Capitulo 17 - Desplome

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Estamos recostados en una esquina, abrazados, cuando la puerta se abre abruptamente.

Hunter se pone de pie al instante, interponiéndose entre ellos y yo.

Tres hombres nos apuntan con sus armas, pero él no titubea.

-Velázquez –me llaman-. Ven para acá.

-No –replica Hunter-. Vete a la mierda.

El hombre recarga su pistola y se acerca a Hunter.

Doy un par de pasos, presiono su antebrazo, y camino hacia los hombres.

Pero Hunter me detiene.

Volteo a mirarlo, y asiento, asegurándole que estoy bien.

No tengo miedo.

Pero tampoco me siento seguro.

-Si le pones una mano en sima te juro que te mato –lo amenaza Hunter.

El hombre lo ignora, me sujeta del hombro y me saca de la habitación.

-¿A dónde vamos? –le pregunto con toda la inocencia que puedo.

Pero no me responden.

Y me obligo a sonar aun más frágil:

-Por favor, no me hagan nada. Puedo pagarles.

-Sí que lo harás –dice el hombre, y me empuja.

Caigo de rodillas y comienzo a sollozar.

El hombre me sujeta del hombro y me obliga a pararme.

Y me llevan justo a la habitación que Hunter había mencionado.

Dentro hay una silla y una cámara de video en un tripie frente a esta.

-Siéntate ahí –me ordena el hombre.

Y camino hasta la silla, con mi postura encorvada, y con un miedo visible.

Me siento en esta y dos hombres se colocan a mis espaldas.

-Vas a leer el cartel, y no más que eso. O te volamos los sesos –me ordena el hombre que se coloca detrás de la cámara.

Me limito a asentir.

Dos de ellos se colocan a mis espaldas, y siento sus armas junto a mi cabeza.

El hombre eleva un cartel, y me hace una seña para que comience a hablar.

-David –mi voz tiembla-. Estoy bien. Por ahora. Por favor, haz lo que piden.

"Hermano. Quiero regresar con ustedes.

Y comienzo a llorar.

No de verdad, pero lo suficientemente creíble para que ellos lo crean.

David sabe que jamás lloraría en una situación así.

Así que descubrirá mi actuación rápidamente.

Y no se precipitará.

Los hombres me sujetan con fuerza y me sacan de la habitación.

Me conducen de regreso a la bodega en donde estamos encerrados, y después de abrir la puerta me empujan con fuerza al interior.

Tropiezo a propósito, y caigo de rodillas al suelo.

Hunter se abalanza rápidamente sobre ellos, pero logro levantarme para detenerlo.

Y los hombres cierran la puerta.

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