•Capítulo 21

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Chris acababa de irse hace unos minutos, el reloj marcaba las nueve de la noche y me encontraba preparando la cena, que consistía en unas simples patatas cocidas con un poco de pescado.

Debo de admitir que el pescado no es mi fuerte, a la hora de comerlo, pero ha sido a petición de Justin.

Él se estaba duchando mientras tanto, no me agradaría el echo de que me hiciera algo, sobre todo después de lo que dije, pero ahora solo rezo por no cruzarme mucho en su camino para que no me maltrate.

Dejé el plato de Justin con la comida en la mesa para una persona, yo no tenía hambre y así también me ahorraría temer a su presencia durante ese tiempo.

Salí de allí para luego subir las escaleras de caracol, pero cuando estaba por el último peldaño, vi a Justin frente a mí, por poco no me choco con él.

-Uy.

Llevaba camiseta negra de manga corta y pantalones largos de chandal grises.

-¿A dónde ibas, ______?- dijo y cruzó sus fuertes brazos en su pecho.

-A dormir, no me encuentro bien para cenar...

Enarcó una ceja y susurró un "pues en breve te encontrarás peor" para después abalanzarse sobre mi.

Chillé levemente al sentir su mano en mi cabello, tiraba hacia abajo. Su otra mano impactó en un costado para luego repetir el mismo golpe en el estómago.

Eso fue inesperado.

Mis gemidos de dolor inundaban el pasillo- Ahora pagarás por todo lo has hecho y dicho, no toleraré más ese tipo de comentarios.

Una vez caí al suelo, mi pecho comenzó a subir y bajar a un ritmo rápido. El dolor poco a poco se hacia visible y se apoderaba de mi. Justin siguió matándome lentamente, subiendo sus puños a mi abdomen, esos golpes cada vez eran un poco más débiles.

Hasta que fueron casi una caricia.

El remedio no era que parase, si no que supiera a ciencia cierta que aquella era la última vez que me pegaba.

Mis ojos estaban cerrados a causa de las punzadas y el dolor que seguían siendo sus manos en mi cuerpo.

-Para, por favor, ya es suficiente...- logré decir.

-Nada es suficiente para que aprendas a respetarme- su palma dio en mi mejilla y escuché sus pasos alejarse bajando por la estructura hacia la primera planta.

Mi cuerpo dolorido por sus colisiones, yacía en el suelo del iluminado pasillo.

-¿Por que yo?- susurré intentando recomponerme, tras varios intentos me levanté del suelo y me encerré en la habitación.

Me tendí en la cama a moco tendido, las lágrimas salían de mis ojos velozmente para caer en el edredón.

-Tenía que haberme ido con John, soy imbécil.

Punzadas en mi cuerpo como mil agujetas tienes tras hacer mucho ejercicio, mi mente pensaba en lo ilusa que era, yo no hice nada para que Justin me tratase así, para que todo el mundo hiciera de mi un saco de boxeo.

He aprendido a querer, pero a no ser querida y debo de haber hecho algo muy grave con el destino para que esta tormenta no pare ni de día ni de noche desde que recuerdo.

Sigo esperando el momento de que las cosas cambien.

Los únicos amigos que tengo son John, Sergio, Paula y Claudia, pero aún así Justin no me dejaría acercarme a ellos.

¿Pero sabéis que? Las lágrimas pararon tras maquinar una idea en mi mente. Me da igual lo que diga Justin, solamente me gustaría ser yo la que lo pisoteé una vez, pero no me gustará, no es adictivo ¿No? Entonces... ¿Por qué todo el mundo tiene esa necesidad de hacer daño a la gente?

Pero mis esperanzas ya estaban hundidas.

-¡______, baja!- el grito de Justin me sacó del interior de mis dudas y pensamientos, preguntas y deducimientos.

No iba a salir, la soledad era la única que escuchaba mis llantos y, sonará estúpido, pero confiaba en ella más que en mi misma.

Sinceramente, yo no confiaba en mi, gracias a terceras personas.

La puerta de mi habitación se abrió bruscamente- ¿Se puede saber por qué no has acudido cuando te he llamado, eh?- Justin entró y me levantó de la cama con un solo brazo, poniéndome de pie y arrastrándome hasta la cocina.

Ni que fuera un perro para que me llamase así, pero no estaba de ánimos para añadir eso a la lista.

-¿Qué querías?- dije cuando nos paramos en medio de la cocina.

No more {Justin Bieber} SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora