Epílogo.

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Domingo, 21 de Julio de 2019.
Presente.

Dos años. Habían pasado dos años desde el acontecimiento que había ocurrido en aquel incendio en el que dos corazones fueron rotos. El primer corazón que se había quebrado había sido el de Lucas Hood al darse cuenta que no podría vivir sin Tyson Hemmings, el chico que había robado su corazón y lo había hecho sentir amado.

El segundo corazón que se rompió esa noche fue el de Markie Leonhardt cuando se enteró de la verdad de su padre abusivo, y presenció como su mejor amigo se lanzaba hacia la casa en llamas para salvar a alguien que no le correspondía.

Para salvar a su crush.

El tiempo había transcurrido después de ese día, y Markie siempre tenía sueños y pesadillas sobre ese día, una y otra vez. Ella se culpaba de la muerte de su mejor amigo. La chica se culpaba de no haberlo podido salvar. ¿Pero qué podía haber hecho? No estaba bien de sus cinco sentidos, y Lucas había tomado la decisión de entrar a la casa para intentar salvar a Tyson de las llamas. Cosa que había resultado bastante difícil, ya que minutos después de que el pelirrojo entrara... la casa se derrumbó por completo.

Los bomberos habían llegado casi dos horas después de que la casa se derrumbara y terminara de ser consumida por las llamas. La ambulancia había llegado antes a la escena y habían subido a Markie adentro junto a su compañero: Spencer Reik. La oficial estaba destrozada por la perdida de su mejor amigo quien era casi como un hermano para ella. A pesar de que estaba siendo consolada por Spencer, no paraba de llorar por sentirse culpable por volver a perder a Lucas y decepcionada por haber creído que su padre era un buen hombre.

Los demás agentes llegaron a la escena, y las investigaciones para resolver el caso comenzaron desde esa noche. Intentaron salvar algo de los escombros de la casa, pero, no había nada. Absolutamente todo estaba quemado, hecho polvo. No habían evidencias, pero Markie cuando una vez pudo recuperarse y salir del hospital al que había sido internada para que lidiaran con la herida de su estómago, relató todo lo ocurrido. La verdad se supo, y no tardó en salir a la luz pública.

«La policía ha descubierto el paradero de uno de los asesinos en serie de Evotica, quien tan solo era un adolescente que cursaba el último año de una de las secundarias de la ciudad. El joven de diecisiete años cuyo nombre era: Tyson Hemmings. Fue el asesino en serie que mantuvo oculto setenta cadáveres de mujeres y el de dos hombres en una parte del canal en el río del bosque de Evotica, habían relatado en las noticias nacionales. «Cuatro personas más también fueron víctimas sumadas del asesino. Una de ellas había sido una compañera de clases quien había sido hallada oculta entre unos arbustos en el bosque. Otra había sido uno de sus amigos a quien había mantenido en cautiverio por casi dos meses, y que había fallecido al quedarse en el incendio que había ocurrido en la casa del asesino en la noche de este Sábado.», informaron públicamente. «Y las otras dos víctimas habían sido sus propios padres. La policía no obstante había descubierto los cadáveres a partir de una búsqueda que se hizo alrededor de los escombros de la casa. Debajo de la tierra de las flores del jardín estaban sepultadas las víctimas, quienes habían sido decapitadas y enterradas una sobre otra. Sin embargo, lo que llegó a ser más espeluznante e inquietante del asunto fue cuando en la autopsia se dieron cuenta de que la madre había sido asesinada estando embarazada... de su propio hijo.»

La noticia de que Tyson era el asesino de Evotica había sido de alcance nacional, y todos supieron la verdad de esa cara bonita. El incidente había afectado a las familias de las víctimas, y todas se hundieron en la tristeza de sus seres queridos. Las investigaciones siguieron, y no pararon de tratar de encontrar evidencias del caso entre los escombros de la casa. Trataban de hallar a los cadáveres de Tyson y Lucas, pero había estado siendo como encontrar una aguja en un pajar. Sin embargo, siguieron buscándolos a pesar de que tenían la posibilidad en mente de que tal vez sus cuerpos se habían pulverizado por las intensas llamas.

Crush ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora