nothing like us | jeon jungkook

capítulo 16🌙

Eran las diez de la mañana.

Layla despertó tumbada en el sofá. Oía el agua de la ducha caer. Y dentro de la sala de baño, escuchaba su canción favorita. Pero no solo la voz de Justin, sino también la de él. Jeongguk.

Jamás lo había escuchado cantar. Entonces, prestó atención a su voz.

Tell me, was it worth it?
We we're so perfect.

Su voz era hermosa. Era perfecta, dulce y pura.

Layla sonrió, y echó a llorar.

Había encontrado al chico perfecto.

Jeongguk salió de la ducha unos minutos después. La chica estaba tumbada en el sofá, mirando al techo, tratando de calmarse, ya que se nuevo el dolor de cabeza había aumentado. El chico se tumbó junto a ella. Layla lo abrazó y acarició delicadamente su pelo mojado. Jeongguk sonrió.

-Te quedaste dormida hace un par de horas...- dijo el chico.-¿Has descansado?

Layla asintió.

-Jeongguk... Nunca te había escuchado cantar...- susurró ella. Sorprendido, él la miró atentamente.

-Tú me has...

-Sí. Te he escuchado- interrumpió Layla.-. Y tienes una voz preciosa.

Jeongguk asintió lentamente. Su el color de rostro había pasado a ser de color rojo, e incluso sus ojos. Parecía estar a punto de llorar. Ella sonrió y besó su mejilla.

-Recuerdo cuando cantaba junto a Sydney...- suspiró la chica. Jeongguk la abrazó.- Ella era una prodigio con los instrumentos. Sabía tocar 6 diferentes. Era impresionante.

-Jung Hyun todavía conserva su ukelele... Lo guarda con mucho cariño.- añadió el chico, y rió.- Recuerdo que ambos odiábamos estar junto a ellos, porque se daban besos y nos repugnaba.

Ella rió.

-Es verdad... Y mi hermana nos dijo: "Ya veréis como cuando crezcáis os daréis besos".

-Y nunca le creímos...

Ambos se miraron. Y echaron a reír. Entonces, Jeongguk le dió un beso a la chica.

-Ah... Y aproveché que estabas dormida para ir a comprarte algo...- sonrió el chico.

-Jeongguk, de verdad, no tienes por qué gastarte tanto dinero en mí.- dijo Layla.

Sin prestarle atención, el chico se arrodilló ante ella. Layla rió, pero quedó sorprendida cuando Jeongguk le mostró una hermosa rosa roja.

-Layla Miller- sonrió el chico. De nuevo, sus mejillas se había teñido de un color rojizo.-, te gustaría ser mi novia?- preguntó tímido.

Ella sonrió, y se cubrió el rostro con sus manos, tratando de contener la emoción. Rió, y contestó:

-Sí. Claro que sí.

Ambos se abrazaron y se besaron.

Pero un sonido extraño, proveniente de la puerta principal, les interrumpió y les sobresaltó.

Alguien había abierto la puerta.

Layla estaba pálida. Jeongguk caminó lentamente hasta el recibidor, y la chica, en voz baja, repetía una y otra vez las palabras "Que no le pase nada, por favor".

El chico dobló la esquina del pasillo, y Layla perdió a Jeongguk de su campo de visión. Pero tuvo que correr hasta él, en cuanto le escuchó gritar. No solo él, sino otra persona más.

-¡Jeongguk!- gritó ella desconsoladamente. Las lágrimas hacían que todo a su alrededor pareciera borroso, y lo único que podía diferenciar era la silueta de Jeongguk. Corrió a abrazarlo, sin importar cuáles serian las consecuencias. Y lo besó, como si fuera lo último que hiciera.

La sala quedó en silencio.

-¿¡LAYLA!?- gritó la voz.

Ella se volteó.

-¡¿PAPÁ?!- gritó ella.