•Capítulo 6

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El sonido constante del timbre me despertó.

Cogí el móvil de la mesilla y lo quité del cargador.

Eran las 21:30.

¿Y si era Justin?

Me guardé el móvil en el bolsillo y bajé las escaleras despacio, la costilla me estaba fastidiando.

Abrí la puerta y era un Justin cabreado, como siempre.

-¿¡Por qué no abrías!? Me has hecho esperar-Reprochó nada más verme.

-Estaba dormida y-yo lo siento...

-Vámonos-no me dio tiempo a decir ni a coger nada más, me arrastró cerrando la puerta. ¿Y las llaves que, genio?

Me llevó hacia un Audi azul Caribe que había aparcado frente a mi casa.

-¿Este es tu coche?-pregunté asombrada.

-Si, ahora no preguntes más y súbete-bufó y me abrió la puerta del coche, una vez que estaba dentro la cerró con fuerza y rodeó el vehículo para entrar y arrancar.

El miedo me estaba comiendo por dentro, presentía algo malo esta noche, y lo peor es que no tengo la menor idea.

Decidí decir algo para romper el hielo-¿Puedo poner la radio?-Amaba la música.

Apretó su mandíbula y me miró un segundo antes de centrar la mirada en la carretera-Ponla y déjala donde yo te diga.

Asentí y cuando estiré la mano en pocos segundo empezó a sonar "Human" AMABA ESTA CANCIÓN.

Justin no dijo nada así que la dejé y empecé a cantarla a susurros.

Parece que se la sabía pues él también la cantó, pero más bien sólo movía sus labios.

Sus rosados labios.

Al acabar la canción apagó la radio y me di cuenta de que creo que habíamos llegado a su casa.

Desde el coche pude observar una casa de un amarillo mármol y ventanas blancas preciosas.

Sus dos pisos eran el doble de espaciosos que mi casa.

Un jardín verde enorme y alguna que otra flor preciosa.

-¿Vives aquí?

-Si, vamos-salió del coche y yo le imité. Caminamos por el camino de piedra a la entrada. Sacó de su bolsillo unas llaves u abrió la puerta de madera blanca.

Al entrar cerré la puerta tras de mi y la boca me calló abierta literalmente. Lámparas de araña en el salón, todo bien colocado y cuadros de Justin y lo que creo que de su familia estaban colocados perfectamente sobre la pared y mesas.

Unas escaleras de cristal en forma de Caracol...

-Cierra la boca que te entran moscas...-dijo divertido mientras sonreía, parecía orgulloso de tener esa casa, y le entendía.

Le miré sonrojada y me agarró del brazo para caminar pasando una sala de estar a lo que parecía la cocina.

-Hazme la cena, quiero canelones de carne. Ah y luego ya veremos que te espera.

Me dejó sola y mi cara cambió a una seria, si pudiera congelar el tiempo lo haría.

-Veamos a ver que hay aquí...-susurré mientras caminaba hacia la nevera roja. Cuando la abrí parecía que estaba en un supermercado.

Saqué todo lo necesario y me puse manos a la obra, me costó encontrar los cubiertos y todo pero al final lo logré.

Mientras la comida estaba en el horno, puse los cubiertos en la mesa de cristal roja también y cuando puse la mesa, me senté en una silla a esperar que estuviera todo listo.

No había señales de Justin, así que estaba tranquila.

El clic del horno sonó.¡La comida estaba lista!

Saqué el recipiente con un trapo para no quemarme y lo dejé con cuidado en el centro de la mesa.

Puse mis manos en mi cintura y resoplé pensando si ir a buscar a Justin para decirle que la cena estaba lista o gritarle que viniera.

Preferí llamarle, en esa casa me podría perder.

Haya voy... Atente a las consecuencias-¡Justin, ya está la cena lista!

No esperé respuesta pero a los minutos entró a la cocina con un pantalón gris de chandal por las rodillas y una camiseta de tirantes blanca.

-No me grites. Y por cierto, huele genial-dijo sentándose en la silla.

Algo bueno me ha dicho por lo menos...

Me senté frente a él y comenzamos a comer en silencio.

No more {Justin Bieber} SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora