《best friends》 / Litcko

08

Dam era una persona que lo hacia sentir demasiado bien, lo hacia reir y olvidarse de todos sus mambos, y eso era algo de lo que se habia olvidado.

Al estar tan ofuscado y obsesionado con Mauro no habia tomado en cuenta que sus relaciones con los demás se fueron al carajo.

Habia dejado de lado a todas sus amistades desde las más preciadas, como Lafuente, hasta la mas reciente. Su familia tampoco era muy protagonista en su vida, de hecho hasta habia faltado a algunos encuentros familiares.

Cabe destacar que no es que estas personas que apreciaban muchísimo a Matías no hubieran intentado una y otra vez acercarse a él. Pero siempre había una excusa.

Simplemente todo giraba en torno a Monzón.

Y no es que eso haya cambiado de un dia para el otro, joder todo lo contrario, su cabeza y su estúpido corazón se mantenían todo el tiempo recordándole cosas del chico de ojos verdes que tanto quería.

Ecko ni siquiera sabe como carajo hizo para tratarlo como lo trató ese día, por dentro solamente queria abrazarlo y besarlo hasta desgastarle los labios.

Pero, al parecer, la bronca y el dolor ganaron.

Hoy, después de muchísimos meses por fin se iba a juntar con su preciado amigo Damián Lafuente, tenían muchas cosas que contarse y mucho tiempo perdido para recuperar por lo que les pareció buenísima idea juntarse en un bar a tomar unas birras.

Spallati ya estaba en el lugar a la espera de su amigo, se encontraba algo nervioso pues no sabia si la distancia que el mismo se encargó de poner entre los dos había afectado en algo a la bonita amistad que compartían.

Después de unos momentos de soledad, lo vio entrar por la puerta del establecimiento, con esa sonrisa que iluminaba a cualquiera que se encuentre con un poco de oscuridad en su vida.

Eso era Dam, luz.

Y Ecko se sintió tan necesitado de esa luz que emanaba su amigo, se sintió necesitado de afecto, cariño, apoyo.

Cosas que lamentablemente Mauro no sabía brindarle.. o quizás si, pero ambos eran demasiado complicados.

Se vio envuelto en un abrazo que claramente correspondió al instante, la alegría del reencuentro estaba plasmada en el rostro de ambos.

Un poco más y las sonrisas les llegaban hasta las orejas.

-¡Amigo! Tanto tiempo boludo.- Lafuente expresó mientras se sentaban en la mesa donde Matías había permanecido anteriormente.

-Si.. una banda de tiempo.

-¿Que onda, como estas?- Esa pregunta le pegó en lo más profundo de su baja autoestima.

Y es que, ¿Hace cuanto alguien no le preguntaba eso?

Con la intención de realmente saber como se encontraba y no por falsearla, claramente.

Después de ser interrumpidos por el mozo, al cual le pidieron dos pintas junto con las tan famosas papas con cheddar y bacon del lugar, Spallati procedió a contestar la pregunta de su amigo.

Pronto empezaron a ponerse al día, era una charla amena y cómoda entre dos amigos que no se veian hace mucho; en el medio también había silencios, pero no esos silencios de mierda que te dan ganas de tomarte el palo, si no un silencio que brindaba paz.

-Tengo tanto para contarte, Dam, que siento que nos vamos a hacer viejos acá en estas sillas.-Sus palabras fueron acompañadas de risas que contagiaron a su acompañante rapidamente.

-Bro, aunque tardes 50 años en contarme lo que sea que me quieras contar..- Hizo una pausa para clavar su vista en los ojos de Matías.- Yo siempre te voy a escuchar.

Después de eso comenzó a desahogarse con Lafuente, contándole absolutamente todo lo que lo aquejaba y lo hacia sentir mal, se permitió por primera vez contarle a alguien que Mauro Monzón y él estaban saliendo.

No saliendo, solo cogiendo y complicandose la existencia mutuamente.. el caso es que le contó todo a Damian pues sabia que este no diría ni una palabra, la confianza entre ellos seguía intacta.

Lafuente estaba sorprendido, porque como el mismo dijo nunca se lo esperó de Mauro. Y seguramente todos reaccionarían de la misma forma, es decir, Monzón se había encargado de crear una imagen perfecta de el mismo siendo Lit Killah, y esa imagen no incluía ningún estúpido novio.

-Te juro que nunca me imaginé algo asi..-Hizo una pausa para comer una de las olvidadas papas y continuó.- Pero no el hecho de que hayan garchado, si no que el flaco sea tan hijo de puta con vos, Mati.

-No se.. ya no se que pensar.-apoyó uno de sus codos en la mesa y se agarró la cabeza clavando la vista en cualquier punto del bar.

-¿Por qué no lo mandas a la mierda?

Esa pregunta, la que tanto se hacia a él mismo todos y cada uno de los putos días de su existencia, y a la cual todavia no le encontraba una respuesta lo hizo sentirse como un boludo monumental.

Pero a la vez, solamente él sabía las cosas que había compartido con Lit, aunque él se comporte como un hijo de puta, sabía que cada vez que le expresaba sus sentimientos no mentía.

Seguramente estaba asustado de aceptar quien es realmente y esa es la razón de su actitud de forro, asi que esa era la verdadera pregunta..

¿Estaba listo para esperar a que Mauro acepte su realidad?