–¡Irina!–exclamó Amelia al ver a su pequeña, ya no tan pequeña, hija.
–Hola, ma–saludó la niña, no con el mismo entusiasmo.
–¿Dónde está la más linda?–preguntó Owen.
Irina abrazó a su papá, emocionada, y sonrió.
–¿Cielo dónde está?–preguntó.
–En el auto, junto a Brandon–respondió Amelia.
Se dirigieron los tres al automóvil mientras Irina hablaba acerca del campamento.
–Fueron los tres días más lindos de mi vida. ¿Saben por qué?.
–Dilo.
–¡Aprendí mucho sobre supervivencia!. Tuvimos actividades entretenidas y la comida no fue la mejor pero al menos era algo.
Amelia abrazó a Irina mientras pensaba en que su hija había crecido, mucho.
–Hola Cielo–la pequeña besó la frente de su hermana menor. –Hola a ti también, Brandon.–sonrió. –¿Están más grandes?. Me fui solo tres días y mis dos hermanos están muy grandes.
–Tú también estás grande–dijo el pelirrojo. –Y linda.
Irina sonrió y continuó mirando el camino a casa.
–¿Por qué no vamos a darte una ducha, Cielo?–dijo Amelia.
–Y yo te daré una ducha a ti, Brandon–habló esta vez Owen.
–Yo debo acomodar mis cosas. Los veo luego.
La rubia se retiró del lugar junto a sus hermanos, que decidieron seguirla escapando del baño.
–Nueve años–soltó Amelia.
–Parece ayer cuando tenía tres y me decía “tío”–Owen rió y se acercó a Amelia.
Se dieron un corto pero lindo beso y al separar sus labios se abrazaron.
–Aún recuerdas cuando te llamaba tío–dijo la rubia que, al parecer, estuvo ahí oyendo la conversación de sus padres.
–¿Cómo podría olvidarlo?. Eras tan pequeña.
–Mamá dijo que en su casamiento bailamos los cuatro juntos–sonrió. –Me gustaría recordar al menos esa noche. Verlos a ambos vestidos de una linda manera y demostrando su amor. Como en una película de princesas.
Ambos sonrieron.
–¿Mami?–preguntó la pequeña de seis años.
–¿Qué sucede, Cielo?.
–Brandon no quiere darme mis juguetes.
Amelia salió de la sala, dirigiéndose a la habitación de los pequeños y, dejando solos a Owen e Irina.
–¿Qué te parece si vemos una película?.
–¿Qué te parece si primero me doy una ducha?–preguntó la niña. –Necesito meditar.
–¿Meditar?.
–Olvídalo, quiero pensar. Se acercan mis diez años.
Su comentario provocó una risa en Owen.Amelia estaba duchando a Brandon y comenzó a oír gritos en el otro baño. Eran de Irina.
–Oye, Brandon. Quédate aquí, mi amor. Volveré en un instante.
Secó sus manos rápidamente y salió de allí. Dejando al pequeño realmente confundido.
–¿Qué sucede, Iri?.
–Sangre–respondió la pequeña.
Amelia la observó con confusión, se acercó a ella un poco más y notó que su ropa interior estaba de otro color, diferente al normal.
Irina estaba teniendo su primera menstruación.
–Oh, mi niña–sonrió. –No te asustes, no vas a morir. Simplemente estás teniendo tu primera menstruación.
–¿Qué es eso?.
–Una vez al mes tendrás tu periodo. Es normal en las mujeres, no hay que temer.
–¿Tendré que perder sangre?.
–Sí, pero es normal. A mí también me sucede.
Irina se aferró a su mamá y comenzó a llorar.
–No llores. Significa que una nueva etapa comienza en tu vida, te acompañará por muchos años.
Irina oía atentamente a su madre mientras secaba sus lágrimas.
–Ahora, cuando termines de bañarte debes utilizar esto–explicó. –Lo aplicas sobre tu ropa interior y listo. No hay de qué temer.
–¿Lo prometes?.
–Lo prometo. Si necesitas ayuda, me dices y vengo a verte.
Salió del baño, dándole a la pequeña intimidad, y corrió hacia Owen.
–¿Qué sucedió?–preguntó el pelirrojo desesperado.
–Su primera menstruación–Amy sonrió.
–Está cada día más grade–afirmó.
Los dos más pequeños de la casa se acercaron corriendo hacia donde sus padres estaban.
–¿Me cargas, mami?–preguntó Cielo fregando sus ojos. –Tengo sueño.
–La niña de mamá–dijo Owen, algo celoso.
–Acepta que me quieren más que a ti, porque soy mejor que tú–Amelia sacó su lengua en señal de burla.
–Brandon. ¿Vienes?.
El pequeño negó con la cabeza.
–Quiero jugar con mami.
Irina, que venía bajando las escaleras, rió.
–Yo sí te quiero, pero mamá es más divertida–guiñó un ojo. –No te ofendas, eres el mejor padre que me pudo haber tocado.
–¿Papi es tuyo también?–preguntó Cielo. –Creí que él no era tu único papá.
–¡Cielo!–exclamó Amelia.
–Owen no es mi papá de verdad, pero mi papá murió, al menos para mí, así que prefiero a Owen. Es muchas veces mejor–dijo acercándose a él y abrazándolo.
–Me alegra que seas mi hija–dijo él también.
–Los amo–dijo el pequeño Brandon.
–Yo también–dijo Cielo aferrándose aún más a Amelia.
–Estoy segura de que no tanto como yo–agregó Irina.
–Son lo mejor que me pasó–dijo Owen.
Todos miraron a Amelia, esperando que diga algo.
–Los amo más que a nada en este mundo. Son lo más lindo que tengo–sonrió.
Los cinco se dieron un “abrazo grupal” como solía llamarlo Brandon y sonrieron.
~•~
TENÍA QUE HACERLO, NO ME JUZGUEN.
ME LEVANTÉ EXTRAÑANDO MUCHO A IRINA Y BUENO, NADA MEJOR QUE ESCRIBIR UN EXTRA.
AYAYAYAYAYAYAYAYAYAYAYAY COSITAS😍😍😍😍😍😍😍😍😍😍😍
(Además publiqué una nueva historia, Omelia también, pueden leerla. Se llama "family and problems")
Gracias por leer.
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I Need You||Omelia. (editando)
FanfictionAmelia Shepherd de treinta años, neurocirujana en el Grey Sloan Memorial Hospital. Tiene una hija de tres años, Irina, tan linda como ella. Owen Hunt, de treinta años, no tiene nada, solo a su mejor amiga Amelia y a Teddy. ¿Realmente solo se quier...