-SIX-

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Gwil amaneció en el sofá, solo a pesar de haber empezado la noche con Rami al lado. Yo desperté al escuchar una conversación en la entrada, bendito seas sueño ligero. Podía distinguir la voz de Lucy y la voz de un chico. Mi cabeza no quiso enlazar esa voz con la de Ben aunque era él el verdadero propietario de esta.

-Lucy, solo díselo, me porté como un estúpido con él ayer. No quiero que se quede con esa opinión de mí.

-Ben, si quieres disculparte, hazlo tu mismo. Lu no tiene nada que ver.-interrumpió Rami.

-Escucha, si quieres ve a su habitación, despiértalo y pídele perdón. Mandar a terceras personas es de cobardes, ¿no crees?

Lo siguiente que escuché fueron pasos, cada vez sonando más fuerte a medida que se acercaban a mi puerta. Sentí el crujido de esta abriéndose y los pasos acercándose más. La cama se hundió ante el peso de una persona sobre ella y una mano tocó mi espalda suavemente mientras dicha persona susurraba un "lo siento". No dejé de fingir mi sueño en ningún momento. El chico se levantó, dejando que el colchón volviese a su forma inicial, despegó su mano de mi piel y volvió sobre sus pasos, con cierre de puerta incluido. No escuché más voces ni discusiones, solo puertas cerrándose. Y no solo puertas como tal, como aberturas que permiten entrar o salir de un lugar; sino puertas metafóricas, la puerta de nuestra amistad, de nuestro amor, de nuestro futuro... Todas y cada una de ellas se cerraron. No había podido hacerlo, no había podido pedirme perdón a la cara. Lo ocurrido no había sido nada del otro mundo, simplemente nos habíamos confundido y la cosa no había salido bien. Quizá Ben prefería mantenerse alejado de mí hasta que todo se calmara un poco.

***

Los meses siguientes pasaron sin tener contacto alguno con el rubio. Lucy y yo seguíamos quedando con Rami -con el que ella había empezado a salir en una relación formal- y con Gwil. Habíamos formado un pequeño grupo con una amistad de lazos fuertes basada en la confianza. De vez en cuando, Gwilym nos comentaba algo acerca de Ben, con el que él sí seguía hablando. Habíamos conocido también a Allen, un buen amigo de Rami, el cual se iba a casar en unas semanas. Este había invitado a la ceremonia a Rami y a Gwilym. Rami le había pedido a Lu que lo acompañara y ella me lo pidió a mí, no quería sentirse sola rodeada de gente a la que no conocía.

Lluvia sobre nuestro tejado. -HardzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora