Narra Amelia.
-No puedes hacerlo-dije limpiando el desastre que causé.
-Soy su padre-respondió con simplicidad.
-¿Si ella no quiere? No voy a obligarla.
-Si ella no quiere damos por finalizado todo, vivirá contigo pero pasará al menos un día semanal conmigo.
-Siempre y cuando quiera-repetí.
-Claramente-agregó.
-Bien Joe-dijo Owen, que estaba presenciando nuestra incómoda y desagradable conversación. -Creo que ya es tarde.
-Sí-dijo. -Debo irme. Mañana te veo en mi casa a la tarde-afirmó.
Asentí y subí rápidamente a mi habitación.
La desesperación que sentí en el momento en que Joe habló. El miedo de que me saque a Irina, las incontrolables ganas de llorar y lanzarle todo lo que tenía a mi alcance me habían invadido. Fue un instante en que sentí todo tipo de emociones: miedo, tristeza, desesperación, asombro y, hasta enojo.
Enojo conmigo misma por no haber dicho nada. Mi egoísmo y orgullo quizá nos había traído hasta aquí.
Esta circunstancia, dolorosa, provocaba que mi inseguridad crezca.
¿Y si Joe no era tan mala persona como aparentaba ser?.
Rendida, entregada al sueño y las ganas de dormir que me consumían, me recosté.
Dormí tres horas, desperté sobresaltada y sentí los brazos de Owen rodearme.
Lo amo, es la persona más hermosa y posiblemente más cariñosa que conozco, pero lo que necesitaba en este momento era a Irina.
Así que me levanté y fui a su habitación.
-¿Qué haces despierta, cariño?.
-Pesadillas.
-¿Por qué no viniste a verme?-pregunté preocupada.
-Me daba miedo salir de aquí-confesó. -¿Te molestaría dormir conmigo?.
-Claro que no-respondí. -Hazme un lugar.
Narra Owen.
-¿Lograrán llegar a un acuerdo?-pregunté.
Amelia estaba nerviosa, quizá la pequeña Irina elija a su padre en lugar de ella.
-No lo sé. Cuando se llegue a un acuerdo te lo diré-sonrió.
Se acercó a mí lentamente y besó mis labios, con algo de intensidad y hasta desesperación.
Sabía a qué venían sus besos así que, lentamente la recosté sobre la cama y comencé a quitar su uniforme.
-Espera-dijo. -Debes cerrar la puerta.
-Olvidé eso-reí.
Coloqué la traba y nuevamente me acerqué a ella.
Continué besándola y comencé a bajar a su cuello.
Imitó mis acciones, sólo que quitó mi uniforme, y así pasamos un largo rato, lleno de besos y caricias.
-Eso estuvo genial-sonreí.
-Yo debo irme-dijo Amelia besando mis labios.
-Suerte con eso.
-Debo estar tranquila. ¿Verdad?.
Preguntó aferrándose a mí.
-Yo creo que sí. No tienes por qué asustarte.
-¿Y si lo elige a él?-Preguntó.
-Es Irina-respondí. -¿Realmente crees que dejará a su mamá?.
-No, pero no lo sé. Quizá ve nuevas oportunidades y le agradan.
-Puede que le agrade su padre y estaría bien-sonreí. -Pero ella sabe que tú la quieres más que nadie.
-Sí lo sabe. Claro que lo sabe-rió. -La amo con todo mi corazón.
-Yo las amo a ambas-sonreí. -Ahora ve, demuestra que en verdad ella merece estar contigo.
-Te amo-dijo sonriendo y depositando un beso en mis labios. -Nunca te vayas de mi vida, Owen Hunt.
-Jamás lo haré-sonreí.
Recogió su cabello y se cambió de ropa, salió de la habitación y mi aparato de emergencias sonó.
-¿Qué tenemos?-Pregunté.
-Accidente automovilístico-respondió Jo Wilson.
-Esto es un desastre-hablé. -Llamen a Jackson.
Narra Amelia.
-¡Mami!-sonrió Irina y me abrazó.
-¿Cómo estuvo tu día?-pregunté.
-Bien, me hice un nuevo amigo.
-¿De verdad?-sonreí.
-Su nombre es Mario.
-Lindo nombre-reí.
-¿Adónde vamos, mami?.
-A casa de Joe.
-¿Debemos verlo todos los días? ¡Su cara ya es aburrida, quiero ver a Owen!.
-Oh-sonreí. -Señorita aburrida, deja tus cosas aquí y bajemos.
Asintió no muy convencida y caminó hacia la puerta.
-Hola Irina-dijo Joe ignorando por completo mi presencia.
-Hola.
-adelante- sonrió.
-Irina-llamé su atención. -Ambos queremos hablar contigo.
-¿Sobre qué?-preguntó con inocencia.
-Joe quiere que vivas con él.
-No mami. No me dejes-dijo con su voz quebrada.
-No llores cariño-me puse a su altura. -Jamás te dejaré.
Miré a Joe que observaba la escena con confusión.
-¿No te gustaría pasar tiempo conmigo?-preguntó.
-No. Mami dice que con extraños no hay que hablar.
-Pero no soy un extraño-dijo. -Soy papá.
-Mi papi es Owen, no mientas.
-Suficiente-sonreí. -¿Quieres ir a casa?.
Asintió, nos despedimos de Joe y fuimos hacia la puerta.
-Aunque sea los fines de semana debemos pasarlo juntos-dijo con un tono serio.
-No pienso obligarla. Hablaré con ella cuando esté más calmada-dije.
Narra Owen.
-Llegamos-dijo Amelia.
Irina corrió hacia mí y me abrazó.
-¿Dónde estabas? ¿Por qué no con nosotras?-preguntó la pequeña llorando.
-¿Qué sucede?.
-Me mintieron, Joe no es mi papá. -respondió con inocencia. -Tú eres mi papá.
Asentí y la tomé en brazos.
-¿Qué te parece si Owen te ayuda a ducharte mientras yo voy con Cielo?-preguntó Amy.
-Sí.
Me dirigí hacia el baño, aún con Irina en brazos, y comencé a bañarla.
-¿Qué sucedió hoy con Joe?-pregunté.
-No quiero vivir con él-habló un poco más calmada. -No es muy bueno con mami.
-¿Le hizo algo?.
-No, pero no la saluda y la mira mal.
Besé su frente y la llevé a dormir.
-Buenas noches, dulce princesa.
-Buenas noches, Owen.
Luego de diez minutos se durmió profundamente.
-¿Se durmió?-preguntó Amelia.
-Sí, ya está dormida.
-Quizá no le hace bien esto. Es mi culpa por obligarla a entablar una relación con él.
-Deja de culparte-sonreí. -Nada de esto es culpa tuya.
Recostamos a Cielo, justo en el medio de nosotros dos, entrelazamos nuestras manos y nos quedamos dormidos.
~●~
Este capítulo fue tierno, lo siento. (Aunque también aburrido)
Por un momento pensé en dejar de escribir, las inseguridades en mí crecían y el miedo a escribir mal me invadió.
Ahora estoy mejor, por suerte.
(Les digo esto porque lo siento necesario, me gustaría que siempre se sientan seguros de sí mismos y si algo les gusta sigan haciéndolo. Si lo hacen mal, recuerden:De los errores se aprende.)
Sean felices. ♡
Owen e Irina😍.
Hasta la próxima.
ESTÁS LEYENDO
I Need You||Omelia. (editando)
FanfictionAmelia Shepherd de treinta años, neurocirujana en el Grey Sloan Memorial Hospital. Tiene una hija de tres años, Irina, tan linda como ella. Owen Hunt, de treinta años, no tiene nada, solo a su mejor amiga Amelia y a Teddy. ¿Realmente solo se quier...