-SEVENTEEN-

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Llegamos a nuestro destino cuarenta minutos después. Bajamos del taxi, pagamos y cogimos nuestro equipaje y a Tommy. Ben avanzó por un camino de piedras que dirigía a una gran puerta blanca con adornos dorados y tocó al timbre. Una mujer rubia, de unos 50 años, abrió y recibió a mi novio con un abrazo.

-¡Cariño! Te he echado tanto de menos... Tu padre está muy feliz por tu visita. ¡Oh!-dijo sorprendida cuando cayó en la cuenta de mi presencia.-¿Tu novia no ha podido venir y te has traído a tu amigo?¡Encantada!-exclamó antes de que el rubio pudiese contestar.- Soy la madre de Benjamin, me puedes llamar Adele.

-Mamá, tengo que contaros algo... Pero lo aplazaré para cuando nos hayamos instalado. Él es Joseph.

-Encantado...-respondí avergonzado.

-¡Hola, Benjamin!¿Cómo estás, hijo?-gritó un hombre mayor y corpulento mientras se acercaba a nosotros.

-Hola, papá. Te presento a Joseph. Joseph, mi padre, Benjamin.

-Encantado de conocerle.

-Papá, ¡felicidades!¿Cuántos años cumple ya mi viejo padre?

-Eso no se pregunta hijo y ¡un respeto!No te crié para que me llames viejo. Estoy en la flor de la vida.-dijo sonriente.

-Felicidades señor Jones. Yo... Compré esto para usted.-comenté mientras sacaba la botella de vino envuelta de mi bolsa de mano. Ben me miró sorprendido y... ¿asustado?

-Oh, gracias... Eeeeh... Gracias Joseph.

-Joe, mi padre no bebe alcohol.-confesó sin mirarme a la cara y creando un silencio incómodo.

-Bueno... Pasad.-pidió la mujer.

Entramos en la casa. La primera habitación visible era el salón. Allí, una vez cerrada la puerta principal, Ben abrió el transportín del gato dejándolo en libertad. Tom corrió, asustado, y se escondió en un rincón. Entonces, una perra marrón, blanca y negra hizo que él saliese de su escondite. El canino comenzó a perseguirle y a intentar jugar con él.

-Ella es Frankie, la perra de mis padres. Esos dos bichos peludos se llevan muy bien aunque antes Tommy deberá adaptarse al nuevo ambiente.

-Bennie, cariño, habíamos preparado solo una habitación porque... Bueno, no esperábamos esta cambio de planes.

-Estará bien con una habitación, no sería la primera vez que dormimos juntos.-confesó Ben provocando que casi me ahogase al tragar mi propia saliva.

Subimos juntos a su habitación y cerró la puerta. Dejó las maletas en un lateral, apoyadas en la pared y se dirigió a mí.

-Esta noche la estrenamos.-dijo señalando la cama.

-Quizá sería mejor que se lo dijeras ya a tus padres, no queremos que sigan pensando que duermes con tu "amigo" y que hacéis ruidos raros por las noches porque un demonio extraño os posee.

-Cuánta imaginación, cielo.-expresó entre risas.-¿Se lo decimos ya o deshacemos las maletas antes?

-Ya, ahora. Por favor.

-Está bien.-me besó en la frente y fue hacia la puerta, la abrió y bajó las escaleras seguido por mí.

Lluvia sobre nuestro tejado. -HardzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora