Lluvia sobre nuestro tejado. -Hardzello

-TWENTY THREE-

Pasaron unos días y todo volvió a la normalidad. Más o menos. Desde que llegamos a la ciudad no había dormido con Ben, me pidió que me fuera a mi piso un tiempo. No vi nada extraño en eso ya que aún no me había pedido que me mudase allí, solo iba a dormir si salíamos y se nos hacía muy tarde o si queríamos darnos amor por la noche. Tampoco quiso salir esos días con Gwil, Jocelyn -la novia del chico-, Lucy y Rami, ni siquiera quiso que saliéramos solos. Tan solo hablábamos por mensaje, las llamadas no me las contestaba. Sin avisar e ignorando su petición de que no fuera a su hogar un tiempo, me presenté allí y toqué al timbre con insistencia. Abrió la puerta tardando unos minutos y me miró en silencio. Contemplé sus ojos enrojecidos y su mal aspecto. A pesar de todo, se seguía viendo bien. Maldito Benjamin.

-Hola.-dije.-¿Cómo estás?

-Hola... Bien, no te preocupes.

-¿Has hablado con él?

-No. Pasa.-pidió señalando al interior de su casa.

Le hice caso y accedí al interior de la vivienda. Me senté en el sofá y Tom se tumbó en mi regazo para que le acariciara. Ben se sentó a mi izquierda con la mirada perdida y su pelo oculto en una capucha.

-Sé que no estás bien, ¿quieres que lo hablemos?

-No...

-¡Pues salgamos! Así te distraerás y dejarás de darle vueltas.

-No estoy de humor para eso, cielo. Dejémoslo para otro día.

-¿Qué hacemos entonces? Benjamin no quiero verte así.-comenté con tristeza.

-Por eso no quería que vinieras, Joe. No quiero pagarlo contigo ni con nadie.

-Pero no te voy a dejar solo. Déjame ayudarte.

-¿Cómo?¿Vas a abrir el cerebro de mi padre para meterle la idea de que la homosexualidad es igual de válida?

-Si hace falta, lo haré. ¿Puedo intentar hablar con él?

-No creo que sea buena idea... Pero adelante, hazlo. Pero no hoy, ya que estás aquí hagamos algo.

-Llamaré a los demás, Gwil te echa de menos.

-Está bien, hazlo. Me ducharé para no espantar a mis amigos.

-Buena idea, tienes mala pinta hoy.-dije sonriendo.-Aunque sigues siendo igual de atractivo que siempre.

Me besó y fue al baño mientra yo llamaba a los chicos, uno a uno. Ofrecí también a Jocelyn que viniese. "No saquéis el tema de su padre" advertí a cada uno de ellos.

Una hora después, ellos llegaron dando la fiesta por comenzada.