Capítulo X

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Ariana salió de la casa de su hermana sin rumbo fijo, pensó que lo mejor sería estar en casa de su hermana Danielle, así que camino hasta Witley Court.

Danielle tomaba el té por la tarde en su salón favorito cuando escucho que su ama de llaves platicaba con alguien conocida.

-Martha con quién conversas, sabes que no debes entretener a las visit... (Danielle estaba asombrada no esperaba a quien estaba en la puerta).
Ariana ¿eres tu?
-Hola Danielle (dijo Ariana con un tímido saludo.
-¿Qué te ha pasado? (dijo Danielle al ver a su hermana en malas condiciones, estaba más delgada y pálida).
-Michelle tiene otras maneras en la que le puedo ayudar (dijo con una débil sonrisa).
-¡Dios mío! Martha lleve a mi hermana a comer algo y después acompáñela a la habitación de huéspedes para que descanse, por favor.
-Si Señora Bradford.
Ariana comió un poco y acepto tomar un descanso, cuando despertó estaba por atardecer, no esperaba que se hubiera quedado dormida tanto tiempo.

Danielle se encontraba cenando en compañía de su querido esposo, lo adoraba, y disfrutaba de la conversación que estaban teniendo, al voltear vio que su hermana estaba en la entrada del comedor.
-¡Ariana! Querida, me alegro que hayas despertado al fin (dijo Gabrielle con una cálida sonrisa).
-Si (dijo tímida Ariana) disculpen si interrumpí su cena.
-Claro que no Ariana, por favor siéntate con nosotros (dijo amablemente el esposo de Danielle).
-Muchas gracias Lord Bradford.
(Lord Bradford asintió y prosiguió a cenar).
-¿Como te sientes hermana?.
-Bien, gracias Danielle
-Me alegro, mi esposo y yo decimos que serás tratada en tu estancia como lo que eres, mi hermana.
-Tú siempre me has tratado como tu hermana Danielle. Eres la única que lo ha hecho (dijo esto último en un tono débil).
-No siempre y me disculpo por eso Ariana (Dijo Danielle un poco melancólica y triste).
-Pero has sido más amable que Michelle, Marissa o Michaela.
-Si, olvidemos eso por un momento, lo que quiero decir es que te compraremos vestidos, una de mis damas te ayudara a alistarte y muchas cosas más (estaba muy entusiasmada de decirle eso a Ariana y también estaba agradecida de que su querido esposo tuviera esa idea, fue muy amable al aceptar gastar en su hermana).
-Esperamos que aceptes este detalle, Danielle a decidido llevarte mañana con su modista.
-De verdad, muchas gracias.
-Solo queremos que estés cómoda y te recuperes de salud.
-Ehm, si, estoy muy agradecida con ustedes por todo lo que están haciendo por mi.
-Descuida Ariana, no hablaremos de eso si quieres (dijo Danielle algo preocupada).
-Si, gracias.

Por la mañana Danielle le presto a Ariana uno de sus viejos vestidos (con el embarazo ya no podía utilizarlos) y acompaño a Danielle con la modista, pasaron una tarde agradable tomando té y leyendo en una sala decorada en tonos pastel y sutiles flores en la tapicería de los muros.
Danielle disfrutaba de la compañía de su hermana como si fueran grandes amigas (algo que no pudo hacer cuando vivía con sus padres porque Ariana era injustamente castigada).

-Me ha encantado disfrutar de estos días a tu lado Ariana, no podría pedir mejor compañía.
-Gracias Danielle, no solo me acogiste en tu casa, también me has educado para ser una dama.
-Eres de la nobleza Ariana, como todas la jóvenes nobles, debes ser instruida en la educación necesaria para ser una dama.
(Ariana sonreía ante el comentario de su hermana).
-Estoy muy agradecida contigo y tu esposo, han sido muy amables conmigo.

Michelle se encontraba feliz de que hace algunas semanas hubiera alejado de su casa a esa joven insulsa que se creía su hermana, solo le traía problemas, como cuando era pequeña (algo que prefería no recordar).
Una tarde mientras disfrutaba de tomar el té en un saloncito, se sorprendió de escuchar a su ama de llaves decir que su madre había llegado de visita (no era muy bueno que su madre estuviera ahí, estaría enfadada cuando se enterara que Ariana ya no se encontraba con ella).

-Hola cariño, ¿Cómo te encuentras hoy? (Dijo Lady Christine a su hija).
-Bien madre, es un gusto tenerla aquí (dijo Michelle con un gran respeto).
-Gracias (dijo Lady Christine mientras esperaba que la cocinera le sirviera el té).

Una Dama Como CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora