|C U R I O U S L O V E | Whis x Bills / En Corrección /

'Premonición'

El festín estaba listo.El aroma intangible de los alimentos brincaban por las desoladas zonas del palacio del hakaishin, brindando una tentación absoluta a causa del aroma.El vapor caliente de los comestibles se vislumbraban sobre los semblantes de ambas deidades que esperaban ,con ansias, devorar las delicias servidas. Sin duda alguna, Whis, se había esmerado en la preparación de los bocadillos ;tanto así ,que lleno cada esquina vacía de la mesa con una porción de lo proporcionado.Carnes de rex marinadas en salsa, langostas cubiertas de relleno,comida tradicional japonesa e infinidades de pescados decoraban majestuosamente el mármol de aquella mesa. 

Una gran y sorpresiva sonrisa cobro presencia en el rostro de destructor ,quien devoraba con la vista las exquisiteces mencionadas. A pedido del ángel tomo asiento sobre su respectivo lugar para acto continuo dignarse en escoger su primer bocado, una gran indecisión le había dejado a la deriva de los alimentos ,provocando que apenas pudiera decidirse por dar un comienzo.Su cola se movía de derecha a izquierda mientras las voz del acompañante resonaba sobre los ecos de aquel comedero.

—Por favor, siéntase libre de degustar todo lo que quiera, Señor Bills.

Comentó el ángel orgulloso de su trabajo bien hecho.Con pasos lentos se posiciono sobre una de las extremidades de la mesa, tras detenerse opto por coger entre sus manos un cuchillo para luego comenzar a cortar los grandes trozos de carnes que descansaban sobre la porcelana circular.

—Estoy tan feliz.

Acotó Bills mascullando en degusto una de las pinzas de las langostas que había sido rellena.El calor del trozo descendía con lentitud y calidez sobre su garganta provocando que el ardor del mismo efectuara el sabor exquisito del crustáceo.

—¡¡Que rico!! 

Gritó con emoción la deidad mientras relamía sus labios en un intento de recuperar el sabor del langostino.

—Esto es algo tétrico ¿No crees? 

Comentó una voz de origen empalagoso proveniente de la entrada del comedor.Era el pez oráculo , quien había sido invitado por Whis y observaba con una sonrisa incomoda los sobrantes devorados de los vertebrados.

—¿Que haces aquí? 

Indagó con el ceño algo fruncido el destructor por la presencia del ser acuático.

—Whis me invito.

—¿De verdad?

Una mirada de capricho brindo la deidad más joven al más alto.Por su parte,Whis, se encontraba riendo.

—Perdone señor, pero es un banquete y el pez oráculo es parte de la familia.

—Como sea , solo no toques mi comida.

Tras la advertencia hecha la deidad continuo devorando los bocados que había reservado, al mismo tiempo que dos par de ojos penetraban con fuerza el semblante opuesto.Era el pez oráculo, de nuevo.

—¡¿Que quieres?! ¡¿Por que me miras!? 

La agresividad de sus palabras se volvió involucrada por la incomoda observación opuesta.