Rebecca Pov
Empecé a abrir mis ojos poco a poco, tratando de visualizar donde estaba, pero cada parpadeo que intentaba era como un martillazo para mi cabeza.
Nunca vuelvo a tomar.
Comencé a masajear mis sienes, cuando una mano se posó en mi vientre, me asusté, no me había percatado que tenía compañía, gire mi rostro y pude ver a la chica de los ojos color cielo. Jamás imagine que dormiría a lado de ella, aunque, lo haya hecho inconscientemente. Me recosté de lado para observarla mejor, sonreí por escuchar los pequeños ronquidos que salían de su boca.
¿Cómo puede ser tan linda?
Vi la hora en mi reloj, aún era muy temprano.
Seguí admirando su belleza, adoraba ver aquellas pequitas que adornaban su nariz, la hacían ver muy dulce; en un arrebato lleve mis dedos hacia sus pecas, tratando de unir los puntos que se formaban... como si de constelaciones se tratara.Crearía un nuevo universo solo para las dos.
Sin proponérmelo mis dedos llegaron a sus labios, con mucho cuidado acaricie esa boca que solo una vez tuve el privilegio de besar. Perdía el horizonte observándolos, quería volver a probarlos.
Susurre un perdóname y roce mis labios con los suyos, fue un pequeño contacto, me arrepentí al segundo y me levante, aunque casi caigo en el intento, logré estabilizarme y salir de aquella tienda, no sabía lo que podría pasar si permanecía más tiempo en este lugar.
Mire que al frente mío venía Alexa, seguro durmió en mi tienda.
—Buenos días— saludó. Un poco seria.
—Buenas. ¿Dormiste bien?— pregunté, para parecer un poco cortés.
—Sí ¿y tú?— me devolvió la pregunta.
—De maravilla— respondí, mostrando una gran sonrisa. Amé ver la cara de desconcierto que tuvo Alexa con mi respuesta. Pase por su lado, para buscar a. mi amiga.
Entré a mi tienda, como lo suponía Lau seguía durmiendo, busque entre mis cosas y por obra del destino había traído pastillas para el dolor de cabeza, tome una; espero que sea suficiente para recuperarme, además, de tomar suficiente agua, debía hidratar mi cuerpo.
—Hola, miedosa— escuché a mi amiga, que recién despertaba.
—Hola, tonta — saludé
—Que tal tu noche, aprovechaste la oportunidad— insinuó con una sonrisa ladina.
—No sé de qué hablas— evadí
—Dormiste con Sarita, me vas a decir que no hicieron nada.
—Estaba mareada, jamás me iba aprovechar de ella— repliqué
—Sigue así y veras como se te comerán el mandado— rodé mis ojos.
—Iré a preparar el desayuno, mejor —Hui, antes que siga preguntando y descubra lo que hice.
Me acaricié los labios recordando el momento en que le robe ese pequeño beso a Sara, aunque fue décimas de segundos, sentí sus labios unidos a los míos. Solo el hecho de recordarlo me aceleraba el corazón. Mire hacia arriba, donde se podía vislumbrar un sol resplandeciente acompañado de un cielo raso que me recordaba al color de los ojos de Sarita, sonreí con el hecho de compararlos, para mi sus ojos eran mucho más hermosos que cualquier cielo.
Sara Pov
No podía creer que todo había sido producto de un bendito sueño, se sintió tan real aquel beso. Acariciaba mis labios suavemente.
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El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)
ChickLitEl amor no se debe condicionar por tu género. Todos merecemos ser felices sin importar con quien lo seamos. Rebecca una abogada exitosa y comprometida, conoce a la chica de ojos color cielo, de la cual siente una atracción irreparable. Sara, recié...