Narra Owen.
-¡Qué divertido!-exclamó Irina sonriendo.
-¿Qué te divierte tanto?-pregunté.
-Es viernes, significa que mañana es sábado y luego tenemos el domingo. Dos días para compartir con mamá, papá y Cielo.
Sonreí enternecido.
-Hoy tenemos una cena en casa de Meredith y Derek.
-¡Sí!-dijo. -Llevaré disfraces, a Zola y a mí nos gusta.
-Puedes hacerlo entonces-dije. -Intenta convencer a mamá de que no la volverás loca como la última vez.
-Ese día yo simplemente no tenía ganas de jugar con nadie.
-¿Simplemente eso?.
-Sí. Además mamá y Meredith no me dejaban jugar en las escaleras.
-Puedes lastimarte-dije. -Debes comportarte a veces.
-Yo sé comportarme-sonrió. -Habla con mamá, por favor.
-Lo haré-dije sonriendo. -No puedo resistirme ante esos ojitos.
-gracias papi.
Sonreí y la dejé en el jardín.
Caminé por los fríos pasillos del hospital sintiéndome extraño: todo estaba vacío. No literalmente vacío porque hay enfermeras y objetos que obligatoriamente deben estar en un hospital, pero sí vacío de personas.
-Hey-dijo Derek.
-Buenos días.
-Si buscas a mi hermana, está en el quirófano.
-No estaba buscándola-sonreí. -Estaba contemplando el lugar.
-Lo contemplas cada día, Owen.
-Lo sé, hermano. Sólo que a veces, observar con detenimiento cada detalle y respirar profundamente aquí me hace bien. El hospital me hace bien.
-Todavía no entiendo por qué a la gente le da tanto miedo, aquí dentro me siento totalmente seguro.-habló.
-Es un lugar seguro-agregué. -Pero le temen, le temen a la muerte y quizá por eso temen estar aquí.
-La palabra hospital es sinónimo de muerte, debería ser sinónimo de vida. Necesitamos ir a un hospital para salvarnos-continuó Derek.
-¿Le temes a la muerte?-pregunté.
-No, no le temo a la muerte. Pero tampoco quiero morir aún.
-Lo mismo pienso-reí. -Cambiando de tema, oí que te vas de viaje.
-Sí, a Washington D.C.
-¿El presidente?.
-Sí, trabajaré para él.-respondió.
-¿Meredith también va?.
-No. Ellos se quedan aquí, no sabes cuánto costó llegar a un acuerdo.
-Lo imagino-reí. -Meredith no es una persona fácil.
-Da igual, sólo me voy dos días.
-Bueno, creo que debo comenzar con mi trabajo-reí. -Nos vemos en tu casa a la noche.
-Adiós.
Continué mi camino hasta llegar a la sala de jefes.
-¿Qué haces aquí?-Pregunté al ver a Amelia.
Estaba seria.
-Hola a ti también, sí, estoy bien-Dijo.
Fruncí el ceño y la miré extrañado.
-Lo siento, estoy a la defensiva.
-Lo sé. ¿Problemas con la operación?-pregunté.
-sí-respondió. -Odio fallar.
-Creo que al momento de entrar al quirófano estás dispuesta a fallar, seguro dejaste todo allí.
-Lo hice, di lo mejor de mí.-sonrió.
-No estás mal por eso.
-¿Qué dices?-preguntó dejando de mirarme a los ojos.
-Amelia, te estoy observando. Me estás ocultando algo.
-No.
-Si.
-No.
-Si.
-Bueno, sí. Sí te estoy ocultando algo.
Narra Amelia.
-Owen, puede que hasta hace tres horas haya estado embarazada.
-Un momento. ¿Dices que estás embarazada?.
-Estaba. Lo perdí Owen-dije entre lágrimas. Me abrazó.
No pude evitar romperme delante de él, odiaba hacerlo pero era inevitable.
-Estoy asombrado.
-Por culpa mía no tendremos un bebé-dije.
-Oh, no. No te culpes, simplemente no se dio.
Lo abracé aún mas fuerte y apoyé delicadamente mi cabeza sobre su pecho, sintiendo cada latido que su corazón daba.
La hora de la cena llegó. Estábamos reunidos en casa de Derek, como todos los viernes por la noche.
Realmente llevábamos ahí una hora, yo ya quería salir corriendo.
-¿Cómo llevas la maternidad?-pregunté a Maggie intentando integrarme.
-Siempre me preguntan lo mismo-respondió divertida. -Bien.
-Sucede que, no sabemos qué preguntarte-rió Meredith.
-Ya están tan grandes -solté haciendo referencia a mis sobrinos y mi hija.
-Aún parece ayer cuando Irina y Zola peleaban acerca de quién quería más a Maggie.-siguió Mer.
-O sobre quién crecía más rápido-esta vez habló Derek.
-Cuando compitieron y usaron los zapatos de Amy-dijo Owen.
-Crecieron tanto-dijo Maggie.
-Al igual que nosotros.
-Aquí, delante de todos ustedes como testigos, quiero pedirte algo Amy.
Lo miré con el ceño fruncido y obedecí las señas que estaba haciendo y me acerqué.
-¿Con qué saldrás esta vez?-pregunté riendo.
-Veamos-dijo. -sucede que, te amo.
-Yo también-dije. -¿No hiciste ese anuncio para decirme “te amo”, no?.
-Quiero que, nuestro amor vaya más en serio. Quiero que seas mi esposa, Amelia Shepherd. Necesito que seas mi esposa.
A este punto, las lágrimas salían de mis ojos como si de una hemorragia se tratara.
Oh por dios, Amelia. Deja de hacer comparaciones tan estúpidas.
-Dile que sí, por favor-dijeron Meredith y Derek al unísono.
-Si no aceptas me encargaré de patear tu trasero-dijo Maggie.
-¿Aceptas?-preguntó Owen. -¿Me concedes este humilde deseo?.
-Acepto-dije. -te concedo este humilde deseo.
Me lancé sobre él y lo besé. Era un beso de “amor de verdad” como diría Irina.
-Faltan los anillos-dijo Jackson.
-Reina y Rey, traje los anillos-dijo la dulce Irina.
Sonreí con ternura al verla, ella sabía todo.
Owen me colocó el anillo y sonreí.
Miré a nuestro alrededor y observé cómo lloraban mis hermanas, Irina sonreía al igual que Zola y Derek observaba la escena emocionado.
-Hablaremos luego sobre la ceremonia-susurró Owen.
-Los felicito-dijo Maggie y me abrazó.
-Yo los amo-sonrió Mer.
Y así continuamos hablando acerca de nuestro casamiento.
Llegamos a casa, con las niñas dormidas y las recostamos.
-Vamos a casarnos-dijo Owen adentrándose en la cocina.
-No puedo creer que lo haremos. Si alguien me hubiese dicho hace diez años atrás que me casaría contigo creería que me están mintiendo.-sonreí secando mis lágrimas.
-Deja de llorar.
-No puedo-reí. -Luego de tantos problemas salió el sol.
-Tú eres el sol. Te amo.
-Owen-dije nerviosa.
-¿Qué sucede?-preguntó.
-Me hubiese gustado tener un hijo contigo.
-Tendremos todos los que quieras-sonrió besándome.
Tengo todo lo que quiero, una vez más la vida me dio todo lo que quiero.
<●>
OH MY GOD.
SE NOS VIENE EL CASAMIENTO.
¡LOS ENGAÑÉ CON EL TÍTULO, ME AMO PEOPLE!
HASTA LA PRÓXIMA ❤
SE VIENE EL CASAMIENTO MÁS BELLO EEEEHH.
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I Need You||Omelia. (editando)
FanfictionAmelia Shepherd de treinta años, neurocirujana en el Grey Sloan Memorial Hospital. Tiene una hija de tres años, Irina, tan linda como ella. Owen Hunt, de treinta años, no tiene nada, solo a su mejor amiga Amelia y a Teddy. ¿Realmente solo se quier...