Capítulo 11: La búsqueda.

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Markie.

Lunes, 15 de Febrero de 2016.

Ha desaparecido. Lo repetía una y otra vez en mi cabeza. «Lo siento, no se nada sobre él.»: esas habían sido las palabras de todas las personas a las que le preguntábamos Tyson y yo por el paradero de Lucas. Nadie sabía nada de él. Nadie lo había visto. Él... estaba desaparecido.

Eran casi las cuatro de la madrugada, y llevábamos cuatro horas buscándolo en auto y a pie. Lucas no había desaparecido sin más. Y no se me ocurría ni una sola razón por la que él pudiera marcharse de casa.

Tenía un nudo en la garganta, y sentía como las lágrimas querían acariciar mis ojos, pero me negaba a ceder. Conducía despacio por las calles. En cualquier otra situación habría manejado acelerado. Ahora, en cambio, debía de circular muy lento.

Era noche cerrada, y las tenues luces de las farolas apenas iluminaban la parte de acera que quedaba debajo de ellas. Podríamos haber pasado junto a Lucas mil veces sin darnos cuenta, porque no se veía nada; ahora bien, irme a casa y quedarme de brazos cruzados, como me sugería mi madre, no era una opción. Si me quedaba sentada a esperar, me volvería loca.

- Sé que es una pregunta estúpida, Markie. Pero, ¿estás bien?- Preguntó Tyson de nuevo, mientras que seguía mirándome compasivo desde el copiloto-.

Cada diez minutos, más o menos, él y mi madre me hacían la misma pregunta estúpida. ¿Qué esperaban que respondiera? «¡Claro que no! ¡Estoy hecha una mierda!»

- No- Murmuré-.

- Tranquila, Markie. Lo encontraremos.

- Si, claro.

A pesar de darle la razón, yo no me sentía muy segura. Por supuesto, no había nada que quisiera más en el mundo que encontrar a Lucas, pero tenía un nudo en la boca del estómago que no me dejaba tranquila. Estaba segura de que algo malo le había ocurrido.

- A estas alturas, podría estar en cualquier parte- Susurré-.

Pero, ¿en dónde? Era como si se lo hubiera tragado la tierra.

- Quizás... él si huyó de casa, Markie- Dijo Tyson por lo bajo-.

Me quede lívida.

- No, él no haría eso- Corrobore-.

Él se quedó en silencio un momento, y luego añadió:

- ¿Y si alguien lo... secuestró?

Entonces, mi moral se desplomó. Era justo lo que creía yo.

- Eso... es justo lo que más miedo me da. Alguien... tuvo que habérselo llevado- Contesté por lo bajo, tratando de no romper a llorar-.

- Pero, no hay que pensar en esa posibilidad, Markie. Todavía no sabemos nada- Me recordó él con cierto optimismo-. Hay que seguir buscándolo.

Ya habíamos mirado por todas las zonas de la comunidad, pero era posible que hubiéramos pasado algo por alto. No había nada de malo en mirar ni dos, ni tres veces. Quería escudriñar cada centímetro de cada lugar diez veces para asegurarme de que nada se me escapaba. 

Había hablado con mis colegas de la estación policial, y por suerte el jefe Hurns dio la orden de desplegar a varios agentes por toda el área en la que Lucas había sido visto por última vez, que había sido por la zona del instituto, pero, como no habían transcurrido veinticuatro horas, no querían ampliar el dispositivo de búsqueda. Jamás en mi vida había sentido tanta ira como cuando me habían dicho que teníamos que esperar veinticuatro horas para dar la alerta. Lucas podía estar en cualquier parte, pasando por un infierno, y, mientras tanto, la policía se negaba a tomarse las cosas en serio. ¿Acaso era la única agente que estaba preocupada por esto? ¡Madita sea!

Crush ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora