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Sara Pov

Estaba en la oficina ordenando los archivos de casos ganados, pero mi mente seguía pensando en el desastroso final de ayer. Nat, no sabe controlarse, cómo se le ocurre decir tanta idiotez delante de mis padres. Por suerte salimos libradas de todos esos infortunios.

Tenía que hablar con Rebe de lo que pasó aquella mañana, me tiene mortificada que no haya significado nada para ella; es que para mí fue todo, nunca pensé vivir una situación así, menos con una mujer.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Soy tan cobarde que no me atrevo a entrar a su despacho, y pedir que hablemos de todo lo sucedido, pero se que tiene muchas reuniones las cuales debe de atender en unos momentos, creo que hoy no podremos hablar sobre el tema.
Sin embargo, ella habló con mis padres, ¿eso debe significar algo?

—Sarita, pero que linda te ves. Te veo algo diferente—se acercó Laura a mí, empezando a percibir alrededor mío.

—¿Qué le pasa?—pregunte

—Hueles a...

—A...

—¡Que por fin cruzaste completamente al lado oscuro!—hablo con emoción.
Rodé mis ojos, no esperaba nada serio viniendo de ella.

—Que graciosa—farfulle

—Cuéntame, ¿qué tal estuvo?—por lo visto Rebe ya le ha dicho, que vergüenza.

—No responderé —contesté tajante

—Por favor. La aburrida de Becca tampoco quiso, por lo menos dime, ¿si te gustó?— interrogó, golpeando mi hombro con el suyo.

No pude evitar reírme, no la aguanto.

—Hey, esa sonrisita lo dice todo. Me siento orgullosa de mi amiga— alardeó

—No dije nada, pero sí. Fue maravilloso—confesé

—Qué bonito es el amor, entonces, ¿ya están juntas?— curioseo

—No, aún no hemos hablado de lo sucedido.

—¡¿Qué?! Pero si ayer fue a tu departamento para conversar— bufo

—Ocurrieron cosas que lo impidieron—solo mencioné

—Ah no, tú no me dejas así— me tomo del brazo y me llevo a su despacho. Me sentó al frente de su escritorio, y ella ocupo su sillón.

—¿Qué hago aquí?—pregunté

—Me contaras que pasó, no puedes dejarme con la intriga. ¡Moriría!— coloco sus manos dramáticamente en su cabello.

—Exagerada. Está bien, le diré. Mis padres llegaron de visita a mi casa y bueno... Rebecca llegó y los conoció—mencione

—No... Ya conoció a los suegros, ¡que emoción!—parecía una chiquilla alborotada.

—No tanto, Rebecca no se percató al primer instante y me besó, todo esto a vista y paciencia de mis padres.

—¡QUÉ! ¿Me lo dices en serio?—preguntó. Yo, solo asentí. No me espere que explotara en risas— Hubiera pagado para estar en ese momento, pobre Becca.

—Fue muy incómodo, mis padres querían muchas explicaciones de lo que había pasado y se molestaron cuando se enteraron que es mi jefa y está casada.

—Entiendo, Becca lo tiene complicado, debe ganarse a los suegros, porque a ti ya te ganó y te disfrutó—me dio un guiño

—Se parece tanto a Nat, ella le dijo a mis padres que me gustan las mujeres—conté

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora