Allí estaba, una vez más.
Sumergido en la calidez que más amaba, en el cuerpo que más amaba. Su cuerpo junto al del chico bailaban al compás del ritmo que el dueño de los ojos verdes había impuesto.
Él tenía el control.
Él siempre tenía el control.
No había novedad, nada por lo que hacer un escándalo, nada por lo que detener este acto.
Los movimientos se mezclaban con la adrenalina y la excitación dentro de su sistema, pero su cabeza se mantenía despierta, siendo imposible callarla, siendo imposible pedirle un rato de tregua. Realmente no estaba concentrado en el momento, su alma fragmentada se lo impedía, cada pedazo de su ser tirando en direcciones distintas solo con la intención de llenar ese vacío que lo acompaña en su día a día.
Solo con la intención de que él llene ese vacio.
Debería estar contento y gozando de la buena noticia que había llegado a su camino, pero algo estaba mal. Algo lo disgustaba muchisimo y hacía que una sensación extraña se posara en su estómago, como si estuviera a punto de vomitar luego de alcoholizarse.
Ya no hay retorno.
Pero, ¿cómo hacer para entender esto?
Él no lo sabe, no tiene idea de cuales son sus objetivos, ni deseos.. aunque tiene en la cabeza los que en algún momento ocuparon ese puesto.
-Tocame.- Se escucha entre medio de la euforia en la que estan metidos, Mauro no le pide algo, se lo ordena. Y el como un siervo fiel a su amo cumple con la orden, tocando su nivea piel como sólo él sabe hacerlo, tocándolo como le gusta y haciéndolo sentir único.
Los sonidos ingresan por su oído hasta llegar a su cerebro y, como si alguna parte estuviera condicionada, reconoce cada minúsculo sonido siendo consciente de lo que significa. Los gemidos y jadeos revolotean por todos lados en su sistema y necesita que se detengan, no porque le disguste, si no porque lo abruman tan fuertemente que es demasiado para él.
Necesita que esto pare.
Al contrario de detener esto, al contrario de satisfacer una necesidad que le haría bien a su salud mental, su cuerpo solo puede concentrarse en todo lo que tenga que ver con arremeter con fuerza a ese delgado chico.
Mierda.
¿Por qué tenía que estar tan malditamente atado a él?
Quiere simplemente mandarlo a cagar y ser feliz por su lado, pero, ¿no sería eso echar a perder la oportunidad que la vida le esta dando?
Mauro finalmente terminó con la imbécil de su novia, que mas alla de haberle arrebatado a su amor, esa chica no le caía bien y nunca lo haria, algo no le cerraba de su persona.
Pero, el hecho es que Monzón habia podido dar ese paso tan grande y Matías estaba seguro que lo hizo por él, porque si fuera por Lit esa falsa relacion hubiese seguido por mucho tiempo con tal de no salir de su zona de confort.Mauro le estaba demostrando su amor, su deseo de estar con él, pero habia algo que le impedia a Matias disfrutar de las cosas, siempre tiene que estar pensando los por qué de todo y eso, a veces, le juega en contra.
-Te estoy hablando, Mati.-El ojiverde lo miraba expectante como esperando una respuesta, una que claramente no llegaría porque matias ni lo estaba escuchando.
-¿Que pasó?
-Que estas en otra, loco.- La expresión en el rostro del otro se transformo en una de disconformidad.-No me gusta coger así.
Un suspiro escapó de los labios de Spallati, su mente estaba trabajando a mil por hora, tanto que ni siquiera podia concentrarse al 100 en el sexo.
-Bueno, perdón.- De hecho su miembro habia perdido la erección que tenia hace tan solo unos momentos, seguramente por la interrupción del movimiento y por el cambio de ánimos en el cuarto.
Pero nada que Lit Killah no pueda solucionar.
~
Quería dormir mil años, estar alcoholizado o drogado, cualquier cosa que implique que su mente se apague aunque sea por 10 minutos. No tiene ganas de pensar y mucho menos de actuar sobre esta situación.
A pesar de que ya ha tomado la decisión de ir a buscar a Damián, sabe que primero debe enfrentarse a Mauro y su obvia negación ante esto.
Solo espera que todo no se transforme en gritos y una nueva pelea, no tiene energías para eso.
Monzón se encuentra tomando una ducha en el baño de su casa, desde el momento de la "reconciliación" no se han separado, el más bajo no ha vuelto a su casa y ahora que lo piensa ni siquiera le preguntó por qué.
Sintió la canilla del agua ser cerrada y el movimiento de Lit en el baño sabiendo que en cualquier momento lo tendria a su lado o más bien colgado de él reclamando atención.
Como había pensado eso fue justo lo que pasó, en cuanto el otro salió del baño ya vestido y con su cabello mojado se acerco a Ignacio quien estaba sentado en el sillón, con la intención de sentarse en sus piernas, pero su acción fue interrumpida por el sonido de un celular sonando.
El celular de Ecko sonaba en el bolsillo de su pantalón y cuando lo sacó se extrañó al ver un nombre en la pantalla que hace mucho no leía. Dudó en atenderle y la llamada finalizó pero rápidamente otra llamada de la misma persona se hizo presente en su dispositivo, esta vez siendo aceptada.
En cuanto puso el celular en su oído supo que algo no andaba bien y por las palabras rápidas y asustadas de la persona se apresuró a buscar su billetera y las llaves de su auto para encaminarse a donde sea que esta estuviera.
Mauro se enojó en cuanto percibió sus acciones y lo siguió hasta el cuarto tratando de averiguar con quién hablaba y qué pasaba.
-Pará, pará ¡¿Qué le pasó?!- La voz de Matías era desesperada tratando de entender lo que pasaba al otro lado de la línea telefónica y, Lit no supo que le habían contestado pero la expresión de Matías cambió y junto con ello apresuró su paso dirigiéndose a la entrada para irse. -Bueno, ahora voy para allá...
-¡¿Me podes decir a donde mierda vas, Matías?!-Pero por más de que le gritó y lo siguió tan rápido como pudo el otro ya habia partido hacia quien sabe donde.
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《best friends》 / Litcko
Fiksi PenggemarDonde Litkillah y Ecko son mejores amigos con algún que otro derecho. -Lenguaje Argentino. -No se si va a ser one shot o la voy a seguir. -Todos los derechos reservados. -Tematica homosexual.