Si disparamos ellos dispararán, y nos superan en número.
Pero podemos intentarlo.
Hay una brecha entre dos de las camionetas; si Hunter acelera podemos salir por ahí.
-Puedo dispararles –le digo.
-No –replica él rápidamente-. Saldremos. No tenemos otra opción.
"Saldremos con el arma en las manos, y la dejaremos en el suelo.
"Tienen que creer que estamos desarmados.
-Pero lo estaremos –mascullo.
-Vamos a estar bien. ¿Okay?
Nos miramos a los ojos.
Ver su mirada decidida, sin temor, me da fuerzas.
Y ambos bajamos del auto.
Hago exactamente lo que Hunter dice, y camino hasta él después dejar el arma en el suelo.
Los cinco hombres frente a nosotros nos apuntan.
Al igual que los que están dentro de los autos.
-Suban a la camioneta –nos ordena uno de ellos.
Volteo a ver a Hunter y este asiente.
-Haz lo que digan.
Asiento y comenzamos a caminar hacia ellos.
Tres de los hombres van hasta Hunter, lo sujetan con fuerza y lo tiran al suelo.
-¡Déjenlo en paz! –grito.
-¡Desarmado! –dice el que estaba sobre él.
Y los hombres nos toman con fuerza y nos meten en la camioneta.
En menos de cinco segundos ya estamos en movimiento.
Hacer una escena como esta, sin temor, sin discreción, en medio de Ensenada, no era algo que cualquiera haría.
-¿Quiénes son? –pregunto en voz alta.
Hunter me lanza una mirada asesina.
-¡¿Quiénes son?! –insisto-. Mi hermano va a matarlos a todos.
-Encárgate de ellos, Torres –ordena el copiloto.
Después de eso una mano oprime un pañuelo contra mi boca y nariz.
En cuanto inhalo una quemazón invade mi garganta, como si hubiera inhalado vapor caliente.
Y pierdo el conocimiento.
Cloroformo.
No era una técnica muy usada en estos lugares.
Ellos preferían la violencia.
Pero por alguna razón, lo usaron en nosotros.
Cuando despierto aun siento la resequedad en mi garganta, y el ardor en mis fosas nasales.
-¿Hunter? –es lo primero que pregunto.
Pero estoy solo.
Encerrado en una habitación.
O más bien, una pequeña bodega.
Voy hacia la puerta.
Es metálica, y no hay forma de abrirla desde adentro.
Hay ventanas, pero son pequeñas, con barrotes, y en lo alto de la pared. Tampoco podría salir por ahí.
No hay ductos de ventilación.
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Guardaespaldas
RomancePara Dan escapar de las sombras de su pasado parecía sencillo; pero los lazos familiares no son fáciles de romper. Y esta vez no estará solo.