Crush ©

Capítulo 18: Corazón roto.

Lucas.

Martes, 05 de Abril de 2016.

Un mes. Había pasado un mes aproximadamente, y las cosas habían cambiado. No mucho, pero lo habían hecho. Todos los días se habían vuelto iguales para mi. Por la mañana Tyson bajaba al sótano para subirme con sus brazos y bañarme él mismo, ya que él no quería que me esforzara mucho por mis piernas rotas. Luego, él me llevaba a la cocina en una silla de ruedas que me había comprado y me pedía que hiciera el desayuno, y yo obedecía. Durante el resto del día si él estaba, veíamos películas en su dormitorio o jugábamos algún juego de mesa juntos, pero, si él no estaba, yo volvía al sótano. Aunque, al menos ya no era desesperante estar en el sótano sin hacer nada, ya que Tyson me había dado una pila de sus libros para que los leyera.

Por la tarde él me pedía hacer el almuerzo, o aveces el salia a comprar algo. Y en las noches el solía hacer la cena para ambos. Aunque, cuando comíamos, yo nunca comía con él en la mesa. Tyson siempre me dejaba comiendo en una mesita para niños que había sacado del sótano para que no comiera con él en la mesa. Odiaba eso, pero no podía quejarme, si lo hacía, él me abofeteaba fuertemente o me dejaba sin comer. Además, también lo hacía si no lo llamaba: Papi. Él me había estado obligando a llamarlo así, aunque, aveces lo llamaba por su nombre, pero no me golpeaba como otras veces que si lo llegó hacer.

Tyson era alguien complicado, era impredecible, nunca sabía lo que iba hacer, y la verdad, tampoco quería saberlo.

Era por la tarde y me encontraba en la cocina, sentado en mi silla de ruedas mientras que hacia rápidamente el almuerzo que Tyson me había pedido que hiciera. Él me había pedido sopa de carne para hoy, y la verdad, siempre me fastidiaba hacer ese tipo de platos difíciles, ya que no los hacía tan bien y Tyson se quejaba.

Me encontraba vertiendo varios condimentos a la sopa mientras que la meneaba con un cucharon a fuego lento en la cocina cuando Tyson entró repentinamente con el cabello mojado y despeinado, ya que al parecer se había recién bañado. Llevaba un camiseta blanca y unos shorts azules.

Se quedó en el umbral de la cocina por un largo rato de brazos cruzados, observándome cocinar, pero luego se acercó y se puso detrás de mi para tomarme de los hombros y comenzar a masajearmelos. 

- Huele fantástica la sopa, mamá- Dijo alegremente, y yo trate de no poner una mala expresión cuando volví a oír que me llamaba así-.

- G-Gracias- Contesté, concentrándome en cocinar en silencio-.

- El almuerzo de hoy tiene que quedarte especial, mamá- Dijo con cierta autoridad en su tono, y yo casi me estremecí al sentir lo cerca que comenzó a hablarme en el oído-. ¿Me escuchaste? La sopa debe de quedar bien, ya que hoy... tendremos visita.

Casi solté el cucharon dentro de la sopa cuando oí que tendríamos visita. ¿Enserio? ¿La visita me verá aquí? ¿Enserio me conocerá? 

- ¿L-La visita... me conocerá?- Pregunté con cautela, sin mirarlo a la cara-.

Entonces me quede mudo cuando él se echó a reír cínicamente.

- No seas estúpido- Dijo-. Tú iras al sótano mientras que yo almuerzo con Peggy aquí arriba.

Sentí un dolor en el pecho, pero, por alguna razón... ya me estaba acostumbrando.

- ¿Quién es Peggy?- Volví a formular otra pregunta cautelosamente, mientras que seguía dándole el ojo a la sopa-. ¿No almorzaré?

Él hizo un poco de presión en mis hombros, y yo trate de no quejarme ante eso.

- Claro que comerás, mamá- Respondió con una cínica amabilidad-. Pero, es obvio que en el sótano.