•Capítulo 4

456 21 1
                                    

Me quedé sentada en el frío suelo del baño un buen rato, tenía miedo de salir y encontrarme con Justin.

Suspiré entrecortadamente y me atreví a salir de los baños.

Abrí la puerta y saqué la cabeza para ver si Justin estaba por ahí, pero no había señales de ello, por lo que apagué la luz y anduve como si de tal ladrona entrando a robar en casa ajena se tratase.

"La oscuridad ya no me asusta, ahora me siento parte de ella, sin hablar de nada, siempre sigilosa y enmascarada, con cosas ocultas y secretos, que poca gente sabe descifrar."

Mis pasos eran insonoros, ponía todo el empeño en ello.

No quería hacer el más mínimo ruido.

La puerta de la clase estaba abierta y escondiéndome tras la pared, dejé ver un poco mi cabeza para ver si Justin seguía allí.

Y en efecto.

Estaba sentado en la mesa del profesor pegado a la ventana, con los pies sobre la silla.

Su codo estaba apoyado en el marco de hierro de la ventana y miraba al cielo en silencio, con la mandíbula apretada y su ceño fruncido.

Como pensando.

Me retiré en silencio antes de tentarme a que me pillase mirándolo a escondidas.

Caminé sigilosa por el pasillo y bajé las escaleras temiendo que cualquier mal paso me delatase.

Justin tenía muy bien oído, y no quería arriesgarme a comprobarlo.

Mi mochila y móvil seguían en la clase, pero eso era lo que menos me importaba ahora.

Salí fuera del edificio y llegué a la puerta de entrada.

La valla roja cobriza estaba demasiado alta.

"¿Y ahora, genio, como piensas saltar eso?"

Puse mis manos en mis caderas y resoplé fuertemente.

Giré la cabeza y miré hacia arriba, pronto mi mirada conectó con la de Justin y mi corazón se aceleró.

No había problema mientras estuviese arriba.

Su mirada se achicó y su mandíbula se apretó al máximo.

Sabía que no era una buena idea, pero quiero escapar.

Trepé con dificultad la puerta bajo su intensa mirada quemándome la espalda.

Cuando estuve en la "cima" casi me caigo para atrás pero logré mantener el equilibrio.

Bajé haciéndole algunos rasguños en los brazos por los barrotes de hierro rojo.

-Bajé...-Dije pasando mi mano por el pelo.

Cuando miré hacia la ventana, Justin ya no estaba.

¡Mierda!

Será mejor que me de prisa.

Troté por las calles solitarias, estaba a unos 7 u 8 minutos de mi casa.

Miré hacia detrás y pude notar a Justin a muchos metros de mi, pero por la distancia que no quede.

Acorté por un callejón y antes de que pudiera pensar algo, una mano me tomó del brazo, a lo que respondí con un fuerte grito.

-¡Cállate, perra!-No... Esa voz no era de Justin...-Puede pasarte algo malo si vas a estas horas por la calle... ¿Lo sabías?

-No d-déjame por favor...

No more {Justin Bieber} SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora