-FOURTEEN-

432 44 30
                                    

[+18]

-Sí.

Continuamos besándonos y él comenzó a desvestirme. Le hice lo mismo a él y, una vez ambos desnudos, me miró a los ojos, acarició mi mejilla y comenzó a penetrarme con movimientos suaves y lentos. Nuestros gritos se extendían por toda la habitación a medida que Ben aumentaba la velocidad. Nuestras respiraciones entrecortadas se mezclaban con los gemidos y formaban una atmósfera en la que se olía la pasión en cada una de sus formas. Sus manos me agarraban fuerte y sus labios recorrían mi cuello en momentos puntuales. Mis uñas se clavaban en su espalda con cada embestida. Llegamos juntos a alcanzar lo más parecido al cielo que se podía alcanzar estando vivo. Se quedó sobre mí, abrazándome, mientras recuperaba el aliento. Me besó en la frente justo antes de desplazarse a un lateral. Le abracé por detrás y ambos nos dormimos. Mentiría si dijera que no había sido la mejor experiencia que había tenido en la cama. No solo había sido sexo, había sido algo más. Esa conexión que se había producido entre nosotros... Simplemente era algo mágico que nunca antes había sentido.

A la mañana siguiente nos duchamos juntos y repetimos lo ocurrido la noche anterior. Pero esta vez yo era el activo. Le introduje mi miembro despacio, era su primera vez y no pretendía hacerle daño. El agua recorría nuestros cuerpos mientras ambos nos movíamos y retorcíamos del placer. Llegamos al clímax juntos de nuevo, terminamos de ducharnos y nos vestimos. Salimos de su casa para ir a desayunar algo, tras tanta actividad habíamos desarrollado hambre a un nivel muy muy elevado.

-Entonces qué, ¿somos ya novios o solo amigos con derechos?

-Así no, Ben, ¿dónde está tu romanticismo?

-Vale, vale.-dijo levantándose.-Joseph Mazzello.-se arrodilló.-¿Quieres ser mi novio?

-¡ESTÁS LOCO!¡VAN A CREER QUE ME ESTÁS PROPONIENDO MATRIMONIO!¡LEVÁNTATE BENJAMIN!

-No hasta que aceptes, Joe.

-¡SÍ, QUIERO! PERO LEVÁNTATE BEN, POR FAVOR.

-Esas son las palabras que quería oír.-se levantó al fin.-Ahora mi novio es un tomate.

-Te odio.-comenté intentando no sonreír.

-Sabes que no, cielo.-y me besó.

Lluvia sobre nuestro tejado. -HardzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora