Pis'mo

265 12 8
                                    

El día del accidente

-Harry Styles, su turno- Brama la señorita Fayers

Miro nervioso a mi alrededor, va a salir bien, tiene que salir bien, lo he ensayado muchísimas veces en casa, saldrá genial, me digo a mí mismo. Inhalo fuertemente y agarro del suelo la jaula gigantesca a la vez que sostengo mi cuaderno con mariposas dibujadas en mi mano libre. Me levanto y miro glorioso a mis compañeros. Empiezo a mover mis pies e intento pasar por el estrecho pasadizo que me lleva al frente de la clase. Volteo mi cabeza para mirarles a todos. Miro directamente a los ojos violeta de Olivia que me miran con perplejidad. La intriga, la duda... es lo que esperaba ver en sus ojos, y no me equivocaba, contemplo sonriente los interrogantes cayéndoles encima de los hombros, como suben a sus mentes clavándose como las garras de una rapaz a su presa. No pueden ni imaginárselo. Maravilloso, todo está saliendo tal y como había planeado.

Finalmente mi pie tropieza con esa baldosa rota. He llegado en frente de la pizarra. Es la hora. Debo comenzar.

Tomo una fuerte bocanada de aire inhalándola hasta que noto que me llena los pulmones, que mis alas se llenan de sangre. Que la mariposa está lista.

Cojo la tiza de la suerte guardada en mi bolsillo trasero del pantalón de pana que me hizo mi madre. Disfruto de la suavidad de la tela, mis sentidos están tan vivos como los de una mariposa.

Aprieto la tiza contra la pizarra y hago la primera letra. Quince segundos después he terminado de escribirlo. Me arrodillo frente a la jaula y abro la puerta de ésta. Golpeo suavemente la entrada de la jaula consiguiendo así que se pose en mi dedo. Saco lentamente mi mano y la alzo con rapidez. Me giro hacia todos y tengo una sonrisa tan grande que a penas cabe en mi rostro. Leo el título de mi redacción en voz alta:

LAS MARIPOSAS

Lily abre sus alas levitando sobre mi dedo. Un rayo de sol hace brillar como nunca el aparente azul metálico de su cuerpo .

Oigo un coro de suspiros asombrados, no era menos de esperar.

Abro mi cuaderno.

Y empiezo.

Una mariposa tiene cuatro alas, dos alas delanteras y dos traseras. Los fuertes músculos en el tórax mueven las alas hacia arriba y hacia abajo en un patrón en forma de ocho durante el vuelo.

Lanzo a Lily hacia arriba, o como ellos la llamarían, a mi mariposa Morpho Azul. Empieza a volar. Prosigo.

Cuando la mariposa es totalmente adulta emerge de su crisálida, y sus delicadas alas están arrugadas y húmedas. La mariposa se cuelga boca abajo y bombea sangre hacia las alas para inflarlas. Ella debe esperar a que las alas se sequen, antes de poder volar. Cuando estas frágiles alas se rompen, no se reparan .

El tórax, que es el segmento detrás de la cabeza del cuerpo de la mariposa, alberga los músculos de las alas y es donde se unen con los tres pares de patas. Vienen en dos pares, un par delanteras y un par de alas posteriores.

Empiezo a silvar nuestra canción "Hay un amigo en mí". Alargo mi dedo índice y la miro mientras revoloteando se posa en mi dedo elegantemente y con suma delicadeza. Durante un nanosegundo en el mundo parecemos existir solo ella y yo. Sacudo mi cabeza y miro al frente sonriendo.

Oigo pequeños grititos de asombro. Sonrío aun más.

Cada mariposa que ves es técnicamente un adulto mayor, ya que ha vivido la mayor parte de su vida de una forma muy diferente a la mariposa que vemos volando por ahí. Las mariposas ponen sus huevos, al igual que otros insectos y de cada huevo sale una oruga, nombre con el que se le conoce a la larva de una mariposa, cuyo único objetivo en la vida es encontrar a su planta huésped y consumir tanto de ella como sea posible.

Crisálida ||l.s||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora