Mentiras

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Estaban tumbados en un prado húmedo y repleto de diminutas margaritas. Era la flor preferida de Sungmin. Había descubierto aquel lugar años atrás y acudía allí con frecuencia para sentarse a pensar, para dejar que el sol se filtrase entre las copas de los árboles y le acariciase la piel. A diferencia del interior del bosque, que lo acompañaba en sus enfados, aquel sitio era mucho más luminoso, más puro.

Sonrió cuando Siwon colocó una última margarita entre sus cabellos dorados. Luego lo besó. Despacio. Con cuidado. Con dulzura. Sus besos siempre eran así, tiernos.

-¿Crees que tus padres me querrían si nos casásemos algún día?

Se amonestó a sí mismo en cuanto terminó de formular la pregunta. Aunque llevaban casi un año saliendo juntos, Siwon evitaba hablar de lo poco que los Choi apreciaban sus elecciones. Para ellos, Sungmin tan solo era un chico tonto y mono, hijo de un padre alcohólico y misógino y una mujer infiel que les había abandonado a ambos y desatado las habladurías del pueblo.

-Lo importante es que te quiera yo, ¿no crees?

-¿Y me quieres?

-Te quiero, Min.

-¿Y si tus padres te convencen de que puedes conseguir a alguien mejor...?

-Tú eres lo mejor para mí. Ya lo sabes.

Recuerdos de Otoño (KyuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora