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Sentía que podría quedarme bizca, no sabía a quién miraba más, si a mí doctora favorita o a mi guapa jefa.
Sus cuerpos húmedos, su cabello, su simetría, todo era una obra de arte. Bendita sean las mujeres, mis niveles de heterosexualidad han quedado en cero después de conocer a estas diosas.

—Deja de mirarlas, pareces un viejito rabo verde— habló Lau. La miré con odio por distraerme. Salpique agua a su rostro y ella imito mi acto. La riña se volvió intensa y empezó a perseguirme, ese fue el inicio de mi sufrimiento.
No me percate, de que había avanzado a las profundidades de la laguna y de pronto deje de tocar el suelo.
Lau vio como empezaba a manotear, pero solo se reía de mí.

—No voy a caer en tu trampa. Ese embuste de hacerse el ahogado  ya me la han hecho varias veces— la vi, como se iba.

Empecé a desesperarme, por más que trataba de salir a flote, mis movimientos lo único que lograban eran hundirme, trague grandes bocanadas de agua, creo que será mi fin, de a poco todo se volvía oscuro.

Rebeca Pov

Después de ver a Sarita besarse con aquella doctorcita, bajó mis ánimos por completo, trate de disimular como si no hubiera pasado nada, pero no era así. Lo peor de todo, es no poder hacer nada, porque soy una mujer casada y ella tiene el derecho de besarse con quien quiera.
De pronto sentí como salpicaron agua a mi rostro, despertándome de mi ensoñación.

—Cambia esa cara de seria, de intelectual, de enciclopedia — puse mis ojos en blanco, tenía que ser la idiota de mi amiga.

—No estoy de ánimos —bufé

—Sí, de eso ya me di cuenta. Sé que te afectó ver a Sara con Alexa, pero sabes que no puedes hacer nada— reafirmó lo que pensaba.

—Ya lo sé

—Entonces, trata de divertirte — animó.

Puse mis manos en sus hombros y la hundí bajo el agua, para después salir corriendo.

—¡Me las vas a pagar!— gritó, con todo su cabello esparcido en su rostro.

Salí del agua, ya me había aburrido de estar dentro, bueno también, porque no soportaba ver a ese par de tortolitas juguetear entre ellas.

—¿Estás bien?— escuché una voz. Busque el origen de la misma y pude ver a la doctorcita.

—Sí. ¿Por qué lo preguntas?—Desde que llegamos, no hemos compartido ni un momento a solas y tampoco es que me apeteciera.

—Como te vi salir del agua presurosamente, pensé que te pasaba algo — contestó

—No, todo está tranquilo— mentí. Porque no estaba todo bien, no la quería cerca de Sara, ella es mi empleada y mi a...

—Me alegro — sonrió

—¿Dónde esta Sara?—pregunté buscándola con la mirada.

—La vi jugando con Laura en el agua— comentó tranquilamente

—Oh... no— mencioné, antes de salir corriendo en dirección a la laguna.

—¿Dónde está Sara?—Pregunté, cuando tuve al frente a Lau.

—La muy tontita piensa que voy a caer en su juego de fingir que se ahoga— hablaba entre risas.

Mire a la laguna y no podía visualizarla

Ella no sabe nadar escuchamos decir a la doctorcita, antes de lanzarse al agua.

—¡Mierda!— vocifere. Y también nadé en busca de mi chica ojos color de cielo.
Pero antes de llegar a la parte profunda, Alexa ya regresaba con ella, me asustó ver que la traía inconsciente. Me acerqué para ayudarla y sacarla rápido del agua.

—Debo darle RCP — mencionó Alexa, cuando terminó de recostar a Sara en el suelo.

—Lo haré yo— intervine, no iba a permitir que volviera a sentir sus labios.

—La doctora, soy yo— replicó

—Sé que hacer en estos casos, tengo estudios en primeros auxilios— me defendí

—Yo soy su futura novia— soltó

— Futura, aun no lo...

—¡CALLENSE!—grito Lau— Lo haré yo, ustedes nunca se pondrán se acuerdo.
Quedamos impávidas, cuando fue Lau quien práctico el RCP, intentó varias veces, hasta que empezó a toser y botar el agua por su boca.
Pude respirar aliviada, no sé qué haría si le pasara algo.
En un instante estuvimos las dos a los costados de ella, esperando que estuviera bien.

—¿Cómo te sientes?— dijimos al unísono.
Sus labios estaban un poco morados, si no hubiera regresado a la laguna, no quiero imaginar el final.
Con sus manos se ayudó para poder sentarse. De inmediato trate de ayudarla, para que no hiciera mucho esfuerzo.

—Me asustaste— murmure, aún nerviosa. Mostró una sonrisa temblorosa, nunca la había visto tan frágil. Intente abrazarla, pero la nefasta de Alexa se me adelantó, y la rodeó con sus brazos, brindándole el calor que yo estaba dispuesta darle. No me quedó de otra que alejarme de allí, ya era momento de volver a la realidad, tengo una esposa esperándome en casa.

—¿A dónde vas? — pregunto Lau, que venía dando grandes zancadas, no sé porque lo hace, su tamaño es mayor al mío, dos zancadas mías es una de ella.

—Nos vamos— sentencié

—Aún es temprano— replicó

—Si quieres quedarte hazlo, por mi parte, regreso ahora mismo a la ciudad.

—Tu enojo no tiene fundamentos, lo sabes, ¿no? — odiaba cuando tenia razón, pero no podía hacer nada, para no sentir aquella punzada en mi corazón, cada vez que veo juntas a Sara con la doctora.

Pare en seco, no aguantaba más, mi mecanismo de deshahogo fueron las lágrimas, sentí como rodaban por mis meljilla y no hice nada para deternerlas, no soy tan dura como piensan, al fin de cuentas soy una simple humana, con defectos y errores; y mi peor error era pensar, sentir cosas por alguien que no es mi esposa. Colocó su mano en mi hombro, dándome apoyo, sin pedirlo me abrazo fuerte, tratando de reparar los fragmentos de mi lastimado corazón.

—Llevaba tiempos que no te veía llorar, eso me recuerda que también eres humana— alce la vista y golpee su hombro, no sé qué haría si no la tuviera en mi vida.

—Tonta, soy humana— refunfuñe

—Por cierto, los labios de Sarita son muy suaves— sonsacó, muy sonriente. Le di un coscorrón por atrevida

—¡Auch! No eres humana, eres una bestia— recriminó

—Eso te pasa por decir incoherencias.

—Solo decía la verdad. Lástima, que tú no hayas tenido el placer de probarlos— se burló

—Quién dice que no—murmure. Con tan mala suerte, que logro escucharlo. Se detuvo y me miró expectante a que continuara con lo expuesto. Me hice la desentendida hasta que...

—¡LA BESASTE!— Gritó y tape su boca rápidamente. Es una idiota gritona por completo.

Rebecca acaba de meter la pata 😱

Admito que me divertí con este capítulo y no porque casi se ahoga Sarita, sino, porque me recordó lo que una vez también pasé 😅

Gracias a todas las criaturitas del señor, que siguen la historia.

Buen fin de semana... besos.

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora