Capítulo 10

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Steve y Tony habían viajado al mar, a una mansión en la playa, propiedad de los Stark. Cuando condujeron por la carretera, solo se dedicaron a disfrutar de la buena compañía y excelente música. Sonrieron como dos bobos por las cosas más insignificantes, vaya, eran una pareja de recién casados, completamente enamorados y locos por el contrario.

Una luna de miel bastante improvisada, para ninguno esto parecía importante, así que decidieron perderse por el fin de semana, sin dar demasiadas explicaciones, solo una carta y con un posdata muy claro, ninguna llamada, solo en una emergencia.

Cuando estuvieron en el terreno, se dieron cuenta que todo estaba repleto de polvo, así que lo primero que hicieron fue limpiar, al estar casados y felices esto parecía una gran hazaña, la primera tarea para el matrimonio.

Cenaron comida china, mientras se reían por todo lo sucedido has ahora en su estadía, habían arruinado algunas valiosas piezas de colección, tal vez llenaron de cloro el mantel que Tony recordaba era el preferido de su madre, de eso nadie debía enterarse.

—Ja, ja, ja... e-eres torpe Steve. —expresó el omega, apretando su vientre por las carcajadas.

—Cállate hermoso. —dijo el alfa, robando un beso de su omega cuando se acercó para entregarle un tenedor porque ambos fracasaron utilizando palillos chinos.

—Ahora que estamos casados parece que nos estamos conociendo de verdad... Eres torpe y mandón S-t-e-v-e. —comentó un poco más calmado.

—Ja, ja, ja... Tú fuiste que rompió el florero de no sé cuántos dólares. —indicó el alfa, ambos eran realmente torpes.

—Prométeme que no le contaras a mamá... —rogó el omega, apegándose a su alfa.

—Te lo prometo amor, en la salud y la enfermedad... recuerda eso.

Tony sonrió, beso los labios de su encantador alfa —Te amo Steve.

—Yo te amo aún más.

—Claro que no... Yo te amo más.

Con la sublime música de Frank Sinatra comenzaron a comer, a corear partes de las canciones, dedicándose versos, era tal vez la ocasión en la que se encontraban más relajados, dejando de lado la enfermedad, sus amigos y familia que inevitablemente siempre estaban encima preguntando sobre el estado de Steve... en estos momentos realmente estaban relajados y tranquilos.

Cuando acabaron se dirigieron al baño, se asearon, porque apenas llegaron comenzaron a ordenar, luego comieron, así que por fin tomaron una relajante ducha.

Posteriormente se dedicaron a revisar las fotos de la boda, preciosas en verdad, algunas en las que el protagonista era Tony sonriendo tan feliz. En otras estaba Steve junto a sus padres, con sus amigos platicando o conversando con Peter.

Cuando dieron las 8 de la tarde, ambos decidieron dar una tranquila caminata, tomados de las manos, combinando su ropa, ligera, adecuada al clima de verano.

―Las estrellas realmente brillan más aquí... ―comento Tony observando el cielo completamente despejado, sin las luces de edificios o rascacielos, también era un plus, no contar con los ruidosos autos.

―Tu brillas más que esas estrellas... ―dijo Steve acariciando la mejilla de su omega, este le miro y sonrió enamorado.

―Eres un bobo... ―hablo con algo de vergüenza, esta vez el omega aparto la mirada. Era un gran momento, pero estaba ahí... el sentimiento de que todo le seria arrebatado.

―Te amo Tony. ―el omega le miro, se aferró al cuerpo de su alfa, continuaba siendo más alto, pero estaba más delgado de lo que recordaba.

El aroma de Steve termino por relajar al Tony, se sentía seguro cuando Steve estaba a su lado, cuando su aroma era tan puro, sin el molesto aroma a las medicinas, y no es que su alfa haya dejado de tomar sus medicamentos o algo por el estilo, simplemente el aroma de su esposo era más intenso en esta ocasión.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora