¡Prólogo!

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- ¡Más lento papí!..- le digo pero ya es tarde, mis pies tropiezan y caigo al suelo raspando mis rodillas en el proceso.

- ¡Lo lamento Mel-Mel!...- se disculpa ayudandome a levantarme, levanta mi muñeca del suelo y la coloca en mi mano, acomoda bien mi mochila en mis hombros, acaricia mi rostro y retoma el paso apresurado.

Mis rodillas raspadas estaban haciendo que el caminar a pasos apresurados se volviera cada vez mas dificil, su mano apretando la mia dolia demasiado.

- No tan rápido..- le suplicó pero él no me escucha, solo sigue caminando sinchando de mi. La muñeca en mi mano libre golpeaba el suelo de piedra haciendo que sus cabellos negros se tiñeran de la mugre de la calle. La mochila en mis hombros pesaba demasiado como para que la sostuviera.

- Mas lento, ya estoy cansada..- le digo y él me mira un momento y sus ojos azules me devolvian la mirada con temor.

- Ya estamos cerca Mel-Mel..- me dijo con una pequeña sonrisa y me reí.

- A donde vamos papí?..- pregunto y su hagarre en mi mano se aprera mas.- Ay! Me duele..- me quejo y este afloja el agarre en mi mano.

Mi vista se perdio en el cielo azul brillante, en el sol que quemaba mi vista al mirarlo pero aún así me parecia hermoso. A mamá le encantaban los días así.

Quince minutos después el se detiene y se agacha a mi altura.

- Papí donde estamos?..- pregunto de nuevo y este me mira sin expresión alguna.

- Mel-Mel estamos en un lugar en el que estaras protegida, en el que abran muchos niños de tu edad para jugar mucho, un lugar donde abran personas buenas que cuidaran muy bien de tí..- me contesto mientras se agachaba a mi altura y acariciaba mi mejilla. Mis ojos se llenaron de lágrimas y se deslizaron por mis mejillas.

- Y tu a donde iras? Quiero ir contigo papí!..- llore dejando caer mi muñeca al suelo y abrazandome a él. Pero este me aparto enseguida.

- No puedes venir, tienes que quedarte aquí..- me dice haciendo una seña al lugar delante de mí.

Mi vista se poso en una gran casa, muy grande con un montón de ventanas de diferentes colores, vi un enorme patio delantero con un montón de juegos y unos cuantos niños jugando en ellos, vi a una señora mirando hacía mi desde detras de la reja del lugar. Entoces poco a poco comenzo a caminar hacía nosotros.

- No quiero quedarme aquí..- le suplicó aún llorando y este seca mis lágrimas.

- Tienes que hacerlo Mel-Mel..- me susurra besando mi cabeza y dandome un abrazo.- Recuerdas cuando fuimos con mamá a ese campamento de verano hace dos años?..- cuestiona y puedo notar como su voz basila cuando recuerda a mamá. Asiento.- Recuerdas lo mucho que te divertiste con todos esos niños?..- me pregunta y asiento.- pues aquí sera igual, te divertiras con estos niños..- me dice y niego.

- Papí vamos a casa..- le suplicó y este niega.

- No hay una casa a la que volver, tu mamá se fue. Ahora es mi turno..- me sonrie y niego.

- Te iras al cielo como mamá?..- le pregunto con el dolor en mi pecho haciéndose mas grande.

- No cariño pero ya no puedo cuidar de tí, ya no puedo..- me abraza y veo que esta llorando.- ¡ya no puedo hacerlo Mel-Mel, me duele demasiado!..- llora abrazado a mi y mi llanto se vuelve mas fuerte.

Mi vista se encuentra con la mujer que venía hacía nosotros y una sonrisa se extendio por su rostro. Sus ojos negros me evaluaban con detenimiento y sonreían a pesar de eso.

Melwood: Broken InsideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora