-Que tal, buenos días; Bienvenidos a Club Campestre, ¿Cuál es su nombre? –me saluda la chica en la casilla de seguridad que está junto a los portones de entrada.
-Daniel Allen –contesto.
Después de los portones se alcanzaba a ver un amplio estacionamiento.
Todo era tan verde aquí que ni siquiera parecía estar dentro de la Ciudad.
Porque si, justamente en una de las zonas más transitadas, había una entrada que decía "Club campestre".
Era una calle larga, sin ninguna otra intersección o entrada. Por tanto llevaba a un solo destino.
Después de un par de casas enormes, poco a poco iba cambiando el lugar.
Empezamos a ver amplios jardines verdes, y después los arboles fueron flanqueando el camino. Hasta que todo a nuestro alrededor se convirtió en naturaleza.
Me sentía como si estuviera en medio de una reserva ecológica.
Y estaba justo en medio de Ensenada.
-Daniel Allen –repite la chica-. Aquí tengo su pase. Pero... es individual.
Hunter venía conduciendo.
-Es mi Guardaespaldas –le digo-. No puedo entrar sin él.
-Lo siento, señor. Solo me han dejado un pase de invitado. Quizá pueda comunicarse con los Socios que lo invitaron para conseguir un pase extra.
Frunzo los labios.
-Okay, ¿Y si pago la membrecía?
La chica duda un par de segundos.
-Puedo entregarle un tríptico para que tenga toda la información. Ahí mismo vienen los costos de la mensualidad.
-¿Cuánto cuesta la mensualidad?
-Cinco mil pesos, señor –responde-. Pero el primer año se tiene que pagar por anualidad.
-Okay, voy a pagarlo –le digo, y saco mi cartera-.¿Puedo hacerte una transferencia? No tengo esa cantidad en efectivo.
-Oh, no, señor. Yo no recibo los pagos. Yo... -creo que la chica nunca se había encontrado una situación como esta, porque parece no saber qué hacer-. Yo puedo comunicarlo con la Gerente y ella le explicará todo el proceso.
-Señorita, es que voy a una fiesta con mis amigos, me gustaría acelerar el proceso. ¿Puedo depositar y después hacemos el meeting?
-Permítame un par de segundos, por favor.
Asiento y sonrío mientras ella hace una llamada.
-No creo que sea necesario que pagues una anualidad solo porque quieres ir a una fiesta –masculla Hunter.
-No es solo por eso. Mira este lugar, ¿Es hermoso, no? Podríamos venir aquí por las tardes. Creo que Sofi mencionó que tenían unas canchas de tennis. ¿Te gusta el Tennis?
-No es mi deporte favorito, pero si lo práctico.
-Excelente. Entonces tendremos que comprar un par de raquetas.
Hunter sonríe.
-Señor Allen –me llama la chica-. La señora Hernández los recibirá en este momento. Promete hacerle corta la espera
-Perfecto, muchas gracias –le digo.
-Puede estacionarse del lado derecho, justo enfrente están las oficinas. Ella los está esperando afuera.
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Guardaespaldas
RomancePara Dan escapar de las sombras de su pasado parecía sencillo; pero los lazos familiares no son fáciles de romper. Y esta vez no estará solo.