Capítulo 12

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Tony camino con los pies descalzos por la playa, sentía la arena fría bajo él, escuchaba música, la que escuchó el día de su boda con Steve, esos sonidos que le hacían revivir tantos recuerdos, alegres y melancólicos... Era realmente sorprendente cómo las cosas habían cambiado.

Hasta hace un tiempo atrás creía que las cosas irían bien, que su amor era más fuerte que cualquier cosa, pero ahora no sabía qué hacer. ¿Era su amor tan fuerte? ¿Era capaz de soportar la indiferencia? Comenzaba a dudar ¿Que pasa si era él quien realmente lastimaba a su amado Steve? ¿Debía seguir junto al alfa al que tanto amaba? ¿Estar apartados era lo mejor?

Era su Steve, el hombre que lloró cuando vio "La dama y el vagabundo", entonces ¿Por qué ahora no quería estar junto el? ¿Por que su alfa no hacía otra cosa más que apartarlo?

―Tal vez soy yo quien le lastima... por eso me aleja. ―reflexiono el omega mientras su mirada se perdía en el horizonte, junto a su tranquilo caminar.

Se detuvo frente al mar, el agua mojaba sus pies, el fluido iba y venía y cada vez que el agua le tocaba, sentía que se llevaba su sufrimiento, sentía que el mar limpiaba su tristeza.

Se agacho, abrazo sus piernas, dolía estar lejos de Steve, valla que dolía. "Eres la razón de mi existencia" Recordó como Steve le decía cuando recién acababan de hacer el amor... Anhelaba volver a escuchar de esa boca tan gentiles palabras.

"En las buenas y las malas" "En salud y enfermedad" Eran parte del compromiso de ambos, pero ahora unos kilómetros los distanciaba... Comenzó a llorar, extrañaba tanto a su esposo.

Era Steve quien no le quería cerca y él simplemente se había cansado de rogar por un poco de afecto, le lastimaba ver como su alfa había cambiado, como le apartaba.

Luego de un rato de lágrimas se sintió mejor, como si se hubiera quitado una gran carga, las lágrimas se juntaron con el agua del mar, esa misma agua que tocaba sus pies llevándose todos sus pesares.

Tomo el celular que traía en el bolsillo del pantalón, con la esperanza de que su amado esposo le contestara y que esta vez al menos le diera un saludo.

Steve estaba recostado en su camilla, entre las cuatro paredes de la habitación del hospital, todo era blanco, olía a medicamentos y existía un gran vació en pecho ahora que Tony no estaba a su lado, el dolor crecía cada día

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Steve estaba recostado en su camilla, entre las cuatro paredes de la habitación del hospital, todo era blanco, olía a medicamentos y existía un gran vació en pecho ahora que Tony no estaba a su lado, el dolor crecía cada día.

Había descubierto que estos días sin su omega lo único en lo que podía pensar en cómo luciría su Tony ahora que se encontraba fuera. ¿Dónde está? ¿Qué está haciendo? ¿Está alimentándose bien? ¿Sentía el mismo vació en su corazón? Quería preguntarle todo, pero él no hablaba, le bastaba escuchar a Tony.

Escucho un golpe en la puerta, era Peter, lo supo por que siempre llegaba a la misma hora, luego de la escuela.

―Hola Señor Steve.... ―saludo Peter, pero Steve no dijo nada, el hace mucho que haba decía no hablar con los demás. ―Señor Steve, le traje algunas cosas.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora