Capitulo 10 - Poder

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El viaje de regreso a Ensenada fue muchísimo más rápido que el de ida.

Porque la forma de conducir de Hunter es muy veloz, y porque ahora venimos charlando.

-¿Quién eres? –le pregunté sonriendo-. O sea, ¿Cuál es el verdadero tu?

-¿Cómo que quien soy? –sonrió-. Soy Hunter, señor; Su escolta privada.

Le doy un golpe en el bíceps.

-Ya, en serio –le digo-. ¿Eres el aterrador Hunter del principio, o eres este?

-¿Y cómo es "este"?

-Adorable –sonrío.

-Soy ambos –contesta-. De hecho, soy más que eso. Psicológicamente se dice que tenemos alrededor de 7 personalidades. Somos personas diferentes dependiendo del lugar en donde estemos. Y al final, nuestra esencia real, es una mescla de esas siete personalidades.

-¿Y cuál personalidad estoy viendo ahorita?

-Me conociste en mi personalidad profesional. No es nada personal, son simples conjuntos de códigos de comportamiento y ética que debo seguir.

"Justo ahora... justo ahora estás viendo mi esencia. Me estás viendo a mí.

-Pues me gusta –admito-. Espero poder seguir viéndolo.

Me mira y sonríe.

-Por ahora vamos a mantenerlo entre nosotros –me dice.

-¿Por qué?

-Porque sigo siendo tu Escolta Privada. Y las personas deben saber que tienes a alguien que te protege. Así lo pensaran dos veces en acercarse.

-Pero me gusta que las personas se acerquen.

-Las agradables, si. Pero hay mucho más que eso. Y por eso me contrataron.

-Bueno, la ventaja de eso es que puedo tenerte siempre que quiero.

-Y la desventaja es que también cuando no me quieras ahí tengo que estar.

-Si este Hunter es el que va a seguir mis pasos, no creo que no te quiera por aquí.

Voltea a verme, aprieta mi mejilla con sus dedos y sonríe antes de regresar su atención a la carretera.

Estamos a unos quince minutos de entrar a la ciudad, y ya está anocheciendo.

-No quiero llegar a casa –me quejo.

-¿No estás cansado del viaje?

-No –respondo-. O sea, quiero estirarme. Pero no quiero ir a encerrarme a casa.

-Mañana tienes escuela –me dice-. Tienes que ir a descansar.

-No eres mi padre –bromeo.

-No, pero ahora además de ser tu Guardaespaldas soy tu amigo. Y puedo darte consejos –sonríe.

-Bueno, ¿Qué me aconsejas ir a cenar? ¿No tienes hambre?

-Un poco, si.

-¿Cuándo comes, Hunter? Creo que te he visto comer dos veces desde que nos conocemos.

-Como en casa –contesta-. Por las mañanas antes de salir, y en las noches al regresar.

-Pero... eres enorme –mascullo-. ¿No deberías comer como siete veces al día para mantener ese físico?

-Sí, debería. Por eso ambas comidas son especiales: con las cantidades necesarias de proteínas, carbohidratos y calorías. Muchas de ellas son incluso comidas deshidratadas. Es mucho menos complicado de preparar.

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