•Capítulo 32

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Aquí estábamos todos cenando, los padres de Justin, sus hermanos, él y yo el 30 de diciembre.

Cuando entraron por la puerta y vieron los regalos se pusieron como locos, aunque debo decir que cuando les enseñamos el vídeo perdieron por completo la poca paciencia que tenían y empezaron a saltar, gritar y abrazarse.

Jeremy los grabó con el móvil sonriente y Justin los abrazaba y miraba con admiración, Pattie los ayudaba a abrir los regalos junto conmigo.

-¡Este es para ti, ______!- gritó Jazzy sosteniendo un paquete con sus manitas-. Parece que Santa también se ha acordado de ti- sonrió.

Me lo tendió y yo a sabiendas de que era de Justin, con las manos un poco temblorosas bajo la mirada de todos empecé a romper el papel de envoltorio.

Me encontré con una cajita cuadrada de terciopelo y la abrí cuidadosamente como si de un tesoro se tratase.

Mis ojos se abrieron junto a mi boca impresionados por la sorpresa, Jazzy saltó en el sofá a mi lado y se agarró a mi hombro para ver el interior de la caja.

Una pulsera fina de oro con varios círculos y signos de menos en ellos recubierto con pequeños diamantitos.

¡Debía de haberle costado un pastón!

-¡Qué bonito!- exclamaron Pattie y Jazzy a la vez.

-¡Yo quiero una igual cuando sea mayor!- gritó Jazzy llena de alegría.

Pattie la sacó y me la puso en la muñeca derecha con sumo cuidado y delicadeza, yo aún no salía de mi asombro.

-Yo tengo una igual- dijo Justin de repente. Se arremangó y nos enseñó su muñeca izquierda llena de tatuajes, donde tenía dos pulseras de gran valor, la primera era igual que la mía.

Jeremy se reía y admiró la pulsera con una sonrisa, los pequeños volvieron a lo suyo intentando sacar del envoltorio de cartón a sus juguetes, Justin me miró y articulé un "no hacía falta" de mis labios y él se encogió de hombros mirando el suelo.

Sabía porque me había obsequiado tal cosa.

Podía admitir que él gastara una fortuna en sí mismo y en su familia, y más aún si puede permitírselo, no hacia falta que me cogiera nada de eso, pero lo había hecho tratando de calmar un poco el sentimiento de culpa que le carcomía por dentro, de cuando era una persona tan fría y temeraria para mi.

Pero con el alojamiento, sus disculpas y el hecho de que me gustase, no hacía falta nada más.

Y ahora volviendo a la cena del 30 de diciembre, debo decir que acabo de pasar un momento incómodo.

-¿Por qué vas a pasar las navidades con nosotros y no con tu mamá?- preguntó Jaxon tímido mientras comía un poco de pan.

No sabía cómo responder a eso, dejé el tenedor haciendo eco con el plato y un sudor frío me recorría la espalda, los recuerdos me empezaron a atormentar y solo pude sonreírle débilmente bajo la mirada de los cinco.

Justin carraspeó y se llevó a sus padres un momento al salón, éstos tenían una mueca en su cara debido a nuestro extraño comportamiento de Justin y mío.

Me quedé en la cocina acabando de cenar con los pequeños, ellos me ignoraron al verme distante y cuando miré a Jazzy, ella me miró curiosa y sonrió.

Le devolví la sonrisa, pero la quité en cuanto escuché algunas palabras, o más bien reproches y tonos enfadados.

-¡Cómo has podido hacer eso, Justin!- llegué a escuchar a Pattie, regañándolo- Ella es una buena muchacha, ¡cómo pudiste ser tan mala persona! Nosotros no te hemos educado así, y me alegro de que ahora hayas cambiado, pero si sabías el calvario que pasaba en su casa, ¿por qué le hacías eso?

Mierda, estaban peleando por mi culpa. Logré oír a Jeremy decirle cosas parecidas a Justin.

Recuerdos, emociones y ojos llorosos era como me encontraba yo en este momento.

Al cabo de unos segundos oí como se daban besos, eso significaba que se habían arreglado, Justin les había contado toda la verdad.

Avergonzaba me levanté antes de que los pequeños notasen mi estado y prácticamente corrí escaleras arriba para encerrarme en la habitación.

Una vez con la puerta cerrada, me recosté en ella descendiendo hasta el suelo, puse mis manos en mi rostro cuando las lágrimas empezaron a bajar por él e intenté callar los sollozos.

-¿Dónde esta ______?- escuché a los tres preguntar.

-Se fue corriendo, a lo mejor tenía que hacer los deberes para poder celebrar el año nuevo mañana- habló Jazzy alto, por lo que escuché perfectamente. Sonreí débilmente.

Vaya, estas puertas no son tan gruesas como deberían.

Intenté calmarme respirando profundamente, aparté mis manos para depositarlas en el suelo, mi pecho subía y bajaba a una velocidad más rápida de lo que debía ser.

Por mi bien me tranquilicé.

Sentí varios golpes en la puerta y me puse de pie enseguida como método de defensa.

-Soy Justin, ______.

Esperó alguna contestación mía pero mi garganta no estaba por la labor.

¿Ahora como miraría a sus padres a la cara?

La puerta comenzó a abrirse y Justin entro lentamente, como si algún movimiento pudiese desatar el caos.

Una vez estuvo frente a mi, me abrazó fuertemente, rodeé su torso apretándole y escondiendo mi cara en su pecho, donde sollocé.

-Shh, tranquila, todo va a estar bien- intentó calmarme.

-No, ¡cómo puedes decir eso! ¿Cómo los miraré ahora? ¡¿Cómo?! Ellos saben ahora como fuiste conmigo, te han regañado por mi culpa, saben que nadie de mi familia me quiere, ¡mi familia probablemente mañana celebrarán el año nuevo sin acordarse de mí! Si habéis discutido aunque sea por un momento, todo es por mi culpa, yo no tengo por qué estar aquí, no puedo violar la tradición de que paséis la navidad en familia, porque yo no pertenezco a ninguna familia, no deberías de haberme alojado aquí, ¡me siento un asco de persona! No tengo dónde caerme muerta, y acabo de darme cuenta que no encajo en esta casa. No encajo en ningún lado.

Sentí como Justin se estremeció y lloré empapando su camiseta.

-No digas eso, ellos ni te verán con mas pena ni con lástima ni nada, ellos me han perdonado a mi y ellos te quieren igual que antes de contárselo, están de acuerdo en que pases la noche de mañana con nosotros, y no voy a dejar que te vayas de esta casa.

Procesé sus palabras, puede que tenga razón, pero yo no los veré igual a ellos, no puedo.

-Gracias por cambiar, gracias por todo- susurré.

Me abrazó besando mi mejilla y me separé lentamente.

Me secó las lágrimas con sus manos y le miré a sus profundos ojos caramelizados.

Eran preciosos.

-Justin, tengo que decirte algo...

Era hora de decirle lo que tenía en mente.

No more {Justin Bieber} SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora