|C U R I O U S L O V E | Whis x Bills / En Corrección /

'Vacio'.

La arena del reloj descendió moderadamente, los granos de sablón llenaron por completo la superficie de aquella reliquia manteniendo su inactividad una vez más ; ningún estruendo se efectuó tras su caída evitando los destrozos que en algún pasado provocaron una gran revuelta. Aquel cuarto, el cual solía almacenar esos artefactos, estaba vació y cubierto por un silencio que crecía con cada estación del año.
 Los días eran apacibles y rutinarios , la estrella lejana perteneciente a ese distante orbe, liberaba sus cálidos y coloridos rayos sobre las tierras fértiles de aquel astro alimentando a cada uno de los pigmentos de dicha vegetación; literalmente todo era perfecto , la vivacidad del planeta estaba en su punto más culminante, sin embargo, había algo que no se podía ignorar y era el sentimiento de soledad que constantemente comenzaba a aumentar.

Los cantos de las aves podían ser oídos desde las lejanías de la gran superficie, sus cantos y los frecuentes chapoteos realizados por el ballenato y los cardumenes que saltaban ,con brevedad, sobre la cristalinas aguas del lago.
El clima no había cambiado en lo absoluto siendo este mismo regularizado por la presencia del día y de la noche. El viento continuaba con su transparente ritmo acariciando ,cuando tuviese la oportunidad, las figuras de aquellos seres que caían sobre sus tierras ; las brisas gélidas habían vuelto, y envolvían entre sus soplidos los rincones más desolados de aquel palacio mientras el mutismo de sus paredes era reemplazado por los gritos aulladores de un ciclón ,que por las noches ,atormentaba a quienes habitaban el hogar. No obstante, la paz se vio interrumpida por una conversación ejercida sobre la entrada de la cocina; una conversación emitida por los labios de un superior, que en el pasado, había atentado en contra de los accionares del destructor del séptimo universo , un consejero y padre cuyo nombramiento prevalece como Daishinkan.

—Destructor Bills ¿Me está escuchando?.

Fueron expuestas con demanda las palabras del creador quien contemplaba con una expresión serena la figura del Hakaishin.

—Si.

—Perfecto, dígame ¿Ha sido consciente del bajo nivel de mortalidad que ha estado teniendo su universo últimamente?.

—Si. 

Gélidos vocablos fueron acotados de esos finos labios manteniendo una expresión inerte, libre de remordimiento y angustia. Un gesto tan característico del Gran Sacerdote, en compañía de una respuesta homogénea e hipócrita por parte del destructor, quien se presentaba con una sutil reverencia.

—Zen-Oh sama no esta muy contento con el resultado. En exigencia de sus palabras, me ha pedido que venga a advertirle.

La resonancia de una misma petición fue liberada; una petición que desde tiempo atrás sirve como señuelo de aquella sucia vigilancia, en acompañamiento de unos frígidos orbes lilas que se clavan con desaire sobre la silueta del felino. Una mirada apática acompañada de una fugaz y brillante  sonrisa sobre la angelical fisonomía del superior , de alguna forma esa expresión ,logra repugnar a Bills.

—Gran sacerdote. ¿No ha considerado buscar un reemplazo?. ¿Un nuevo destructor?.

—En efecto, lo he considerado . Sin embargo, Zen-Oh sama no parece estar de acuerdo y se niega rotundamente. No se que ideas tendrá en su cabeza pero, hasta entonces, le pido que mejoré la calidad de su trabajo.

Como programado para repetir aquel discurso ,se efectuaron aquellas palabras; palabras sin ningún significado relevante  y liberadas mecánicamente por pura conveniencia.