-NINE-

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Obviamente, acepté el reto que él mismo se había propuesto.

"Cómo conseguir enamorar a un chico" era una de las búsquedas más realizadas por Ben en aquel momento; Yahoo, WikiHow... Las páginas más visitadas por el joven. Vio todas y cada una de las películas románticas que había en Netflix, en maratón, solo haciendo pausas para comer, dormir e ir al baño. Pasó una semana y media sin salir de casa, sin contestar llamadas, totalmente apartado de la sociedad y alejado de la realidad. Gwilym intentó ir a visitarlo, preocupado de que a su amigo le hubiese ocurrido algo malo. El rubio abrió la puerta y lo recibió con ojeras, en pijama y despeinado, solo para decir "estoy bien... Y ocupado" y cerrar nuevamente la puerta. Se podría decir que estaba trabajando muy duro para conseguirme. Volví a tener noticias suyas el 2 de agosto, cuando me llegó un ramo de flores blancas a casa con una nota que decía: "Tú y yo en la cafetería, mañana". Wow, empezaba fuerte. Se lo dije emocionado a Lucy, que me obligó a salir de casa esa tarde e ir de compras para estar listo para nuestra cita. Nos recorrimos el centro de la ciudad de tienda en tienda para encontrar la ropa perfecta para la ocasión. Rami vino con nosotros también. Él y Lucy estaban cada día más unidos y felices, incluso empezaba a sentir un poco de envidia -de la buena- por la bonita pareja que formaban. No podía evitar imaginarnos a Ben y a mí así, agarrados de la mano y paseando por el ruidoso ambiente urbano que nos rodeaba; durmiendo en la misma cama e incluso... Bueno, eso ya se verá. También solía pensar en el futuro de Gwil entre dos parejas. ¿Se sentiría incómodo? Él era un buen chico y estoy seguro de que ninguno de nosotros cuatro quería perderlo. Tendríamos que abrir nuestro grupo a nuevas incorporaciones.

Mensajeé a Ben preguntándole la hora para impedir que pasase como la primera vez que quedamos.

Y llegó el gran día, acudí al lugar establecido y lo vi allí, de pie, con una camisa rosa remangada y unos vaqueros oscuros. Se veía nervioso y eso me hizo sonreír. Estaba de espaldas a la puerta, observando hacia una mesa que supuse que sería la nuestra. Me acerqué a él y le toqué el hombro, provocándole un pequeño sobresalto.

-Llegas tarde, Joe.-dijo con un sonrisa en los labios.

Lluvia sobre nuestro tejado. -HardzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora