capítulo 22🌙

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Jeongguk abrió la puerta de casa, y echó a correr, pero a penas unos pasos después, chocó con alguien, y ambas personas cayeron al suelo. La chica se resentía de dolor, y el chico le preguntó tímido:

-¿Te puedo ayudar?

Ella lo miró. Observó el rostro de aquella persona que le había entregado todo su amor por al menos diez años, y que lo había echado a perder a penas unas horas atrás. Asintió y extendió la mano para que él le ayudara a levantarse. Caminaron juntos hasta el interior de la casa del chico sin dirigirse la palabra. Se sentaron en el sofá, en la sala de estar, y estuvieron un rato en silencio.

Jeongguk confiaba en que Layla rompería aquella tensión del ambiente, pero para su sorpresa, no lo hizo. Se quedó mirando a un punto fijo sin decir ni una palabra.

El chico suspiró.

-¿Vas a decir algo al respecto?- preguntó la chica sin apartar la mirada del suelo. Jeongguk sonrió levemente para que ella no se diera cuenta, pues le alegraba no tener que empezar él a hablar.

-¿Por dónde debería comenzar?- preguntó él.

-Pues diciéndome quién demonios es ella.- respondió al instante con rabia.

-Park Chaesoo. Excompañera de mi hermano, fueron juntos al instituto.

-¿¡La conocías de antes!?- le interrumpió.

-¡Layla! Déjame acabar, por favor. Déjame que te lo explique todo.

Ella asintió desconfiada. Y Jeongguk comenzó a narrar:

-Hace unos días, Seokjin necesitaba ayuda en la cafetería y me pasé a ayudarle. Ella estaba ahí, y me preguntó si tenía novia. Le respondí tu nombre, a pesar de que aún no lo éramos. Y se debe haber pensado que ahora tampoco lo somos. Pero que sepas que esto, no es la primera vez que lo hace...

-¿¡Te ha besado más veces!?- le detuvo de nuevo.

-¡Layla! ¿Me puedes dejar terminar?

-Sí, lo siento.- dijo negando con la cabeza.

-La conocen como la leona. Juega con muchísimos chicos, intenta seducirlos para estar unos días con ellos, y después se olvida. Por eso te he dicho que no era la primera vez que hacía esto. También le ha pasado a más chicos.

Ella asintió. Le pareció un argumento convincente.

-Jimin ha venido antes de que tú llegaras.- dijo Layla.

-¿Por qué motivo?- preguntó sobresaltado.

-Jeongguk, tranquilo.- respondió ella, posando su mano en su hombro.

Él se sonrojó y la miró. Ella también lo hizo, y apartó el brazo, pero él lo impidió. Layla rió, y Jeongguk también. Se acercaron lentamente y se besaron.

Fue un beso largo, muy largo. Al acabar, Jeongguk dijo:

-Lo he pasado muy mal. Pensaba que te iba a perder.

Ella sonrió.

-Yo también lo pensaba.

Y él la besó de nuevo.

-Bueno, volviendo a lo de Jimin... Quería intentar algo conmigo, pues pensaba que lo nuestro había acabado. Pero tras aclararle las cosas, ha entrado en razón.

Jeongguk sonrió.

El timbre sonó. Él creía que se trataba de su hermano, que por fin había llegado, pero para su sorpresa era Seokjin.

-Jeongguk, lo siento. Lo siento de ver...

Jin se detuvo tras observar que Layla estaba presente. Suspiró aliviado, pero aún así Jeongguk le obligó a pasar y a explicarle todo lo ocurrido. Y así fue, Seokjin narró todo lo ocurrido desde el segundo en el que la leona entró a la cafetería, hasta en el que el chico recorrió las calles de Busan a toda pastilla para evitar que esta se vengara de su presa, Jeongguk.

Y el chico, para la sorpresa de Seokjin, abrazó a su amigo.

-Gracias por intentar ayudarme.

Los tres presentes esbozaron una sonrisa en sus rostros, y el recién llegado se marchó poco después para dejar a la pareja a solas.

-¿Quieres quedarte hoy a dormir?- preguntó Jeongguk, a la par que sus mejillas se tiñeron de rojo.

-¿No están aquí tus padres?- dijo ella entre risas.

-Sí, lo están, pero no serán molestia, de verdad. Tú te sinceraste con tu padre, ahora es mi turno.

Layla sonrió, y abrazó a su novio. Caminaron a su habitación, dispuestos a escuchar música. Layla preparó la lista de reproducción, y Jeongguk fue a buscar aperitivos a la cocina.

Pero algo captó la atención de la chica. Había una nota escrita sobre el escritorio. Parecía un poema.

Jeongguk llegó con una bolsa de snacks y unos refrescos, que casi derrama a causa de la imagen que tenía ante sus ojos.

Layla lloraba mientras leía su canción, aquella que escribió unas horas atrás.Ella corrió a abrazar a su novio, y lloró en su hombro por varios minutos. Jeongguk la abrazó también, mientras al oído le cantaba aquella pieza que había escrito.

Y pasaron así dos minutos a los ojos de Jung Hyun, quien acababa de llegar, y emocionado observó como aquella escena se asimilaba a una que vivió años y años atrás. En la que él besó a su novia, Sydney, y los dos pequeños se extrañaban, pues no sabían lo que era aquello.

Y lo descubrieron.

Era amor.

Entonces, se miraron fijamente a los ojos, y observaron el rostro de la persona a quién habían estado a punto de perder por una simple tontería.

Y rieron.

Y se besaron.

-Te quiero.- susurraron al unísono.

Y de nuevo, se fundieron en un bonito beso.

nothing like us | jeon jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora