-ONE-

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Todas las historias comienzan con algún suceso que se sale de la normalidad de nuestra rutina y ésta no iba a ser diferente. No sería un accidente ni nada dramático pero condicionaría nuestro futuro y jugaría con nuestros destinos.

Yo salía de aquella cafetería vintage que me gustaba visitar con Lucy cuando el día se presentaba lluvioso. Su ambiente cálido y acogedor nos hacía sentir como en casa. Salimos del lugar conversando acerca de una película nueva que se estrenaría próximamente, la cual estábamos ansiosos por ver.

Él entraba al lugar de forma rápida y sin prestar atención a la gente que salía. Iba mojado de pies a cabeza, con una chaqueta oscura que le cubría una sudadera verde y unas gafas de sol completamente negras que le daban un aire misterioso.

 Iba mojado de pies a cabeza, con una chaqueta oscura que le cubría una sudadera verde y unas gafas de sol completamente negras que le daban un aire misterioso

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Y no, no nos chocamos, no me tiró el café ni me empujó. No hubo contacto alguno. Solo energía pasando de un cuerpo a otro, y estoy totalmente seguro de que él también la notó.

Soy Joseph Mazzello y esta es nuestra historia.

En esta historia la coincidencia no jugó bien sus cartas

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En esta historia la coincidencia no jugó bien sus cartas. No volvimos a cruzarnos hasta que...

-¡JOSEPH MAZZELLO, TRAE TU TRASERO AQUÍ DE INMEDIATO!-gritó la chica con voz ronca, anunciando que recién había salido de la cama.

-Buenos días, Lucy. Sí, he dormido muy bien, gracias por preguntar. ¿Qué he hecho para merecer esta forma tan agradable de despertar?

-Explícamelo tú, ¿qué diablos has hecho en la cocina?

-¿No te lo comenté? Intenté hacer la cena ayer pero algo salió mal y bueno... pues ya has visto el resultado...-dije quitándole hierro al asunto y dándole un tono divertido.

-¿De qué te ríes? Quemas nuestra cocina y... ¿te parece divertido?-contestó la rubia aún enfadada.

-Escucha Lu, lo limpiaré, ¿vale? Solo deja que desayune y lo haré. Haré la compra también.-sonreí intentando tranquilizarla.

-Está bien pero no te acerques más a la cocina, eres un peligro.-pidió Lucy revolviendo mi cabello.

Tras desayunar un vaso de leche con cacao en polvo y un par de galletas, me armé con una bayeta y un producto de limpieza que encontré y, mientras sonaba I want to break free, me dispuse a limpiar el desastre causado la noche anterior. Definitivamente la cocina no era lo mío.

Me vestí y salí a hacer la compra como prometí a Lucy. Me dirigí al supermercado más cercano y aquel lugar fue el que nos conectó nuevamente después de 3 meses. Allí estaba, esta vez acompañado de un chico alto. Iban hablando de forma animada y nuevamente nos cruzamos, esta vez conectando miradas. Hice mi tarea en el interior del establecimiento y, después de pagar, salí de la tienda para encontrarme al rubio y a su amigo apoyados en la pared del lateral derecho, justo por el que yo debía avanzar para llegar a casa nuevamente.

 Hice mi tarea en el interior del establecimiento y, después de pagar, salí de la tienda para encontrarme al rubio y a su amigo apoyados en la pared del lateral derecho, justo por el que yo debía avanzar para llegar a casa nuevamente

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-Hey.-se me acercó aquel chico, inundándome de un aroma dulce.

-Emmmm, ¿hola?-respondí sonrojado.

-¿Nos conocemos?

-Lo dudo...-observé extrañado.

-Soy Benjamin, y tu nombre es...

-Joseph.

-Oh, Joe, bonito nombre. ¿Eres de aquí?

-Se podría decir que sí. Perdona pero tengo prisa, me... me están esperando.-¿POR QUÉ HAS DICHO ESO JOSEPH?¿QUÉ TE PASA?Espera, me ha llamado... ¡JOE! Queda taaaaaaan bien saliendo de su... ¡PARA JOSEPH!-Nos vemos, adiós.

Y entonces me fui, escapé de aquel incómodo momento rápidamente pero, cuando me alejé unos metros, escuché mi nombre a mi espalda. Frené en seco y me giré. Benjamin...

-Pelirrojo, te olvidas tu compra.-sonrió Ben mientras me tendía la bolsa donde se encontraban los productos comprados.-Por cierto, el helado de menta es mucho mejor que el de fresa, deberías cambiar de gustos.

-Gra...gracias...yo... estaba algo despistado.-dije intentando disimular mi nerviosismo y volví a huir camino a casa.

-LUCY, ¡NO TE VAS A CREER LO QUE ME HA OCURRIDO!-grité cerrando la puerta de un golpe.

Lluvia sobre nuestro tejado. -HardzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora