Capitulo 18 - Quedate

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-¡Hunter! –grito.

Y salgo corriendo hacia él.

Soltando el arma que había tomado.

En este momento no me importaba nada, nada más que Hunter.

Su cuerpo está tan debilitado que apenas llego a él y alcanzo a sostenerlo entre mis brazos antes de que caiga al suelo.

-Sal de aquí –logra decir-. Daniel sal de aquí, maldita sea.

Probablemente esta sea mi oportunidad de escapar.

Pero no lo haría.

-Levántate –le pido-. Hunter levántate, tenemos que irnos.

-¡Sal de aquí! –grita.

-No –replico-. No voy a dejarte.

Y mi voz se quiebra en la última palabra.

Hunter está sudando, y la temperatura de su cuerpo está subiendo.

Su mirada enfurece.

-Coloca tu mano sobre mi herida –me pide-. Con fuerza. Detén la hemorragia.

Estoy temblando, pero hago lo que me pide.

Aunque por más que presiono la sangre no deja de brotar.

-Ayúdame... ayúdame a levantarme.

Con dificultad nos ponemos de pie.

Hunter sigue sosteniendo su arma.

Sigue intentando protegerme.

-Saldremos por la ventana –le digo-. Vamos Hunter, si podemos hacerlo.

Pero apenas damos dos pasos y volvemos a caer al suelo.

Es demasiado pesado para cargarlo, y está demasiado débil como para seguir.

-Daniel, vete por favor –masculla-. Vete.

Niego con la cabeza.

-No voy a dejarte –repito, con mi voz estrangulada.

Mis ojos se llenan de lágrimas al mirar como su boca se llena de sangre.

Esto no está bien.

Hunter no... no podrá con esto.

Y no voy a irme.

Si van a matarme... moriré junto a él.

Poco a poco su expresión va debilitándose.

Mantengo mi mano sobre la herida, pero es imposible controlar la cantidad de sangre que sale de él.

-Daniel –dice con esfuerzo-. Sabes que no saldré. Sabes que.... No saldré de esta.

"Pero tú puedes. Hazlo, por favor. Por mí.

-No –replico, con lágrimas botando de mis ojos-. No me voy a ir. ¿Entendiste?

Sujeto su rostro con mi mano inestable, y junto sus labios a los míos.

Sabe a hierro.

Pero no quiero separarme nunca de él.

Quiero aferrarme a él.

Quiero mantenerlo conmigo.

-Hunter –lo llamo-. Por favor, quédate conmigo.

Ya no tengo fuerzas para controlar mi llanto.

Su rostro se está poniendo pálido, y su cuerpo comienza a temblar.

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