Son las dos y media de la mañana, y no puedo conciliar el sueño.
Hunter me había traído a esta habitación, desde hace como seis horas.
Dejó un plato de comida que había ordenado a domicilio, y no volvimos a tener contacto durante el resto de la noche.
No puedo seguir acostado, porque comienzo a sentirme ansioso.
Así que me levanto.
Me pongo los tenis y bajo por las escaleras, dirigiéndome al patio trasero para encender un cigarrillo.
Las de afuera están encendidas, y parece que no soy el único con insomnio.
Hunter está de pie, mirando hacia el jardín.
Abro la puerta y salgo.
-¿Está todo bien? –me pregunta, sin voltear para mirarme.
Enciendo un cigarrillo y me pongo a su lado.
-No podía dormir –contesto.
A lo largo del jardín hay lámparas solares en puntos específicos, así que no está del todo a oscuras.
La temperatura ha descendido bastante, y puedo sentir la brisa de la ligera lluvia que está cayendo.
-¿Gustas que le lleve a algún hotel, señor?
Pongo los ojos en blanco.
-¿Puedes dejar de llamarme "Señor"? –inquiero, molesto.
-Lo lamento, Daniel –dice, y voltea a mirarme-. No puedo hacerlo. Lo siento.
-Si puedes –replico-. Solo tienes que decirme "Dan". O Daniel. Está bien. Ya lo has hecho antes.
-No me refiero a eso –se queja-. No puedo hacer esto. No puedo continuar como si nada hubiese pasado.
"Y yo entiendo que esto fue únicamente mi culpa.
"Que tú no tienes responsabilidad.
"Entiendo que esto fue decisión mía. Y que para ti no tiene por qué significar nada.
"Pero yo... no puedo continuar.
"Tengo semanas queriendo hacerlo. Y ahora que lo hago... creo que cambié todo.
"Para mí.
La revelación me deja pasmado nuevamente.
No era algo que había premeditado hace días; según sus propias palabras, llevaba semanas.
Jamás me lo imaginé.
Pero ¿Cómo podría imaginarlo?
Apenas me dirigía la palabra.
-Lamento mucho haber... arruinado esto.
-Pero es que no has arruinado nada –me quejo, frustrado.
Tengo que obligarme a respirar un par de segundos para poder ordenar mis pensamientos.
-Daniel, yo fui...
-No, Hunter –lo interrumpo-. Cállate. Voy a hablar:
"No puedo... no voy a continuar como si nada hubiera pasado. Porque no es así.
"Pasó. Me besaste. Sucedió.
"Y no lo vamos a borrar.
"Lo que te pido es... que sigamos. Que sigamos con eso. Que lidiemos con eso.
"Yo no... Sabes, no puedo decirte que era algo que yo deseaba. Porque no es así.
"Pero escúchame –digo rápidamente en cuanto veo su expresión endureciendo-. No lo deseaba porque ni siquiera me lo había planteado.
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Guardaespaldas
RomancePara Dan escapar de las sombras de su pasado parecía sencillo; pero los lazos familiares no son fáciles de romper. Y esta vez no estará solo.