Estamos recostados en una esquina, abrazados, cuando la puerta se abre abruptamente.
Hunter se pone de pie al instante, interponiéndose entre ellos y yo.
Tres hombres nos apuntan con sus armas, pero él no titubea.
-Velázquez –me llaman-. Ven para acá.
-No –replica Hunter-. Vete a la mierda.
El hombre recarga su pistola y se acerca a Hunter.
Doy un par de pasos, presiono su antebrazo, y camino hacia los hombres.
Pero Hunter me detiene.
Volteo a mirarlo, y asiento, asegurándole que estoy bien.
No tengo miedo.
Pero tampoco me siento seguro.
-Si le pones una mano en sima te juro que te mato –lo amenaza Hunter.
El hombre lo ignora, me sujeta del hombro y me saca de la habitación.
-¿A dónde vamos? –le pregunto con toda la inocencia que puedo.
Pero no me responden.
Y me obligo a sonar aun más frágil:
-Por favor, no me hagan nada. Puedo pagarles.
-Sí que lo harás –dice el hombre, y me empuja.
Caigo de rodillas y comienzo a sollozar.
El hombre me sujeta del hombro y me obliga a pararme.
Y me llevan justo a la habitación que Hunter había mencionado.
Dentro hay una silla y una cámara de video en un tripie frente a esta.
-Siéntate ahí –me ordena el hombre.
Y camino hasta la silla, con mi postura encorvada, y con un miedo visible.
Me siento en esta y dos hombres se colocan a mis espaldas.
-Vas a leer el cartel, y no más que eso. O te volamos los sesos –me ordena el hombre que se coloca detrás de la cámara.
Me limito a asentir.
Dos de ellos se colocan a mis espaldas, y siento sus armas junto a mi cabeza.
El hombre eleva un cartel, y me hace una seña para que comience a hablar.
-David –mi voz tiembla-. Estoy bien. Por ahora. Por favor, haz lo que piden.
"Hermano. Quiero regresar con ustedes.
Y comienzo a llorar.
No de verdad, pero lo suficientemente creíble para que ellos lo crean.
David sabe que jamás lloraría en una situación así.
Así que descubrirá mi actuación rápidamente.
Y no se precipitará.
Los hombres me sujetan con fuerza y me sacan de la habitación.
Me conducen de regreso a la bodega en donde estamos encerrados, y después de abrir la puerta me empujan con fuerza al interior.
Tropiezo a propósito, y caigo de rodillas al suelo.
Hunter se abalanza rápidamente sobre ellos, pero logro levantarme para detenerlo.
Y los hombres cierran la puerta.
ESTÁS LEYENDO
Guardaespaldas
RomancePara Dan escapar de las sombras de su pasado parecía sencillo; pero los lazos familiares no son fáciles de romper. Y esta vez no estará solo.