras caminaba para subir las escaleras.

{...}

-Despierta, ______- susurraron en mi oído.

-No me apetece- dije con una voz ronca e irritada.

-¿Estás bien?- dijo la voz de Justin de nuevo.

-No.

En verdad, tenía mucho frío y escozor en la garganta, también estaba sudando.

-¿Qué te pasa?- susurró sentándose en el borde de la cama.

Le conté y Justin suspiró- Dije que te ibas a poner enferma.

-Déjame- me acurruqué hasta la cabeza con la colcha.

Justin salió de la habitación y yo intentaba dormirme.

-Ponte el termómetro, _____- dijo Justin entrando de nuevo con el pequeño aparato en mano.

Me senté en la cama y me lo puse debajo del sobaco, tras esperar bajo la mirada atenta de Justin, que estaba de pie frente a mí, el termómetro pitó.

Me lo saqué y se lo tendí.

Lo miró e hizo una mueca- ¿Cuánto pone?- pregunté.

-Treinta y ocho y medio, tienes bastante fiebre.

Asentí y volví a tumbarme tapándome por completo.

-¿Qué hora es?- susurré.

-Las dos y media, por eso vine a despertarte.

-Ah.

No le prestaba mucha atención, tenía frío y sudaba a la vez, al hablar parecía que tenía voz de camionera y solo quería dormir.

-Voy a hacerte una sopa y te tomas un jarabe para la garganta y la fiebre.

Gruñí en respuesta y Justin salió otra vez dejándome sola.

Tras varios intentos de querer dormirme no funcionó, no sabía si ponerme otra manta para el frío o quitarme la que tenía por el sudor.

¡Esto de estar mala es un asco!

Justin entró a los veinte minutos con un tazón de sopa y una cuchara- Tómatelo todo para que haga efecto, ya he puesto un chorrito de jarabe en la sopa.

-¿Y cómo sé que no me vas a envenenar?- pregunté sentándome cogiendo el recipiente y empezando a comer.

-Creo que estás delirando- me respondió riendo.

-No deliro, al fin y al cabo tu y yo nos odiamos...

No recibí respuesta y tomé el silencio como un si.

¿O acaso...? ¿Qué pensaba él sobre esto?

Últimamente estamos mejorando, ¿No crees?

"El silencio es una de las cosas que dice mucho, pero que también puede perturbar."

Tras acabarme la sopa, que por cierto no estaba para nada mala, si no que estaba realmente buena, Justin se marchó y me dejó tranquila.

Los sudores y el frío habían disminuido un poco, pero aún seguían en mi cuerpo.

Me arropé hasta el cuello y me quedé profundamente dormida de nuevo.

No more {Justin Bieber} SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora