capítulo 1.

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Capítulo uno:El comienzo.

Narra Amelia.

-¿Mami, cómo se escribe tu nombre?-preguntó mi dulce Irina, mi hija.
-Amelia-respondí. Lentamente deletreé mi nombre.
-¿Alguna vez te dije que es hermoso?-preguntó y sonreí encantada. Era la niña más dulce de todas.
-Tú eres hermosa, hija-sonreí y acaricié sus mejillas.
Sólo éramos Irina y yo, siempre fuimos Irina y yo. Solas.
-¿Puedo abrazarte mami?-preguntó y abrió sus brazos.
- Ven aquí-dije y  aferré su pequeño cuerpecito al mío. Intentando brindarle todo el amor que fuera necesario, en cada abrazo intentaba hacerlo.
Irina transitaba la edad en donde todo le daba curiosidad, preguntaba todo.
Me llené de su dulce aroma, su aroma a niña. Una niña llena de vida.
Tenía tres años,  pero aún así era una niña muy sabia e inteligente,  comprendía absolutamente todas las situaciones.
Era lunes. Dejé a la pequeña niña en el jardín luego de un agotador, pero lindo, interrogatorio. Amaba ese tipo de mañanas en las que Irina recurría a mi para evacuar sus dudas.
Al llegar Arizona y April me esperaban. Sus personalidades eran tan dulces, escucharlas hablar era genial. Me divertía con ambas.
-¿Alguna de ustedes dos sabe en dónde puedo encontrar a Meredith?-pregunté interrumpiendo su charla sobre quién es más amable. -Es importante. Debo hablar con ella.
-Claro, en la oficina de Richard-respondió April. -Al parecer el jefe necesitaba su ayuda y prácticamente la arrebató de su lugar de trabajo.
-Técnicamente el hospital es su lugar de trabajo, sólo que hoy la necesitaba en otro sector-respondió Arizona y rió. -¿Qué sucede, quieres hablarlo con nosotras?
Negué rápidamente, no podía hablarlo con ellas. Eran mis amigas y las adoraba, pero aún no podía decirles que estaba embarazada y que el padre de mi bebé era alguien que conocían a la perfección, alguien que admiraban por su trabajo y por su personalidad. Me negaba rotundamente a compartirlo con ellas aún. 
-No es nada importante-respondí nerviosa. - Estoy conociendo a alguien.
-¿Ah, si?-preguntó April. -¿Quién es él?
-No es alguien que conozcan-reí. -Si me disculpan, iré a buscar a Meredith.
En el camino a la oficina del jefe encontré a Owen, un gran amigo. Nos conocíamos desde la adolescencia. Era un pelirrojo muy atractivo, días antes habíamos tenido un acercamiento pero luego de eso nada más sucedió entre nosotros. 
-Hola, Amy-su voz me sorprendió. Era la voz de Owen, mi amigo.
-¡Owen!-sonreí abiertamente y me detuve frente a él para observarlo con más detenimiento. 
-Si buscas a Meredith, acabo de verla-dijo. Reí, parecía que había leído mi mente. -Creo que está en la sala de  descanso-Owen sonrió y comencé a  correr. Realmente necesitaba a Mer.
Entré a la sala de descanso y vi la escena más asquerosa: Meredith y Derek, mi hermano, se estaban besando apasionadamente.
Observé la escena con asco y ambos me observaron avergonzados.
-¿En dónde está Maggie?-pregunté.
-Descansando en la si...-intentó decir Meredith, pero al igual que con Owen, corrí hacia la siguiente sala de descanso y ahí estaba Maggie, durmiendo plácidamente.
-Despierta, Maggie-grité. Pero no obtuve respuesta alguna de su parte, no despertó.  -¡Maggie!-elevé mi tono de voz aún más que antes.
-¿Qué demonios te sucede?-gritó y tomó asiento en la cama. -No puedes despertarme de esa manera tan cruel, vas a matarme.
Reí y también tomé asiento junto a ella.
-Necesito hablar contigo-hablé con seriedad.  - Es algo importante.
-Está bien, habla-sonrió de una manera encantada y me observó dándome ánimos para hablar. Pero no pude hacerlo, era algo demasiado impactante.
-Sólo dilo-insistió.
-No grites, no es algo que pueda compartir con alguien que no seas tú o Mer en este instante.
-Claro que no. Dilo-sonrió apenada al notar que no podía decirlo, llevó una de sus manos a mi espalda y asintió con su cabeza.

Narra Owen.

Trauma no dejaba de sorprenderme, día a día nuevos casos me dejaban atónito.
Algunos parecían totalmente irreales, pero no lo eran. Todo lo que sabía era que debía hacer todo lo que estuviera a mi alcance para salvar a cada persona.
Al finalizar mi turno eran aproximadamente las 5:00 pm. Busqué a Derek y Amelia,  los hermanos Shepherd, pero no los encontré. 
Amelia es una gran amiga. Es la mujer más bella que conozco.
Cuando estoy con ella siento cosas que jamás en mi vida sentí, es un sentimiento extraño para mí ya que jamás sentí algo parecido, pero es bonito y me agrada.
Tuve pocas experiencias amorosas a lo largo de mi vida,  pero nadie logró hacerme sentir lo que Amelia me hizo sentir.
Salí del hospital rendido, ya que si no estaban en urgencias con la cantidad de pacientes que había no estarían en ningún lado y me dirigí hacia mi departamento. 
Mi celular sonó y la pantalla se iluminó con el nombre de "Teddy". Una de mis mejores amigas.
Respondí a la llamada y me adentré en mi departamento. 

-¡Hola Owen!

-Hola, Teddy.

-Conseguí un puesto en el hospital donde tú trabajas-dijo emocionada.

-¿En serio?-pregunté sorprendido.  -¡Eso es genial!

- Owen, tu voz se oye diferente. Dime qué sucede contigo.

-¿Vienes a Seattle?-pregunté.

-Estaré ahí en una hora, aproximadamente- respondió.

-Está bien, ven a mi departamento y hablaremos. Adiós.

-Adiós.

Finalizó la llamada y sonreí, volvería a ver a Teddy después de un largo tiempo.  Mi fiel amiga, por fin íbamos a reencontrarnos. 
Solía ser muy demostrativo con las personas que quería, demasiado, por eso hablaría con Teddy y le pediría su ayuda para dar un gran paso que hace tiempo quería dar.

Narra Amelia

-Amy, el resultado es positivo-dijo Maggie y me observó asombrada.
-Eso quiere decir que...-intenté decir, pero no podía hablar, estaba sorprendida. 
-Estás embarazada-Meredith completó la oración por mí. 
-No puede ser-fue lo único que pude decir en ese momento. Me alegraba la noticia, sí, pero no sabía cómo reaccionar.
Me sentía una completa idiota, porque el papá de mi bebé era alguien que conocía a la perfección, pero no sabía y tampoco podía pensar en cuál sería su reacción, mis ideas no estaban muy claras.
-¿Sabes quién es el padre, verdad?-preguntó Maggie rompiendo el silencio.
-Dime que sí, por favor-continuó Meredith.
-Por supuesto que sé quién es el papá de mi bebé-respondí enojada.
-¿Quién?-preguntaron ambas al unísono.
-Se los diré con la condición de que no hagan un escándalo-advertí-Antes que nada quiero aclarar que estábamos ebrios ambos y por eso ahora tendremos un bebé, ni siquiera creí que esto fuera posible, solo...
-No intentes justificar tu irresponsabilidad-interrumpió Maggie.
-Solo dilo, Amelia-Mer me sonrió y le dio una mala mirada a Maggie. 
-El padre es Owen-solté finalmente y ambas abrieron sus bocas sorprendidas.
Sí, el papá de mi bebé era Owen, mi gran amigo.
No me juzguen, solo pasó. 

[...]

Capítulo editado. 

¡Muchas gracias por leer esta historia, bellezas!

I Need You||Omelia. (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora