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-Mati.- Eran exactamente las 3:43 am y Mauro no lograba conciliar el sueño, se encontraba en la cama de su mejor amigo durmiendo con él, pero a pesar de intentarlo no había podido dormir en un buen rato. -Matías.- Repitió su nombre mientras lo zarandeaba un poco para que despierte. -¡La concha de tu madre Matías!-

-¿¡Qué pasa!?- El mejor amigo de Mauro se despertó totalmente sobresaltado por el llamado. -Lit, ¿estás bien?-

-Me aburro, no me puedo dormir.- Soltó de forma despreocupada acomodándose cerca del otro.

-¿Sos joda Mauro?.- Un suspiro de enojo por parte de Matías se escuchó, estaba molesto.-¿Cómo carajo me vas a despertar así, gil?

-Ay Mati, no te enojes.- Clavó su mirada en los ojos de Spallati y formó un puchero con el labio inferior, buscando comprarlo. -Veni.- Agarró las manos del otro y las situó en sus costados formando un abrazo y se acurrucó contra él sin dejar de observarlo.

Matías sin poder resistirse lo atrajo con sus manos para tenerlo más cerca y acomodó su cabeza en la almohada mirándolo.

-Dame un beso, Nacho.- Lit sabía que lo tenía totalmente en sus manos y usaba eso para su beneficio, era como un niño chiquito al que Spallati cumplía todos los caprichos que se le pasaban por la cabeza. El otro se acercó sin protestar hacia sus labios dejando un tierno beso en ellos mientras hacía leves caricias en su espalda baja.

-Dormi Lit, que mañana tenemos que ir a lo de Marcos.-Ecko habló en cuanto sintió las manos traviesas de su mejor amigo cerca de su hombría. Sabia que si comenzaban no terminarían más y las ojeras al otro dia serían totalmente visibles.

Las manitos del ojiverde acariciaban lentamente el miembro de Spallati, disfrutando de la sensación de este creciendo entre sus manos.

Aunque el otro lo miraba como diciendo que se detenga, Monzón tenia muy en claro que ya lo habia encendido y que Ignacio no dejaría esto así. Introdujo la mano dentro de la única prenda que cubría el cuerpo del más alto y comenzó a masturbarlo.

-Mauro.- El llamado del otro era una última advertencia de que se detuviera pero Monzón decidió ignorarla, como de costumbre cuando queria algo y cambió la posición quedando arriba de Ecko con una pierna a cada lado de su cuerpo.

 Se sentó justo encima de su erecto miembro mientras lo miraba traviesamente. Sus caderas se movían lentamente creando una fricción entre sus cuerpos; sentir el para nada pequeño miembro de su amigo lo encendía a niveles desconocidos.

Cuando estaba al lado de Matias se olvidaba de todo, incluida su novia. Se sentía tan a gusto con lo que tenia con ese hombre, compartían una complicidad tan mágica que sólo ellos dos la entendían, no habia necesidad de emitir palabras en algunas ocasiones; le encantaba el cuerpo y el aroma tan varonil de su amigo, le gustaban sus labios, sus manos que lo agarraban haciéndole sentir pequeño...

Salió de sus pensamientos cuando Spallati alzó sus caderas haciendole sentir cuan duro se encontraba y que él era la causa de eso.

Un jadeo escapó de los labios de Lit y se acercó para besar con ansias a Ecko. Las manos de este bajaron a su culo el cual apretaba con deseo y empujaba contra su miembro mientras devoraba la boca del otro en un beso lleno de excitación.

Al separarse del beso, fue el más alto quien ahora cambió la posición depositando a Mauro sobre la cama, comenzó a dejar besos delicados en su hombro subiendo hasta llegar a su oído.

-¿Te gusta jugar, Mau?.- Susurró con voz ronca directo en su oído y acto seguido capturo entre sus labios el lóbulo de su oreja creando una revolución en el cuerpo del más bajito.

-Me encanta jugar..-Su voz salió en una especie de murmuro y mordió su labio cuando sintió como Ignacio bajaba los besos lentamente por su cuello llegando a su pecho.

-Mati..- Gimió cuando su pezón izquierdo fue capturado entre los labios de Ecko, llevó su  mano al hombro de este presionando un poco por lo que su boca causaba en él.

Spallati succionaba y mordisqueaba el pezón de su amigo mientras una de sus manos viajó hacia los boxers de este, introdujo su mano rápidamente para comenzar a masturbarlo.
Su mano subía y bajaba en su miembro firmemente mientras el chico abajo de él se retorcia por el placer que la mano de Ecko le brindaba.

Los profundos ojos verdes de Lit se clavaron en él mientras jadeos inevitables salían de su boca entreabierta, Ecko llevó su mano libre a la boca de Monzón obligandolo a que chupe sus dedos mientras los movimientos de su mano eran más acelerados.

Jadeos ahogados salian de su garganta mientras chupaba los dedos en su boca con deleite. El cuerpo de Ignacio ardía de deseo y la sensación de la lengua de Lit en sus dedos iba directo hacia su miembro, cuando los dedos estuvieron lo suficientes lubricados, los sacó de su boca y se incorporó para sacar, de un tirón brusco, la ropa interior de Monzón.

-Ponete en cuatro, Mauro.- La voz de Ecko era demandante y eso creaba un cosquilleo en el vientre bajo del de ojos verdes; le encantaba como Matías podía ser la persona más tierna del universo, hasta el punto de ser empalagoso, llenandolo de gestos y palabras cargadas de amor pero en la intimidad se convertía en un hombre demandante y demasiado caliente, que lo hacía temblar como una niñita con sólo unas palabras.

Acató la orden rápidamente, poniéndose en la posición requerida y exponiendo su trasero con orgullo, Lit killah sabía que el más alto estaba loco por su culo. Las manos grandes no tardaron en posarse en su trasero apretandolo con deseo.

Mauro esperaba recibir los dedos largos del otro en su trasero, pero en cambio sintió algo húmedo y caliente que envió corrientes de excitación y deseo directo hacia su miembro erecto. Matías pasó su lengua lentamente por toda la entrada de su amigo y luego empujó en ella sintiendo como las piernas de Mauro temblaban de deseo y vulnerabilidad.

-Nacho... Mmh.- La voz aguda de Lit y los sonidos de succión y saliva eran lo único que se podía oir en el silencio de la noche mientras el más alto le torturaba con su lengua; después de unos momentos se acomodó para follar con fuerza al de ojos verdes.
Ingresó en él volviéndose loco por la presión que sentía en toda su extensión, esperó a que Monzón se acostumbrara al intruso en su interior y comenzó a embestirlo duramente.

-¡Ah!.- Los gemidos de Mauro eran altos y agudos, sentía el miembro de su mejor amigo tocando bien hondo en el. Giró levemente la cabeza hacia atras para observar la cara de Spallati. - Mmh.. mierda.- Sus dedos apretaban y arrugaban las sábanas de la cama con fuerza.

Llevó una mano hacia su miembro masturbandolo al ritmo de las embestidas profundas que Ecko daba contra él, se sentía tan cerca del clímax. El otro también estaba cerca de su liberación y era evidente por los gruñidos roncos que salían de su garganta y por como apretaba entre sus dedos la cadera de Mauro.

-Mierda, Lit..- Despues de unos minutos ambos llegaron al orgasmo con respiraciones y movimientos acelerados y erráticos. Cayeron rendidos a la cama después de limpiar los fluidos de ambos y ni siquiera se molestaron en volver a ponerse la ropa interior.

-Nachito, estas re bueno.- Murmuró una vez estuvieron acostados mientras cerraba los ojos y por fin, Mauro pudo conciliar el sueño tranquilamente.

《best friends》 / LitckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora