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Hay silencios incómodos, silencios agradables, pero este no sabía cómo definirlo. Miraba a Sarita que estaba concentraba mirando por la ventana. No tenía ni idea de qué manera podía preguntar por la tal Alexa sin que piense mal.
Pero antes de emitir palabra, ella habló.

—No recuerdo ningún cliente con ese nombre— divagó

— ¿Ah?— la miré, no entendía

—Pues Jack, vengo pensando y no recuerdo a nadie— Demonios, no lo ha olvidado.

—Bueno... lo que pasa... Es nuevo, recién se contactó hoy con Laura y quedaron en reunirse, es por eso que no sabías nada— No se me dan nada mal las mentiras. Creo que no es bueno este don.

—Vaya, ahora tiene sentido— asintió la cabeza y volvió a mirar por la ventana. Es ahora o nunca.

—¿Cómo van las cosas con la doctora?— Siento que se me revuelve el estómago si pronuncio su nombre.
Alzó las cejas, seguro no se esperaba que preguntara por aquello

—Bien— Joder, eso no me sirve, quiero saber si le gusta.

—¿Solo eso?— Me miró, y yo continué hablando— O sea, digo, crees que te puede llegar a gustar.

Mierda, siento que fui muy directa

—Ya me gusta— Esa respuesta espinó mi corazón.

Siguió hablando

—Pero no sé. Alexa es una mujer exitosa, muy hermosa, inteligente, de mundo— tantas flores para esa tipa, que horror.

— Y, qué pasa— pregunté

—Pues no hallo razón alguna, para que me busque, a veces pienso que soy su juego— Podría aprovechar el momento, pero no puedo hacerlo.

—Hay muchas razones. Sara, eres la chica más responsable que he conocido, además, de hermosa, unos ojos azules impactantes que es imposible no admirarlos; cualquier mujer moriría por salir contigo. Debo admitir, a la doctora le atraes, me doy cuenta en la forma en la que te ve— Cavando mi propia tumba, muy bien.

— Gracias por sus palabras. Yo la admiro porque ha logrado conseguir todo en esta vida. Éxito, salud y tener a la mujer que ama con usted— Ay, si supiera.

—Tutéame, que no estamos en la oficina y me haces sentir más vieja— dije bromeando

—Perdón. Nada de vieja, si se ve demasiado bien— Sonreí por sus palabras, pero ella apartó la mirada

—Gracias, eres un sol Sarita— La miré un instante, pero regrese la vista al camino. Después de todo, no fue mala aquella idea de seguirlas... Digo, de coincidir en el restaurante.

Regresamos a la oficina y cada quien se metió en su rol de jefe empleada. Había mucho trabajo que hacer y pocos días para el juicio.
Tendría que volver a ver a esas brujas. Espero ganar, tenemos todas las pruebas necesarias para hacerlo, sin embargo, nunca se sabe y menos con Arantxa, he escuchado sus maneras de ganar casos no tan derechas.

Sara Pov

Cuando vi su auto pensé que debía tener dinero, pero saber que pertenece a una de las familias más influyentes me tomó por sorpresa. Quién demonios en su sano juicio, me invita a salir a mí, una simple egresada, cuando puede salir con una modelo, actriz o que se yo, a alguien de su mismo estatus se podría decir.
Sin embargo, no dejaba de sentirme halagada, cuando me ve, las piernas me tiemblan, su mirada impone y su seguridad al hablar, la hacen muy atractiva, no puedo negar que me está atrayendo mucho Alexa.
Pero, siempre hay un pero, Rebecca está ocupando un espacio muy grande en mi corazón, si pierdo la concentración con Alexa con Rebe pierdo todo, el norte, mis latidos se aceleran. Es por eso que tenerlas a las dos en una misma mesa fue lo que menos me esperaba. Estaba a punto de volverme loca, dos diosas del olimpo y Laura, claro.

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora